Ecosistema: definición para niños

Ecosistema: definición para niños
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La vida en nuestro planeta tiene lugar fundamentalmente en los diversos ecosistemas que existen en toda la biosfera, que están formados por los seres vivos que habitan en estos y el medio físico donde se desarrollan. A continuación, en esta lección de unPROFESOR.com vamos a estudiar qué es un ecosistema y sus principales componentes con una definición adaptada para niños y que, así, ayudará a que los más pequeños puedan conocer mejor nuestro planeta.

Qué es un ecosistema

Podemos entender como ecosistema a una comunidad natural autorregulada de organismos vivos que interactúan entre sí y también con el medio ambiente físico o no vivo.

Realmente los ecosistemas son modelos diseñados por el hombre para simplificar la complejidad del mundo real y así conseguir una idea más clara de cómo funcionan los bosques, ríos, lagos, praderas, etc., y las especies animales que se desarrollan en los mismos.

El término fue acuñado en 1935 por el ecólogo británico Arthur Tansley (1871-1955), integrando en el mismo tanto a los seres vivos como el factor ambiental carente de vida.

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Componentes de un ecosistema

En etapas iniciales de la historia de nuestro planeta, hace 4000 o 5000 millones de años, solo existían componentes físicos, aunque cambios en el clima y la geología dieron lugar a medioambientes más estables, en los cuales surgirán organismos vivos que irán ganando en complejidad.

Los ecosistemas están formados fundamentalmente por dos partes:

  • la biocenosis
  • el biotopo

La biocenosis está constituida por los seres vivos, a la que también se le denomina comunidad, y el biotopo es por tanto el medio físico y químico con sus diversas características en función del suelo, el clima o el relieve.

También, el ecosistema se considera una comunidad ubicada en un lugar físico, que es el hábitat, en el que se relacionan los elementos bióticos, los seres vivos, y los abióticos o inertes.

Las relaciones que se dan dentro de un ecosistema entre sus distintas poblaciones pueden ser muy diversas, aunque las más importantes son las tróficas o de alimentación, ya que todos los seres vivos precisan de alimentarse y conseguir materiales y energía para poder completar sus funciones vitales.

Concretamente, en los ecosistemas no existen cadenas sino redes tróficas debido a que los seres vivos se suelen alimentar de una variedad de especies.

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Niveles tróficos en un ecosistema

En los ecosistemas, los seres vivos dependen de otros para su alimentación. En relación a la forma en que consiguen los alimentos, los seres vivos se clasifican en:

  • Productores. Se denominan organismos autótrofos, ya que consiguen alimentarse con sustancias inorgánicas y la luz solar. Se les denomina como productores porque generan materia orgánica. En los ecosistemas terrestres las plantas y vegetales son los productores, y en los acuáticos destacan las algas y algunos tipos de bacterias.
  • Consumidores. Se llaman también organismos heterótrofos, debido a que no pueden fabricar su propio alimento y por ello se nutren de vegetales o de otros animales. Pueden ser de tres tipos: primarios o herbívoros, que se alimentan de los productores; secundarios o carnívoros, que se alimentan de los herbívoros; y terciarios o supercarnívoros, que se alimentan de carnívoros.
  • Descomponedores. Son aquellos que se alimentan de restos orgánicos de otros seres vivos que se encuentran en descomposición, como cadáveres de animales, excrementos, vegetales muertos, etc. Por ejemplo, las bacterias y los hongos que transforman la materia orgánica de cadáveres, restos o excrementos y la devuelven al medioambiente transformada en materia inorgánica.

También en los ecosistemas se construyen relaciones de alimentación entre los seres vivos, destacando las de:

  • Competencia. Organismos de distintas especies compiten por el alimento, el espacio, etc. Hay perjuicio entre las dos especies, aunque una puede salir peor parada e incluso desaparecer.
  • Depredación. Un organismo depredador se alimenta de otro, que es la presa. Suele ser la relación natural que constituye las cadenas tróficas.
  • Parasitismo. Tiene lugar cuando un organismo, que denominamos parásito, se aprovecha de otro, el hospedador, para alimentarse de él. Le causa un daño aunque no la muerte. Un ejemplo claro lo tenemos en la garrapata, que parasita a otros animales.
  • Mutualismo. Es la asociación de dos organismos de distintas especies para conseguir alimentarse, aportando características útiles que la otra especie no tiene. Un ejemplo lo vemos en el caso de los insectos que polinizan flores.
  • Comensalismo. Tiene lugar cuando un organismo, denominado comensal, logra beneficio de otro sin que el que ayuda logre a su vez beneficios o salga perjudicado. Es el caso, por ejemplo, de las plantas que se desarrollan a la sombra de grandes árboles.

Tipos de ecosistemas

Podemos distinguir básicamente tres tipos de ecosistemas:

  • Terrestres: en los que los seres vivos viven en el suelo y el aire. Los más importantes son los bosques, desiertos, praderas, tundra, sabana, etc.
  • Acuáticos: en los que los seres vivos se desarrollan en el agua, ya sea dulce o salada, en mares y océanos, lagos, ríos, charcas, etc.
  • Mixtos: en los que los seres vivos se asientan en zonas intermedias entre un ecosistema terrestre y otro acuático, destacando los humedales, las costas, etc.

