Edvard Munch: obras más importantes

Edvard Munch: obras más importantes

Edvard Munch (1863-1944) es un pintor y grabador noruego que adoptó la sensibilidad del simbolismo, siendo además una de las figuras más reconocidas e influyentes de la nueva generación de pintores expresionistas europeos, si bien no puede etiquetarse dentro de un movimiento concreto. Munch fue un artista muy prolífico, mostrando en sus obras su obsesión por la muerte, la enfermedad crónica, la sexualidad y la religión.

Unas obsesiones que plasmó a través de colores intensos, tendencia a la abstracción y una temática sombría, angustiosa y melancólica. Aunque se formó durante el apogeo del Art Nouveau, Munch abandonó todo lo decorativo y orgánico para mostrar la psicología humana desde un punto de vista perturbador. En esta lección de unPROFESOR.com te ofrecemos una selección de las obras más importantes de Edvard Munch para que conozcas las claves estilísticas de este pintor.

La niña enferma (1885-1907), una de las obras de Munch más importantes

Munch creó un lenguaje original y único gracias a su estilo indefinible que no se puede incorporar a ningún estilo concreto. Así, dialogó libremente con el postimpresionismo, el simbolismo, el art Nouveau y el expresionismo. Entre sus obras más destacadas está La niña enferma.

La niña enferma es una de las primeras obras de Munch. Una obra dedicada a su hermana fallecida por tuberculosis y en la que vuelve la ansiedad y la tristeza que le generó esa temprana pérdida. En el cuadro nos muestra a la niña sentada en la cama con un gesto de resignación y la madre con una pose afligida y desolada, si bien la madre había fallecido años antes, también de tuberculosis.

Las pinceladas son ásperas y los tonos son melancólicos y oscuros, destacándose la figura de la muchacha con tonos dorados y claros. Se ubica en la Tate Gallery de Londres.

“No voy a pintar más interiores con hombres leyendo y mujeres tejiendo. Voy a pintar la vida de personas que respiran, sienten, sufren y aman”.

Noche en St. Cloud (1890)

Este cuadro es un tributo al padre del artista fallecido el año anterior. Una obra que el artista pintó poco después de su llegada a París, revelándonos la influencia de los postimpresionistas Van Gogh y Toulouse-Lautrec. Aquí, Munch nos presenta una habitación oscura bañada por la luz crepuscular, siendo un espacio ocupado solo por quietud y sombras.

En la obra no aparecen personas como en el cuadro tributo a su hermana, dejando traslucir la fría relación que existía con su padre y transmitiendo Munch el abandono que él sentía. El cuadro se encuentra en la National Gallery de Oslo.

El grito (1893)

Esta es la obra de Munch más icónica y reconocible, la más famosa de toda su carrera artística y sobre cuya creación escribió:

“Caminaba con dos amigos por la carretera, entonces se puso el sol. De repente el cielo se volvió de un rojo sanguinolento, y sentí un estremecimiento de tristeza. Un angustioso dolor me oprimía el pecho. Me detuve, me apoyé en la valla, increíblemente cansado –lenguas de fuego y sangre se extendían sobre el fiordo negro azulado y sobre la ciudad. Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás, temblando aterrorizado y sentí el grito inmenso, infinito de la naturaleza”.

Esta obra es innovadora y en ella se pueden encontrar elementos estéticos del fauvismo, el expresionismo y el surrealismo. El escenario le fue sugerido por un paseo por una carretera con vistas a la ciudad de Oslo a la entrada o salida del hospital psiquiátrico en el que estaba internada su hermana. Munch pintó dos versiones y se encuentra en el Museo Munch de Oslo.

Madonna (1894-1895) de Edvard Munch

Esta obra de Munch es contemporánea de El grito, si bien en esta Madonna se utilizan pinceladas más suaves y colores más tenues. En este cuadro Munch representa a la Virgen María de una forma irreverente y realista, pintándola con un halo rojo de pasión sobre la cabeza en lugar del habitual anillo blanco o dorado.

Aunque su padre era muy religioso, Munch se debatió toda su vida sobre cuál era su verdadera espiritualidad y religiosidad. Al cambiar de título a la obra de Mujer amante o Mujer que ama a Madonna fue toda una provocación. Munch hizo al menos cinco versiones de este cuadro y en ella también plasmó la relación entre el amor y el dolor. El cuadro se localiza en la National Galllery de Oslo.

“Igual que Leonardo da Vinci estudió la anatomía humana y disecó cuerpos, yo intento disecar almas”.

Spring Ploughing (1918)

Tras su estancia en el hospital, Munch abandonó su vida de fiestas y alcohol y se dedicó de nuevo al arte, tomando como inspiración el campo de su tierra natal. Así, sus cuadros se llenaron de animales y paisajes de Noruega, tomando una nueva dirección en la que Munch celebra la vida y el trabajo en lugar de la ansiedad, el miedo y el dolor.

En estas obras, Munch se inspira en Franz Marc, joven expresionista que había tomado a Munch como referente. Marc solía pintar animales en su entorno natural. En esos años, Munch crea obras simbolistas y expresionistas en las que contrasta la inocencia de sus temas con la pincelada y la paleta más madura de un pintor con muchos años de maestría. El cuadro se encuentra en el Munch Museo de Oslo.

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Bibliografía
  • Dutching, Hajo (2017). Edvard Munch. Könemann
  • Lucas, Antonio (2015). Munch es algo más que El Grito.
  • Serrano Ferrández, Elena. (2015) Edvard Munch: la narración del sufrimiento. Revista AMF de la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria.