Órganos sensoriales y sus funciones

Órganos sensoriales y sus funciones

El correcto funcionamiento de los órganos sensoriales es lo que dota tanto los seres humanos como los animales de la capacidad de relacionarse de forma directa con el entorno. Estos órganos sensoriales están ligados a partes o zonas de nuestro cuerpo como la lengua, el oído, la nariz, los ojos y la piel. Gracias a estos órganos sensoriales reconocemos como nuestros cinco sentidos: gusto, oído, olfato, vista y tacto.

¿Quieres aprender más sobre su funcionamiento e importancia? Pues te invitamos a que sigas leyendo esta lección de unPROFESOR para que amplíes tus conocimientos básicos y descubras más sobre tu propio cuerpo.

¿Cuáles son los principales órganos sensoriales del ser humano?

Los principales órganos sensoriales del ser humano son:

  • La lengua
  • El oído
  • La nariz
  • Los ojos
  • La piel

A continuación, analizamos cada uno de estos órganos para conocerlos mejor.

La lengua, uno de los órganos sensoriales más importantes

Como te hemos comentado en la introducción los órganos sensoriales son los que otorgan facultades a los seres humanos y otros animales. En este caso, queremos comenzar hablándote del sentido del gusto.

Gracias a él, somos capaces de percibir un amplio abanico de sabores que, a su vez, repercuten multitud de respuestas a los diferentes estímulos que recibimos de todo aquello que sentimos a través de la lengua. Y es que no captamos solos sabores diferenciados gracias a ella, sino también la textura y la temperatura de las cosas que introducimos en nuestra boca.

La lengua es un órgano que cuenta con casi 10.000 papilas gustativas. Estas se encuentran distribuidas por la parte superior de la misma donde, las más sensibles a sabores dulces y salados se encuentran en la punta, y aquellas capaces de percibir sabores ácidos y amargos se sitúan en los lados y en la parte posterior respectivamente.

Imagen: Web maestro

El oído

El oído es el responsable de captar las vibraciones que nos llegan del exterior y transformarlas en impulsos nerviosos para que lleguen a nuestro cerebro para ser interpretadas. El oído se divide en tres zonas todas conectadas entre sí.

  • Zona externa del oído: está compuesta por el pabellón auditivo u oreja y el conducto auditivo externo. El oído externo cuenta con glándulas que producen cera y pelos, mediante los cuales logra dirigir las ondas sonoras hacia la siguiente zona: el oído medio.
  • Zona media del oído: está formada por el tímpano que es el encargado de conducir las ondas sonoras hacia el oído interno. Además, este está conectado, gracias a la trompa de Eustaquio, con la nariz y la garganta que regula la entrada y salida de aire con el fin de equilibrar las posibles diferencias de presión.
  • Zona Oído Interno: aquí se encuentran una serie de canales membranosos situados en la parte densa del hueso temporal y que se dividen en tres partes caracol, vestíbulo y canales semicirculares, comunicadas entre sí.

Será gracias a los en la presión del aire que recoge la zona externa los que lleguen al tímpano para que se produzca la vibración que tras pasar por la cadena de huesecillos nos envíe la información a nuestro cerebro. Del mismo modo, los pelos situados también en la zona externa informarán de la posición de la cabeza con respecto a los cambios de presión.

Imagen: Medline Plus

La nariz

La nariz es otro de los órganos sensoriales más importantes. Un órgano responsable de que podamos percibir olores, aunque no se limita a esto. De hecho, muchas de las sensaciones que percibimos en nuestra boca y que atribuimos al sentido del gusto son en realidad olfativas y tienen su origen en los nervios olfativos. El olfato es, además, nuestro sentido más estrechamente relacionado con la memoria.

La nariz se divide en región interna, formadas por ambas fosas nasales, el apéndice nasal y la región externa. En las fosas nasales se encuentra también una gran cantidad de pelos fuertes, que dificultan el paso de cuerpos extraños.

Se aceptan actualmente siete tipos de receptores, que reconocen siete moléculas volátiles principales y que, al combinarse, dan lugar a una práctica infinidad de olores distintos. Estas siete moléculas o tipos de olores principales son los siguientes:

  • Alcanfor
  • Almizcle
  • Flores
  • Menta
  • Éter (líquido para limpieza en seco)
  • Acre (avinagrado)
  • Podrido

El ojo

Su función es interpretar las vibraciones electromagnéticas producidas por la luz para que estás sean traducidas por el cerebro gracias al nervio óptico. El ojo o globo ocular tiene forma esférica y está compuesto por tres capas:

  • La esclerótica, cuya función es la de proteger al ojo
  • La úvea formada por la coroides
  • El cuerpo ciliar y el iris
  • Finalmente, la retina, que es la zona sensible a la luz y por lo tanto la más importante.

Cada movimiento del globo ocular, sin importar a que dirección enfoque, se realiza gracias a seis músculos oculares.

La piel

Por último, terminamos con el órgano sensorial encargado de transmitir el sentido del tacto. A través de la piel somos capaces de percibir todo aquello que palpamos o que está en contacto directo con nuestro cuerpo, desde objetos a sustancias.

Todo esto se consigue gracias a los receptores del tacto situado en la capa externa de la piel denominada epidermis. De este modo todas las sensaciones captadas por los receptores serán enviadas al cerebro mediante las fibras nerviosas.

Un detalle importante es que cada zona de la piel no posee el mismo número de receptores de ahí que está sea más o menos sensible.

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Bibliografía
  • A. Jean Ayres. Editorial Tea Edicciones. (2008) La integración sensorial en los niños: Desafíos sensoriales ocultos.
  • Ignacio Morgado. Editorial Ariel. (2019) Los sentidos. Cómo percibimos el mundo.