Cuáles son los elementos de un ecosistema

Un ecosistema es un nivel de organización de la naturaleza que incluye organismos y entornos no vivos, pero también comprende la relación o interacción recíproca entre ambos tipos de componentes. Por lo tanto, un ecosistema está compuestos de dos tipos de elementos o factores, los bióticos y los abióticos:

  • Los factores bióticos comprenden a todos los seres vivos que habitan un ecosistema. Estos suelen ser los animales, plantas y microorganismos y se dividen en tres grandes grupos, los organismos productores que suelen ser las plantas, los consumidores que pueden ser primarios, secundarios (depredadores) y terciarios (superdepredadores) y descomponedores entre los que se encuentran los microorganismos. De esta forma, entre todos estos organismos se establece un ciclo de nutrientes, formando la cadena trófica del ecosistema.
  • Los factores abióticos constituyen el espacio físico de este ecosistema. Estos incluyen el suelo, el agua, la luz, la temperatura, el clima o el aire. Los componentes abióticos son importantes también, pues determinan el tipo de seres vivos que viven en el ecosistema. Un cambio en estos factores abióticos, puede determinar un cambio en el tipo de organismos que habitan el medio.

¿Para qué sirven los ecosistemas?

Los ecosistemas sostienen muchas de las actividades y la vida de los seres humanos. Los bienes que pueden aportar los ecosistemas a los seres humanos son fundamentales para el bienestar y desarrollo económico y social presente y futuro de la humanidad. Estos bienes comprenden alimentos, agua, madera, purificación de la contaminación atmosférica, dispersión de semillas, formación de suelos o polinización de flores.

A pesar de esta importancia de los ecosistemas para la sociedad, la actividad humana está acabando con su biodiversidad y modificando la capacidad de los ecosistemas sanos de proporcionarnos estos bienes. Este nivel de degradación de los ecosistemas no ha tenido lugar de la noche a la mañana, sino que ha sido un proceso progresivo que se ha dado a lo largo de los años. Esto se debe a que las sociedades pasadas no tenían muy en cuenta el cuidado del medio ambiente y de los ecosistemas. Estos eran considerados de propiedad pública e infravaloraban la importancia de su conservación, puesto que solo los tenían en cuenta para su explotación.

Sin embargo, en los últimos años se ha comprendido cada vez más la importancia de conservar y preservar nuestros ecosistemas. A pesar de esto, la explotación del medio ambiente no va a ser compatible con el crecimiento de las poblaciones humanas en los próximos años. Para los científicos, un aumento de la población mundial hasta los 8.000 millones de habitantes en el año 2030 supondría la escasez progresiva de agua, alimentos y energía, lo que puede llegar a ser una situación muy grave.

Este crecimiento desbordaría las capacidades de los ecosistemas naturales de proporcionar servicios a la sociedad, lo que obligaría a buscar alternativas que en muchos casos son difíciles de conseguir o muy costosas. Además de esto, tendríamos el aumento de la contaminación ha causa del incremento de las poblaciones humanas, contribuyendo aún más a la destrucción de los ecosistemas.

Por este motivo es tan importante invertir en nuestro capital natural, lo que va a suponer un ahorro en el largo plazo y contribuir a mejorar nuestro bienestar y supervivencia. Tanto la clase política con poder como los ciudadanos debemos ser más conscientes de todos los bienes y servicios que aportan los ecosistemas y actuar para detener esa pérdida ya que, de lo contrario, la humanidad pagará un alto precio. Sin embargo, la visión está puesta muchas veces en el corto plazo.

Ejemplos de ecosistemas

Algunos ejemplos de ecosistemas que podemos observar en la Tierra son:

  • Desiertos cálidos: los grandes desiertos cálidos de nuestro planeta se concentran fundamentalmente en el norte de África y son ecosistemas complejos y de mucha extensión. Estos ecosistemas se caracterizan por la presencia de vegetación adaptada a la sequía y con elevadas temperaturas, tanto de día como de noche, y aves, insectos, reptiles o mamíferos pequeños que se refugian en madrigueras
  • Selvas húmedas tropicales: este es uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta. Un ejemplo fundamental de selva húmeda tropical es la Amazonia. Es un ambiente de muchísima vida animal y vegetal, que se organizan en cadenas tróficas de mucha variedad. Aquí podemos encontrar ágiles depredadores felinos, serpientes constrictoras y muchísima variedad de mamíferos, aves, insectos, roedores o anfibios. Posee también una frondosa y extensa vegetación que aprovecha la gran fertilidad de los suelos húmedos por la lluvia y la presencia de materia orgánica en descomposición sobre ellos.
  • Bosques fríos o de coníferas: son bosques de clima frío y húmedo con gran cantidad de vida vegetal que perite la presencia de grandes cadenas tróficas adaptadas a la vida en la tierra o a las altas copas de los árboles, que alcanzan hasta 10 metros de altitud. Su fauna está caracterizada por la presencia de mamíferos con un grueso pelaje.

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