El concepto de sustancia en Descartes

El concepto de sustancia en Descartes

Hagamos tábula rasa. Supongamos que nuestra mente, está en blanco, vacía de ideas y convicciones. Dudemos, por un momento de todo lo que creemos y empecemos a preguntarnos, qué es la realidad. ¿Existe un mundo exterior independiente de nuestros sentidos, o por el contrario, está condicionada por los mismos?, ¿podemos distinguir la vigilia del sueño?, ¿estamos inmersos en Matrix?, ¿existe un ser pensante y corpóreo viviendo en un mundo real? Descartes, parte de la duda como método para conocer la verdad, y su aplicación, le lleva a afirmar la existencia de 3 substancias.

En esta lección de unPROFESOR, te explicaremos cuál es el concepto de sustancia en Descartes y, para ello, te contaremos en qué consiste la teoría de las 3 substancias de Descartes. Es el comienzo de la filosofía moderna.

¿Cuáles son las sustancias de Descartes?

Descartes es uno de los filósofos más influyentes de la Historia de la Filosofía, siendo una de sus teorías más conocidas la del dualismo mente-cuerpo y la teoría de las sustancias. En esta teoría, Descartes establecía la existencia de tres tipos fundamentales de sustancias:

  • La sustancia pensante: hace referencia a la mente o el alma. Una sustancia que Descartes consideraba no material y dotada de la capacidad de pensar, dudar y razonar. Además, la mente era independiente del cuerpo y, por lo tanto, inmortal.
  • La sustancia extensa: se refiere a la materia y al cuerpo. Descartes define la sustancia extensa como una sustancia con propiedades espaciales y cuantificables, destacando que la materia es mensurable y se puede estudiar siguiendo las leyes de la física y la geometría.
  • La sustancia infinita: la sustancia divina o infinita que Descartes identifica con Dios, siendo una sustancia distanta de la sustancia extensa. Una distinción que marcó todo un cambio en la filosofía y la teología.

La interacción entre las dos primeras sustancias (pensante y extensa) plantea un desafío filosófico que se ha denominado como “el problema mente-cuerpo”, esto es, el problema de cómo determinar la relación entre nuestro estado mental y nuestro estado corporal. Descartes no llegó a explicar de manera clara cómo es la interacción entre el cuerpo y la mente si son sustancias tan diferentes. Esta cuestión filosófica ha sido una constante en los debates filosóficos a lo largo de los siglos.

Concepto de sustancia en Descartes y sus tipos

El concepto de sustancia desempeña un papel central dentro del sistema metafísico diseñado por Descartes. Dentro de este sistema, el filósofo francés estableció la existencia de tres tipos de sustancias fundamentales: la llamada sustancia pensante y la sustancia extensa.

La sustancia pensante

La sustancia pensante es la sustancia que posee la capacidad de pensar, dudar y ser consciente. Descartes identifica la sustancia pensante con la mente o el alma y la define como inmaterial, indivisible e inmutable. Así, Descartes llega a la conclusión de la irrefutabilidad de la existencia de la mente a través de la famosa afirmación “Cogito, ergo sum”, esto es, “pienso, luego existo”. La mente sería también autónoma y, según Descartes, no estaría sujeta a las leyes físicas.

La sustancia extensa

La sustancia extensa tendría extensión en el espacio y estaría sujeta a las leyes de la física. La materia y el cuerpo serían dos sustancias extensas, describiéndolas Descartes en término de figuras geométricas y extensiones físicas. La sustancia extensa es cuantificable y puede ser estudiada mediante principios matemáticos. A diferencia de la mente, la sustancia extensa no tiene la capacidad de pensar ni de tener conciencia.

La sustancia infinita o divina, esto es, Dios.

En la Meditación III, Descartes define la sustancia infinita como inteligente, independiente y sumamente poderosa. Algo que confirma a Descartes que, todas las cosas, tanto él mismo como cualquier otra cosa, han sido creadas por esa sustancia.

La distinción entre estas sustancias es una importante aportación a la filosofía occidental, abriendo un intenso debate entre pensadores de diferentes corrientes y épocas.

La duda como método en Descartes

Para saber cuál es el concepto de sustancia en Descartes tenemos que saber que la incertidumbre es el punto de partida de René Descartes, padre de la filosofía moderna. Parte de la duda cartesiana como instrumento para llegar a la verdad. Pero lo verdaderamente revolucionario es que, por primera vez, el sujeto es el punto de partida del conocimiento, abriendo el camino a la filosofía moderna.

