Cómo era el comercio en la antigua Roma - Resumen

Cómo era el comercio en la antigua Roma - Resumen
Imagen: Portal Clásico

El pueblo civilizador de Europa occidental fue conocido por su enorme poder militar, pues fue a base de legiones como llegó a dominar Europa, Próximo Oriente y el norte de África. En esta lección de unPROFESOR os hablaremos sobre cómo era el comercio en la antigua Roma, un sistema económico que tenía un fin muy concreto, alimentar a esas legiones que se situaban en los extremos del Imperio para defenderlo de las poblaciones bárbaras, y por el otro lado para satisfacer los gustos más extravagantes de los aristócratas.

El comercio terrestre en la Antigua Roma

Si es famoso el Imperio romano es por una de las construcciones que más han perdurado a lo largo de los siglos y que a día de hoy han servido para crear redes de circulación: estamos hablando de las calzadas. Estas vías eran realizadas por las legiones y otros trabajadores del Imperio para movilizar de una manera más rápida los ejércitos, además de ser las vías por las cuales los viandantes y las mercancías eran transportadas hasta los lugares de llegada. De ahí viene el dicho de “todos los caminos llevan a Roma” pues era desde la capital donde salían diferentes vías, las cuales se irían ramificando para conectar el vasto Imperio.

Estas se encontraban divididas en dos: las principales, las cuales tenían una anchura considerable y eran realizadas de bloques de piedra mucho más grandes y las secundarias, que tenían una anchura inferior (aunque lo suficiente para que formasen las legiones y pudieran pasar los carros con mercancías).

Sin duda, dentro de la lección sobre el comercio en la antigua Roma, debemos de tener claro que las calzadas indispensables para el comercio terrestre, un comercio que estaba relacionado con productos pesados y poco lujosos (dado que el bandolerismo estaba muy extendido por todas las zonas de los pueblos sometidos a dominio romano).

Eran un elemento fundamental para el abastecimiento de las tropas situadas en los extremos del Imperio, tropas que se encontraban acuarteladas con el objetivo de defenderse de posibles invasiones producidas por los pueblos de Germania o provenientes de Asia. Hasta ahí, el Gobierno, debía de mandar alimentos, ropajes, armas y todo lo necesario para que las tropas tuvieran lo suficiente para poder realizar sus actividades. Del mismo modo, debía de mandárseles su salario, pues el retraso de este o no enviarlo, podía ocasionar que las tropas dejasen de acatar las órdenes del Imperio.

A partir del S III d.C. el Imperio entrará en una profunda crisis económica y social, que hará que no lleguen los productos al limex, ocasionando una serie de problemas y rebeliones entre los soldados, elemento que dio lugar a que muchos abandonaran sus obligaciones en busca de realizar rapiñas o incluso marchando a otros lugares para buscar un porvenir mejor. Ello haría que las fronteras estuvieran menos protegidas, dando lugar a la entrada de pueblos bárbaros.

En esta otra lección te descubrimos las características de la civilización romana para que conozcas mejor cómo se vivía en el imperio.

Imagen: Estudios Sociales

La ruta comercial mediterránea

Continuando con la lección sobre cómo era el comercio en la antigua Roma, nos centramos ahora en el Mare nostrum, es decir, el Mediterráneo, un mar cerrado cuyo dominio era exclusivo de Roma y, por ende, el comercio que se realizaba era mucho más seguro, pues solo las inclemencias meteorológicas harían que las mercancías no llegaran a puerto (nunca mejor dicho).

Era un comercio mucho más rápido que el terrestre y el valor de las mercancías solía ser mucho más valios;, un ejemplo de ello lo tenemos en la Península Ibérica de dónde provenía el aceite de oliva, el vino y los metales (de la Bética) y desde el otro lado del Imperio, también desde el mar, tanto desde Constantinopla, como desde la costa Siro-palestina, las especias, la seda y productos orientales (ruta de la seda).

Estos elementos eran traídos a Roma para suministrárselos a la aristocracia y al sector religioso en primer lugar. Y de calidades inferiores (vino y aceite) para el resto de la población. No obstante, también se enviaban a la capital cereales desde Egipto y África, pues eran los graneros del Imperio.

Imagen: Gladiatrix

El grupo mercantil

Aunque era el Gobierno quien solía realizar los cómputos de los productos que se debían exportar o importar, serían privados los que trabajarían para hacerlo, es decir, eran hombres pudientes, los cuales facilitaban al Gobierno el dinero, transportes, etc., a cambio de un beneficio. Este grupo, estaba conformado por los aristócratas y familias pudientes de Roma que, gracias al amplio clientelismo que tenían por todos los lugares del Imperio, podían realizar las transacciones comerciales sin tener que moverse de la capital.

Para concluir con la lección sobre el comercio en la antigua Roma, hemos de mencionar que, a mediados del S II, encontraremos un estancamiento en el sistema comercial, pues la inestabilidad política del Imperio, hizo que las provincias comenzaran a tener una mayor autonomía, lo cual vino unido a la constante basculación del poder económico hacia oriente, Constantinopla, que fue recibiendo cada vez más la afluencia de los poderosos.

Y, por último, encontraremos el problema de las invasiones de los pueblos germanos, que ya en el S IV, era más que evidente la inoperancia del sistema de gobierno de Roma.

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