Anatomía del ojo humano

Anatomía del ojo humano
Imagen: All About Vision

La vista es el sentido más importante de los seres humanos. Casi el 50% del cerebro se dedica al procesamiento visual. El principal órgano implicado en la visión, después del cerebro, es el ojo. El ojo es un órgano que, a pesar de parecer muy sencillo a simple vista, tiene una estructura muy compleja formada por once partes, cada una de ellas con una función muy específica. Si te interesa conocer más de este órgano solo tienes que seguir leyendo esta lección de unPROFESOR en la que revisaremos la anatomía del ojo humano con todas sus partes y sus funciones.

¿Qué es el ojo?

El ojo es una estructura capaz de captar la luz y convertir la información en impulsos eléctricos que viajan, a través de las neuronas hasta el cerebro, donde se procesa la información recibida. En organismos superiores como los humanos, el ojo es un sistema muy complejo capaz no solo de captar la luz de los alrededores, sino de regular su intensidad a través de un diafragma (iris) y enfocar el objetivo gracias a una estructura ajustable de lentes (cristalino) para formar la imagen.

Después, esta imagen la convierte en un conjunto de señales eléctricas que llegan al cerebro a través de rutas neuronales complejas que conectan, mediante el nervio óptico, el ojo a la corteza visual y otras áreas cerebrales importantes para el procesamiento de esta información.

Para hacer todas estas cosas con eficacia, el ojo cuenta con numerosas estructuras, con diferentes partes del ojo y con distintas funciones. Si quieres saber más acerca de la anatomía del ojo humano, ¡sigue leyendo!

Imagen: Slideshare

La córnea, una importante parte de la anatomía del ojo

La córnea forma parte de la anatomía del ojo humano. Es la parte del ojo que está en contacto con el exterior. Tiene forma abombada y un espesor de aproximadamente un milímetro. La córnea es una capa transparente que recubre al iris y al cristalino y permite la refracción de la luz, es decir, que la luz penetre en el interior del ojo. Para que funcione correctamente y protegerla del exterior existen las lágrimas y el humor acuoso.

Cuando la córnea está alterada y no tiene el mismo grosor por todas sus partes se produce un problema de visión llamada astigmatismo. El astigmatismo afecta a la visión de cerca y de lejos, y hace que los objetos se vean borrosos o distorsionados. Esto se puede corregir fácilmente con el uso de gafas, lentes de contacto o por medio de una operación más o menos sencilla con láser o implantación de una lente dentro del ojo (intraocular).

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El iris, otra parte de la anatomía del ojo

El iris es una membrana circular que separa las cámaras anterior y posterior del ojo. Esta membrana está controlada por dos músculos, que regulan la cantidad de luz que entra en el ojo. Por un lado, el músculo dilatador de la pupila hace que se haga mayor la pupila (dilatación de pupila o midriasis) y entre más luz al ojo; el músculo esfínter de la pupila hace que se reduzca la pupila (miosis) y que entre menos luz.

El tejido del iris está pigmentado gracias a la presencia de diferentes tipos de melanina a diferentes profundidades del iris, que causan los diferentes colores de los ojos. El color de los ojos está determinado genéticamente y se alcanza entre los seis y diez meses de edad.

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La pupila del ojo humano

La pupila es un orificio que se encuentra en el centro del iris y que permite el paso de la luz hasta la cámara posterior del ojo. Aparece como un circulo negro en la parte central del ojo que puede tener un diámetro variable entre personas que pero que suele ser de entre 3 y 4,5 milímetros en condiciones normales y puede llegar a ensancharse hasta los 9 mm en la oscuridad.

Su función es, junto con el iris, regular mediante contracciones musculares la cantidad de luz que entra hasta la retina.

Imagen: Brill Pharma

El cristalino

Dentro de la anatomía del ojo humano también nos encontramos con el cristalino que es la lente biconvexa que se sitúa detrás del iris y permite el enfoque de la visión. La acomodación es el proceso mediante el cual la curvatura y el espesor del cristalino se modifican para enfocar objetos en función de su distancia a la que se encuentren de la persona. Cuando los rayos de luz atraviesan el cristalino, se concentran en una parte de la retina y se forma la imagen.