La duda es, pues, su método para encontrar una idea, tan clara y distinta, que no quede ninguna duda de su evidencia. El filósofo pretende construir un sistema filosófico válido, partiendo del modelo matemático, el único en el que encuentra satisfacción debido a la certeza y evidencia de sus razonamientos. Solo existe un método para alcanzar la verdad y este es el método científico (Concepto de Mathesis Universalis, Regla I, El Discurso del Método).

La duda es universal, metódica, teorética, hiperbólica y exagerada. Y así, duda de los sentidos e incluso de las matemáticas, pero de lo que no puede dudar es de la perfección y de la verdad de Dios, la única garantía de la verdad, ya que es imposible que un ser tan bondadoso, pueda engañarnos (De esta forma, elimina la hipótesis del genio maligno=Matrix)

Descartes es un racionalista que afirma la validez de la razón como única fuente de conocimiento y la existencia de ideas innatas en el individuo. Pero a la vez, se pregunta, por qué la razón, siendo una herramienta tan valiosa y eficaz, conduce tantas veces al error. El problema, sin duda, es la falta de un método.

Las 4 reglas del método

  • 1ª. Evidencia."No admitir como verdadera cosa alguna si no se con evidencia que lo es, es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presente tan clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda."
  • 2ª. Análisis. "Dividir cada una de las dificultades que examinaré, en cuantas partes fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución"
  • 3ª. Síntesis. "Conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo gradualmente hasta el conocimiento de los más compuestos e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente.
  • 4ª. Enumeración. "Hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada"

Las tres substancias de Descartes

Para conocer el concepto de sustancia en Descartes tenemos que saber que el método lleva a Descartes a encontrar la primera certeza absoluta, es decir, la existencia del sujeto que piensa, que se resume en la frase "cogito, ergo sum". El yo pienso es una verdad clara y distinta, inmediata, intuitiva. La primera evidencia de la que no podemos dudar porque,el hecho mismo de dudar, es la evidencia de la existencia de un sujeto pensante.

Así, afirma la existencia de 3 substancias. El filósofo llama substancia a todo aquello que no necesita de ninguna otra realidad para existir. En este sentido, sólo Dios o la res infinita” podría ser una sustancia, sin embargo, admite que existen otras dos sustancias que componen la totalidad de lo que es real: la "res cogitans" y a la "res extensa", y son independientes entre sí.

1. La Res cogitans: el yo pensante

El pensamiento o conciencia, como conjunto de pensamientos, ideas y representaciones que existen en el yo es la subjetividad y a la vez la más firme realidad, al ser lo único que sobrepasó a la duda. El yo que duda, que piensa, que siente, que tiene ideas…

"Examiné después atentamente lo que yo era, y viendo que podía fingir que no tenía cuerpo alguno y que no había mundo ni lugar alguno en el que yo me encontrase, pero que no podía fingir por ello que yo no fuese, (...) conocí por ello que yo era una sustancia cuya esencia o naturaleza toda es pensar, y que no necesita, para ser, de lugar alguno, ni depende de cosa alguna material; de suerte que este yo, es decir, el alma por la cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y hasta más fácil de conocer que éste y, aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es."

Pero esto, no le garantiza la existencia más allá del sujeto.

2. La res infinita o sustancia divina: Dios

Tras un análisis de la substancia pensante, Descartes llega a la conclusión de que la idea de perfección, si bien es una intuición, no es una cualidad del mismo y, por lo tanto, debe existir un ser, que de hecho, sí la posea, es decir, Dios, que se descubre como idea innata del cogito. Esta es la garantía de que existe una realidad más allá del sujeto, y por lo tanto, es garantía de la verdad.

"Es también (la idea) por completo clara y definida, ya que todo lo que percibo clara y definidamente que es real y verdadero y que encierra alguna perfección, está contenido en su totalidad en esta idea."

3. La res extensa: el mundo

El mundo tiene que existir porque un Dios tan perfecto no permitiría que el ser pensante viviera en semejante engaño. El mundo ha sido creado por dios, una substancia finita, imperfecta, formada por de los animales (humanos y no humanos), los vegetales y los minerales. Es el creador de la gran máquina que es el mundo, causa del primer movimiento, y de la inercia. A partir de aquí se construye la física cartesiana.

