Degas: obras impresionistas

Degas: obras impresionistas

Edgar Degas (1834 -1917) fue un dibujante, escultor y pintor realista e impresionista que se destaca por su virtuosismo y por ser uno de los fundadores del Impresionismo, si bien no del grupo de los impresionistas puros.

Así, Degas es dueño de un estilo único que, aunque vinculado con el Impresionismo, él se consideraba realista por su amor por el dibujo y su desinterés por el paisaje, prefiriendo interiores. Además, y tal y como puede comprobarse en sus obras, Degas estaba obsesionado con a danza y el cuerpo humano, ambientando casi la mitad de sus obras en el ballet, con la bailarinas como protagonistas.

En este artículo de unPROFESOR.com te ofrecemos una selección de las obras impresionistas de Degas para que puedas identificar las características de este movimiento artístico que impactaron en el pintor.

Características de las obras de Degas

Degas también compartió inquietudes con los impresionistas, quedando patente en sus obras. Y es que, en 1874, tras volver de un viaje a Italia y cansado de ser rechazado por los grandes salones de exhibiciones de París, Degas decidió exhibir su obra en el Salón de París junto al grupo de pintores independientes, posteriormente conocido como los Impresionistas.

Degas se relacionó con Manet, Cézanne, Renoir y con el escritor Émile Zola, siendo su máxima influencia el escritor Edmond Duranty.

Entre las características más destacadas de las obras impresionistas de Degas:

  • Interés e influencia de la fotografía, eliminando los encuadres típicos para aportar espontaneidad
  • Inspiración e interés por los grabados japoneses
  • Gusto por captar el movimiento, algo especialmente notable en sus dibujos y pinturas de bailarinas.
  • Búsqueda de la belleza.

El ensayo (1873), una de las obras impresionistas de Degas

El ensayo constituye una de las primeras obras de Degas en las que trata el tema de las bailarinas de ballet. Un tema considerado moderno por sus contemporáneos. Un estudio de danza en el que las bailarinas son niñas y adolescentes que arrancan su andadura en el mundo del ballet.

La escena se ordena siguiendo la inspiración de los grabados japoneses, colocando figuras en un primer plano y otras en planos superiores y otras al fondo realizando pasos de baile bajo la dirección de un maestro.

La luz procede de tres ventanales con unos cortinajes que ayudan a crear una atmósfera muy especial, además de crear diferentes efectos de color, luces y sombras sobre las ropas de las bailarinas.

Otra de las características de Impresionismo que podemos apreciar es la influencia de la fotografía al cortar los planos, crear contrastes entre el blanco de los vestidos y los tonos oscuros del suelo.

La clase de danza (1874)

Este óleo sobre lienzo está considerado como realista, si bien en él ya nos muestra uno de sus temas clave, las bailarinas y las clases de ballet. Una obra muy elaborada en la que nos muestra una de las salas de ensayo de la Ópera de París. Una de las figuras más reconocibles es el profesor de ballet Jules Perrot.

El barreño (1886)

También considera realista por la temática y su deseo de mostrar al espectador el movimiento, la actividad y la anatomía de las protagonistas de una serie de cuadros de mujeres bañándose en bañeras y barreños. Una serie en la que se aprecia la influencia de los grabados japoneses, típico de los pintores impresionistas.

Músicos en la orquesta (1872-1876)

Músicos en la orquesta es otra de las obras impresionistas de Degas. Este óleo sobre lienzo de Degas nos ilustra sobre la evolución artística de Degas del realismo al Impresionismo. La escena nos muestra a los músicos de la orquesta pintados al estilo realista mientras que las bailarinas que bailan en el escenario lo están al estilo impresionista.

Cuando ya había pintado el cuadro con los músicos y se lo había regalado a un amigo, Degas se lo solicitó para hacer unos cambios. Así, en 1874 Degas reorganiza las figuras y, tras quitar unos 5 centímetros a derecha e izquierda, añadió 20 centímetros en la parte superior para añadir las bailarinas.

La absenta (1876)

Degas también fue un gran retratista y observador de las clases populares, denunciando en ocasiones la situación que atravesaban sombrereras, planchadoras, bailarinas y, como en el caso de esta obra, de dos alcohólicos. Degas nos muestra a una mujer sentada en un café con un vaso de absenta en su mesa. Ella tiene la vista perdida y el hombre mira hacia otro lado.

Una crítica del pintor a la indiferencia con la que se vive la degradación en la que caen las personas que consumen absenta. Una autodestrucción que Degas refleja muy bien en este cuadro.

Bailarinas de azul (1893)

Esta es ya una de las obras de la última fase de la trayectoria artística de Degas. Un momento en el que la estética impresionista es ya muy marcada. Así, Degas utiliza manchas gruesas de color, colores pastel y texturas para recrear una de sus escenas favoritas: las de las clases o los espectáculos de ballet.

Hay que tener en cuenta que el pintor comenzó a perder vista desde 1880, dedicándose al manejo del pastel para poder mantener la fluidez del trazo.

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Bibliografía
  • BÁEZ, Marina Barrientos. Degas y sus bailarinas. Danzaratte: Revista del Conservatorio Superior de Danza de Málaga, 2009, no 5, p. 30-36.
  • DEGAS, Edgar. Las esculturas de Edgar Degas. Generalitat Valenciana, 2011.
  • RUBIO, S y EFA.R. Degas. La danza de la soledad, Norma Editorial, 2021
  • SOLANA, Guillermo. El impresionismo. Anaya, 1991.
  • SOTO, Antonio Cobos. Impresionismo. Arbor, 2000, vol. 165, no 649, p. 1-19.