El sistema digestivo es el conjunto de órganos que nos permite extraer los nutrientes de la comida que ingerimos y así crear y mantener todas las células de nuestro cuerpo. Esta tarea es importante y, por tanto, también algo compleja por lo que va a necesitar que intervengan muchos órganos diferentes. En esta lección de unPROFESOR vamos a enumerar las diferentes partes que forman el aparato digestivo, desde órganos que conocerás muy bien como la boca a otros más desconocidos como la faringe o el recto. Si quieres saber más sobre las partes del aparato digestivo, los órganos y sus funciones, ¡sigue leyendo!
Definición y funciones del aparato digestivo
El aparato digestivo es el conjunto de órganos encargados de la digestión y absorción de los nutrientes de la comida de la que nos alimentamos todos los días. Estos órganos son capaces de extraer los nutrientes de los alimentos, que se encuentran en forma compleja, y transformarlos en sustancias más sencillas. Estas sustancias sencillas son capaces de viajar a través de la sangre y entrar en las células de nuestro cuerpo y darles la energía necesaria para que funcionen.
Funciones del aparato digestivo
Además de esta función principal, el aparato digestivo realiza otras funciones secundarias:
- Inmunitaria. Algunos órganos del aparato digestivo son protegen de organismos como los virus o las bacterias, que intentan entrar en nuestro organismo con los alimentos que tomamos. Gracias a las barreras del aparato digestivo y a las células del sistema inmune podemos alimentarnos sin peligro a sufrir infecciones, excepto cuando hay fallos o el sistema se ve desbordado.
- Asimilación de fármacos. Además de ingerir alimentos, los seres humanos podemos ingerir otras sustancias como por ejemplo fármacos que nos ayuden a mejorar nuestra salud. Junto con los alimentos, nosotros podemos tomar medicamentos que el aparato digestivo puede transformar en sustancias más simples y entrar en nuestro organismo para ayudarlo a estar sano.
- Eliminar sustancias nocivas. Por último, los seres vivos podemos ingerir sustancias nocivas como alcohol, drogas o venenos, ya sea de forma voluntaria o involuntaria. En este caso, los órganos del aparato digestivo intentan que estas sustancias no penetren en nuestro cuerpo o, una vez lo han hecho, eliminarlas de la forma menos perjudicial por medio de fenómenos como el vómito.
Boca, una de las partes del aparato digestivo
Una de las partes del aparato digestivo es la boca, una estructura formada por diferentes órganos: labios, lengua, dientes y glándulas salivares. Todas estas estructuras nos permiten introducir los alimentos en el tubo digestivo, masticarlos y triturarlos en trozos más pequeños y mezclarlos con la saliva.
Todo este proceso que para nosotros es tan normal, es el principio de la digestión y nos permite que las sustancias entren en las siguientes partes del tubo digestivo lo suficientemente pequeñas como para no producir obstrucciones en las siguientes partes (que producirían atragantamientos que pueden llevar incluso a la muerte). Además, las papilas gustativas de la lengua nos permiten percibir el sabor amargo de algunas sustancias peligrosas para que las eliminemos antes de que estas lleguen al estómago.
Faringe
La faringe es un tubo que une la boca con el esófago. La faringe es una estructura más o menos rígida, común de los aparatos digestivo y respiratorio, cuya función es, además de conducir la comida, cerrar el paso al aparato respiratorio mediante la bajada de la glotis mientras estamos deglutiendo el alimento.
Esófago
El esófago es un tubo que une la faringe con el estómago. En este caso, es un tubo muscular, que conduce el alimento pero produce movimientos que ayudan al bolo alimenticio a llegar al estómago. Estos movimientos se llaman movimientos peristálticos.
Estómago
El estómago es uno de los órganos principales del aparato digestivo. El estómago es un ensanchamiento, con forma de saco que recibe el alimento del esófago a través de un esfínter, una estructura muscular circular que se abre y cierra como si fuera una llave de paso al estómago. A través de ese esfínter, llamado cardias, el alimento pasa al estómago propiamente dicho, que está formado por diferentes partes (fondo, cuerpo y antro).
En él, el alimento se mezcla con sustancias químicas muy ácidas como el ácido clorhídrico y se va moviendo y batiendo el alimento hasta formar una masa bastante líquida que pasa, a través de otro esfínter (píloro) al intestino delgado. A la mezcla de nutrientes, agua y jugos gástricos se le denomina quimo.
En casos de enfermedad, consumo de algún tóxico o por otras causas, el contenido del esófago puede recorrer el sentido opuesto y, en vez de pasar al estómago, volver a salir por la faringe a la boca. En este caso se produce el vómito.
Hígado, importante para el sistema digestivo
El hígado es una glándula grande, de aproximadamente un kilo y medio de peso, con forma triangular que se encuentra en la parte derecha de la cavidad abdominal, debajo del diafragma. El hígado es una glándula digestiva con muchas y muy importantes funciones: metabolismo de los nutrientes, fabricación de enzimas, fabricación y conducción de la bilis, almacenamiento de nutrientes (vitamina A, D, hierro, etc.) y almacenamiento energía en forma de glucógeno.
Todo aquello que ingerimos, ya se nutrientes, tóxicos o fármacos, pasan por el hígado (paso hepático), por lo que el hígado es una gran barrera defensiva frente a sustancias tóxicas y por ello se ve especialmente afectado por el consumo excesivo y continuado de alcohol, medicamentos u otros tóxicos.
La vesícula biliar es un anexo que permite almacenar la bilis creada y conducida por el hígado. En ocasiones, aparece arenilla o pequeñas piedras (cálculos biliares), que pueden obstruir el conducto que conecta con el hígado produciendo gran dolor.
Páncreas, otra parte importante del aparato digestivo
El páncreas es un órgano de forma alargada, de alrededor de veinte centímetros, que se encuentra detrás del estómago y cuyas funciones son principalmente: generar ácidos para digerir los alimentos y controlar los niveles de glucosa en nuestro cuerpo mediante la fabricación de insulina).
Los ácidos generados por el páncreas se denominan jugo pancreático y se vierten al duodeno, donde se encuentra el alimento con el que se mezclan para digerirlo.
Intestino delgado
El intestino delgado es un tubo de hasta 8 metros de largo, en el que se realiza la mayor parte de la digestión y se absorben los nutrientes y el agua. Este tubo está dividido en diferentes zonas (duodeno, yeyuno e íleon) que tienen diferentes propiedades adaptadas a sus funciones. A la mezcla de nutrientes y otras sustancias que se producen en el intestino delgado se le llama quilo.
Intestino grueso
El intestino grueso es un tubo muscular, más corto y ancho que el anterior, que también presenta varias partes y conecta el intestino delgado con el recto. Su función principal es preparar los elementos de desecho de la digestión para que sean eliminados y absorber el resto de agua que quede presente en el quimo, compactándolo para formar las heces. En algunos animales, además de agua en el intestino grueso se pueden absorber otros nutrientes como vitaminas o minerales.
Recto y Ano
El recto es un tubo con forma de saco que conecta el intestino grueso, donde se generan las heces, con el ano, que se encarga de su expulsión. Su función es almacenar las heces hasta que estas sean eliminadas a través del ano.
Y la última de las partes del aparato digestivo es el ano que se encarga de transportar al exterior las heces, producidas en el intestino grueso y almacenadas en el recto. El ano está constituido por un corto conducto de menos de un centímetro (canal anal) con dos esfínteres, uno más interior e involuntario y otro más exterior y voluntario.
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