Relacionadas con el cristalino podemos encontrar dos alteraciones: la presbicia y las cataratas. A medida que envejecemos, el cristalino va perdiendo progresivamente su capacidad para acomodar ya que se va endureciendo. Este fenómeno se conoce como presbicia o vista cansada. Por otro lado, la pérdida de transparencia del cristalino, que puede afectar a la visión, se llama cataratas. Las cataratas pueden aparecer por el uso de ciertos medicamentos o simplemente por el envejecimiento. Ambas alteraciones se corrigen con el uso de lentes y, en el caso de las cataratas, con una operación simple.

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El humor acuoso

El humor acuoso es un líquido transparente que se encuentra entre la córnea y el cristalino. La córnea y el cristalino no tienen irrigación sanguínea, por lo que es el humor acuosos el que se encarga de nutrir a estas dos estructuras, oxigenarlas y permite que la presión ocular se mantenga constante. Este líquido está compuesto por agua, glucosa, vitamina C, proteínas y ácido láctico.

El humor acuoso está generándose y eliminándose continuamente, cada 90 minutos aproximadamente. El desequilibrio entre ambas puede hacer que aparezcan patologías. Si la presión del humor acuoso se eleva, se produce una enfermedad conocida como glaucoma.

Imagen: Oftalmologia-online

La esclerótica

La esclerótica es una membrana gruesa y resistente que recubre el globo ocular, otorgándole su color blanco característico y protegiendo las estructuras internas. La parte anterior de la esclerótica está unida a la córnea, mientras que la posterior tiene una apertura que permite la conexión entre el nervio óptico y la retina.

La conjuntiva

La conjuntiva es una membrana mucosa, transparente, que reviste la esclerótica y la parte posterior de los parpados, que está en contacto con la córnea. Contribuye en la lubricación y la desinfección del globo ocular ya que produce lágrimas y mucosidad, si bien las glándulas lagrimales son más relevantes en este sentido.

Al estar en contacto con el exterior, en la conjuntiva pueden producirse traumas, infecciones y reacciones alérgicas, pudiendo inflamarse y dar lugar a la conjuntivitis.

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El coroides

La coroides es la membrana recubierta de vasos sanguíneos y tejido conectivo que separa la retina y la esclerótica. La coroides provee a la retina de los nutrientes y el oxígeno que necesita para funcionar correctamente, además de mantener una temperatura constante en el ojo. Además, es de color oscuro, por lo que evita que la luz refleje o rebote dentro del ojo.

El humor vítreo

La cámara posterior del ojo, entre el cristalino y la retina, está repleta de humor vítreo. El humor vítreo es un líquido gelatinoso y transparente, de densidad superior a la del humor acuoso de la cámara anterior. Constituye la mayor parte del globo ocular y tiene como funciones dotarlo de rigidez, amortiguar impactos, mantener la presión intraocular y fijar la retina.

A diferencia del humor acuoso, el humor vítreo se genera durante la etapa embrionaria y no se renueva, por lo que va envejeciendo a medida que lo hace el individuo. A veces el líquido se oscurece por la rotura de alguna vena o aparecen sustancias de desecho que no pueden ser eliminadas por los fagocitos, provocando sombras en la visión (moscas volantes o miodesopsias).

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La retina

La retina también forma parte de la anatomía del ojo humano y se trata de una capa delgada y parcialmente transparente que está en contacto con la cara interna de la coroides y con el humor vítreo. La retina es el verdadero órgano receptor del sistema visual puesto que en esta estructura se localizan los fotorreceptores (bastones y los conos). Esta membrana reviste la parte posterior del ojo y tiene una función similar a la de una pantalla: el cristalino proyecta las imágenes percibidas en la retina, los conos y bastones la captan y es transmitida al cerebro a través del nervio óptico. Una zona de la retina, llamada fóvea, es la encargada de la visión en detalle ya que tiene una gran concentración de conos.

Hay numerosas enfermedades relacionadas con la retina pero las principales son el desprendimiento de retina (separación de la capa de neuronas de la capa de epitelio (piel) a la que normalmente están unidas) y la retinosis pigmentaria (pérdida progresiva de conos y bastones).

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El nervio óptico

El nervio óptico es un nervio sensitivo, formado por un un conjunto de fibras que transmiten los impulsos lumínicos de la retina al quiasma óptico cerebral. Desde este punto la información visual es enviada a otras áreas del cerebro en forma de señales eléctricas.

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Referencias

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