Imagen: filosofia para la buena vida

¿Qué sustancia es más importante para Descartes?

En la ontología cartesiana establecida por Descartes, Dios o la sustancia infinita es la única que se ajusta a la definición de sustancia en términos absolutos, sin embargo, si se puede aplicar también a la pensante y a la material ya que ambas son independientes la una de la otra, si bien ambas necesitan de Dios. Así, lo real puede aparecer en tres dimensiones independientes y separadas. Una división del ser en tres dimensiones que supuso un problema para Descartes al tener que explicar también las interacciones que observamos que existen entre lo físico y lo mental. Un problema de incomunicación de las sustancias que se ha denominado como el problema cartesiano.

Sea como fuere, el sistema cartesiano está considerado como la primera gran filosofía de la Edad Moderna, un sistema filosófico total que tomó como base la confianza absoluta en el poder de la razón. De esta manera, y aunque Descartes no se estableció una prioridad o relevancia explícita de una sustancia sobre la otra, sí que se evidencia cómo él atribuyó una importancia especial a la sustancia pensante, aquella que identifica con la mente o el alma.

Descartes considera la mente como aquel lugar en el que reside el pensamiento y la conciencia, siendo la mente la que nos permite ser conscientes de nuestra existencia. Solo puedo tener una certeza clara de mi existencia gracias a mi capacidad para pensar: “Cogito, ergo sum”. La certidumbre de que la mente existe llevó a Descartes a afirmar que la existencia de la mente era más clara y evidente que la del cuerpo o las cosas materiales.

¿Qué entiende Descartes por sustancia infinita?

Descartes, filósofo racionalista francés del siglo XVII, abordó la noción de sustancia en su obra “Meditaciones metafísicas” y en ella sostiene como la sustancia infinita es Dios, una sustancia infinita, independiente, sumamente poderosa e inteligente que presenta todas las perfecciones.

En la tercera meditación de la precitada obra, Descartes concluye que existen tres tipos de sustancias: la sustancia divina (Dios), la sustancia pensante (la mente o el alma) y la sustancia extensa (el cuerpo o la materia). Dios sería la sustancia infinita pues posee todas las perfecciones, incluida la perfección de existir necesariamente, mientras que las sustancias pensantes y extensas son finitas y solo dependen de Dios para su existencia.

Por lo tanto, la sustancia infinita en la filosofía de Descartes hace referencia a la naturaleza divina que posee todas las perfecciones y es la causa de la existencia de todas las demás sustancias finitas.

El yo pensante Descartes

En su obra las “Meditaciones metafísicas”, Descartes llegó a la conclusión “Cogito, ergo sum”, un principio que establece la certeza indudable de la existencia del yo pensante, esto es, el ser no puede dudar de que duda, de que piensa y medita.

Este concepto dentro de la filosofía de Descartes tiene las siguientes características.

La duda metódica

Descartes desarrolla su planteamiento sobre la búsqueda del conocimiento partiendo de la duda radical. Esto es, pone en duda todas las creencias que ha aceptado hasta ese momento para encontrar un fundamento indudable, esto es, la única cosa de la que no puede dudar es del acto mismo de la duda y, por tanto, del pensamiento.

El pensamiento es un fundamento indudable. A través de la duda metódica, Descartes llega a la conclusión de que incluso si esta siendo engañado y todo aquello que percibe es falso, la duda y el pensamiento implica la existencia de un yo pensante.

El dualismo cartesiano

A partir de la certeza en el yo pensante, descarte desarrolló su dualismo cartesiano. Un dualismo que establece una clara distinción entre la res cogitans y la res extensa.

La relación con Dios

Descartes también argumenta que la idea de Dios como ser perfecto e infinito no puede derivarse de sus limitaciones finitas, por ello, la idea de Dios debe ser innata, esto es, puesta en su mente por un ser perfecto. Una idea que refuerza la conexión entre el yo pensante y la existencia de Dios.

El yo pensante es el fundamento indudable de la existencia individual, establecido a través de la reflexión y la conciencia del pensamiento, constituyendo el punto de partida para la exploración de la naturaleza de la realidad y la existencia.

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Bibliografía
  • El Discurso del Método. René Descartes. Alianza
  • Meditaciones Metafísicas. René Descartes. JG Editorial
  • The Matrix and Philosophy: Welcome to the Desert of the Real. William Irwin