El final del S XIX para España estuvo cargado de una serie de elementos que acabarían dando muerte a lo que había sido el mayor Imperio europeo y que, hasta entonces, mantenía una serie de posesiones en ultramar. En esta lección de unPROFESOR nos adentraremos en las consecuencias del desastre del 98, nombre con el que se conoció a la derrota sufrida ante los Estados Unidos de América, motivo por el cual se perderían las islas de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam que pasarían a ser posesión de los EEUU.
Antecedentes a la guerra de Cuba
Debemos de tener en cuenta que los Estados Unidos de América (desde su creación hasta el siglo XX) tendrá una política continental cuya frase más conocida era “América para los americanos”. Con este fin, en el último cuarto del siglo XIX habían puesto en su mira al Caribe español y algunas islas del Pacífico, que veían que debían estar bajo su dominio por estar próximas al continente.
Por otro lado, uno de los elementos que jugó en contra de los españoles sería el independentismo que había crecido en Cuba durante la segunda mitad del siglo, provocando algunas revueltas que, de una manera u otra, la metrópoli había conseguido calmar. Esto sería utilizado por los periodistas estadounidenses como punta de lanza para ir adoctrinando a los americanos en contra de los españoles, en vista a una posible intervención sobre la isla.
De esa manera es fácil encontrar por las filmotecas una serie de grabados o dibujos con tintes muy satíricos en los cuales España aparecía como una gran opresora del pueblo cubano, aunque de manera inversa también encontraremos tiras satíricas provenientes de España en las que aparecía la sombra de la mano de los Estados Unidos sobre las islas para intentar tomarlas. Todo ello fue propiciando una serie de tensiones que acabaría llegando al conflicto bélico.
Otros casos de conflicto internacional en territorio español
Debemos saber que, para España, los territorios de ultramar nunca fueron considerados colonias propiamente dichas, sino que más bien eran territorios “autonómicos” dentro del reino de España que tenían unos códigos especiales por el que solo podían comerciar con la península. El problema fue que estos reglamentos no eran bien vistos por la incipiente burguesía que había en dichos territorios, pues no podían sacar más beneficios.
Así encontraremos una serie de idearios creados por miembros de aquellas sociedades en las que se tachaba a la metrópoli como una tirana y opresora. Todo ello llevaría a un ambiente de crispación que acabó produciendo una serie de revueltas y revoluciones. Fueron estos casos los que aprovecharon muchas potencias para intentar arrebatar a España todo lo que le quedaba fuera de la península.
Este fue el caso de Alemania sobre Papúa y las Carolinas, en las que este país europeo quería introducir un protectorado debido a la gran riqueza que tenía dicha zona. Esta fue otro de los conflictos a los que tuvo que hacer frente nuestro país en el último cuarto del siglo XIX aunque, en ese momento, la defensa española fue bastante férrea y consiguió frenar el avance de dicha potencia emergente.
El hundimiento del Maine y el comienzo de la contienda
Siguiendo con nuestra lección sobre las consecuencias del desastre del 98, debemos pararnos para conocer otra de las excusas que pusieron los EEUU para comenzar la guerra, siendo en este caso el hundimiento del Maine el 15 de febrero de 1898 en el puerto de la Habana, mientras los oficiales americanos disfrutaban de una velada en su honor con las autoridades españolas.
Rápidamente este hecho fue tachado por parte de los americanos como un ataque a su honor y exigieron al gobierno español la retirada de Cuba. Por parte española se negaron las acusaciones enviadas por los ambiciosos americanos y de esa manera comenzó una guerra entre los dos países.
Un hecho que quedó desvelado casi un siglo después, en el 1975, fue que el Maine estaba en unas condiciones deplorables y que sería una combustión interna del barco lo que hizo que explotara, siendo por tanto una estratagema por parte de los americanos, el haber dejado tal Caballo de Troya en la Habana.
Un factor importante, además de la potencia militar de los Estados Unidos y su cercanía a los focos de combate, fue que meses antes habían ido cercando la zona de las Filipinas, Puerto Rico, Guam y Cuba, creando de esa manera una especie de bloqueo para un posible conflicto. Así cuando se firmó el tratado de guerra, las tropas americanas comenzarían su bloqueo haciendo imposible la resistencia española, que consiguió hundir solamente un barco, el USS Merrimac, mientras que los americanos acabarían con dos flotas españolas.
Eso sí, los dos acorazados más importantes de España que hubieran podido cambiar el rumbo de la guerra nunca llegaron a salir del puerto, dando por sentada la idea que tenía el gobierno hacia las islas, las cuales desde tiempo atrás habían estado minando la política de los españoles y amenazaba con acabar con el sistema de la Restauración. Así en julio de 1898, España comenzó las negociaciones de paz con los Estados Unidos de América.
En esta otra lección de unPROFESOR te ofrecemos un resumen breve del Desastre del 98.
Consecuencias de la guerra
El 10 de diciembre de 1898 se producían los acuerdos de París, por el que España abandonaba Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam a cambio de 20 millones de dólares. Dentro de las consecuencias del desastre del 98 debemos de mencionar las más importantes:
Independencia de Cuba
La isla de Cuba, aun siendo abandonada por parte de España, se decidió que fuera independiente, hecho que quedó concretado en 1902, aunque bajo la tutela de los Estados Unidos (nunca se llegó a realizar y por ello más adelante estallaría la Revolución cubana).
Pérdida de fuerza del Imperio Español
Las islas españolas que había en Oceanía, como eras las Marianas, las Carolinas y Palaos, serían vendidas a Alemania en 1899 por 25 millones de pesetas, debido a que España no era capaz de mantenerlas militarmente, pues el año anterior había perdido casi toda su flota.
De esa manera, los restos que quedaban del antiguo Imperio español en 1898 fueron perdidos, creándose un sentimiento de crispación que pronto se dejaría ver en la literatura española. Así nacía en nuestro país la llamada Generación del 98, cuyos personajes más destacados fueron Unamuno, Pío Baroja, Maeztu, entre un nutrido grupo de hombres relacionado con la cultura.
Aumento de los nacionalismos
Dentro de las consecuencias del desastre del 98 encontramos el aumento de los nacionalismos por toda la península, en respuesta al ataque sufrido por las potencias extranjeras, que se dejó ver tanto en la cultura, como en el arte.
Del mismo modo apareció el Regeneracionismo, que quería acabar con el sistema caciquil impuesto por Cánovas del Castillo para la regeneración de los gobiernos. La figura principal de este sería Joaquín Costa, quien advertía que se podía salvar el sistema de la Restauración, siempre y cuando se eliminaran una serie de barreras, las cuales no dejaban entrar ideas nuevas al gobierno.
Por ello y al igual que pasaría con los nacionalismos, se llevó a las escuelas para educar a las próximas generaciones.
Sin embargo, un hecho que nadie esperaría fue que los mercados españoles, apenas sufrieron con la pérdida de las colonias, es más, se puede decir que incluso mejoró, debido a que se repatriaron muchos bienes que había en las islas, lo cual repercutió en gran medida en las arcas del país.
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