El siglo XIX en España se encuentra enmarcado por una gran crisis producida por las relaciones con Francia, país que ejercía un gran control sobre esta. Fue en ese momento de gran austeridad para el pueblo cuando comenzaron a forjarse los grupos de bandoleros, personas que se dedicaban al contrabando y al asalto de mercancías procedentes de las familias adineradas españolas. En esta lección de unPROFESOR os acercaremos a los bandoleros famosos españoles quienes tuvieron, además, una gran repercusión durante la guerra de la independencia española y, en general, en todo el siglo XIX.
Jaime, el barbudo (1783-1824)
Su nombre era Jaime José Cayerano y nació el 26 de octubre de 1873 en la localidad alicantina de Crevillente, en el seno de una familia humilde. Durante su infancia sus padres decidieron que este obtuviera una educación y, para ello, tras sus labores en el campo era enviado al párroco del pueblo para que este lo instruyera.
Ya en su adolescencia comenzó a trabajar como vigilante de unas tierras, teniendo la mala suerte de una noche tener que matar en defensa propia a un intruso, tras esto, las autoridades se apresuraron a detenerlo y este hubo de marchar, encontrándose con un grupo de bandoleros, los cuales lo acogieron apresuradamente.
Durante la Guerra de la Independencia española tendrá un papel importante, siendo su primera actuación sobre un destacamento de franceses que consiguió drogar con vino para más tarde apresarlos y robarles todo lo que poseían. Tras esto actuó en innumerables guerrillas, causando grandes bajas al ejército napoleónico.
Sin embargo, uno de sus mayores logros se dio tras la capitulación de Valencia ante el ejército francés, tras esto, consiguió apoderarse de todos los carros de combate y suministros pesados, los cuales se encontraban situados en el río Vinalopó buscando el camino más seguro para llegar a la capital. Tras esto, las tropas napoleónicas se vieron muy hostigadas en todo el reino, haciendo casi imposible su actuación.
Gracias a sus actuaciones en la guerrilla, le fue condenada la pena que había sobre el asesinato, el día 28 de julio de 1813, pero poco tiempo después vuelve a crear otro grupo que se dedicó durante unos años a atacar a caravanas de mercaderes en la región de Orihuela. Tras caer en una trampa fue apresado y sentenciado a muerte en la horca el 20 de junio de 1824.
Curro Jiménez, el barquero de Cantillana (1819-1849)
Continuando con esta lección sobre los bandoleros famosos españoles, hemos de detenernos en la figura de Francisco Antonio Jiménez Ledesma que nació en Cantillana (Sevilla) en una familia humilde, siendo su padre el barquero que transportaba a los mercaderes y mercancías desde Cantillana a Sevilla.
Desde muy temprano tuvo problemas con el alcalde del pueblo ya que destituyó a su padre como barquero y, tras la muerte de este, le negó el trabajo a Curro. Desde aquel momento este famoso bandolero comenzó a crear una venganza contra el edil. En primer lugar, acabó con la vida de su hijo Enrique y de dos de sus sobrinos, tras esto marchó a la sierra donde creó un grupo de bandoleros. Su primera actuación en grupo fue contra el mismo edil, pues tras la muerte de la madre de Curro, su grupo bajó de la sierra para incendiar la hacienda del magistrado.
Tras esto acometió un sinfín de tropelías por toda la sierra de Sevilla atacando a la mayoría de los pueblos de la comarca, siendo sus objetivos principales los ediles y los mercaderes. Fueron muchos los intentos que hubo por parte de los alcaldes para acabar con su grupo, realizando falsas acusaciones, creando cuerpos paramilitares para acabar con su vida.
Sin embargo, fue el aviso de un mercader a la recién creada Guardia Civil lo que acabaría con la vida del famoso bandolero sevillano, en el año 1849 a los 29 años de edad fallecía tiroteado Francisco Antonio Jiménez Ledesma.
El Tempranillo (1805-1833)
Siguiendo con nuestra lección sobre los bandoleros famosos españoles, pasamos a hablar de José María Hinojosa quien nació en Jauja, una aldea perteneciente a Lucena a la orilla del río Genil, en el 21 de junio de 1805.
De familia humilde, a los once años se vio obligado a marchar a Montilla para trabajar, encontrándose allí su padre que murió a causa de una bala, es decir, asesinado. De esa manera el niño con tan solo diecisiete años asesinaba al que había matado a su padre, teniendo que esconderse en una hacienda donde conocería a una mujer María Fuensanta.
Fueron varias las visitas que realizaría a esta joven, haciendo que un gitano que la pretendía le obligara a batirse en duelo donde el muchacho acabó con la vida de su oponente. Tras esto comenzó un sinfín de asaltos a las gentes más acomodadas de toda la sierra Morena, su fama llegó incluso a la Corte, donde el mismo Fernando VII vio imposible acabar con la fama de este mediante el uso de la fuerza.
De esa manera, le ofreció al Tempranillo la opción de dejar el bandolerismo para convertirse en el Jefe del Escuadrón Franco y Protección de la Seguridad de Andalucía, siendo sus deberes el de acabar con los demás grupos de bandoleros. Éste encontró en dicha oferta una forma de cambiar de vida y aceptó.
El 22 de septiembre de 1833 fallecía en un tiroteo ante un grupo de bandoleros en la Alameda.
El Pernales (1879-1907)
Francisco Ríos González nació el 23 de julio de 1879 en Estepa (Sevilla) en el seno de una familia bastante pobre. Nunca llegó a recibir educación y desde pequeño ejerció la actividad de cabrero junto a su padre, con el que acometió sus primeros actos vandálicos. En uno de los enfrentamientos con la benemérita, falleció el padre, pasando este a formar parte de las filas del grupo de bandoleros de su tío. Su actividad de centraría en la campiña cordobesa y sevillana, donde realizó innumerables robos y secuestros.
Su vida transcurrió entre un sinfín de secuestros y muertes a las cuales en ocasiones este afirmaba que eran justas. Aún siendo un ser implacable, parece ser que tenía una pizca de caridad y así lo dejó ver en algunas ocasiones ya que ayudaría a los más desfavorecidos de la sociedad.
Nos encontramos ante el último bandolero que habrá en España que acababa sus días el 31 de agosto del año 1907, cuando se encontraba descansando junto con uno de su grupo en la sierra de Alcaraz, cuando se dirigían a Valencia para embarcar hacia América. Tanto el Pernales como el Niño fueron tiroteados por la Guardia Civil.
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