El conflicto neurótico según Freud

El conflicto neurótico según Freud

En esta lección de unPROFESOR te explicamos el concepto del conflicto neurótico según Freud, padre del psicoanálisis y una de los más grandes pensadores del siglo XX. Para este médico neurólogo, la neurosis, propia del ser humano, es consecuencia del deseo y la prohibición de lo mismo, de lo contrario, no existiría.

El deseo es algo natural, instintivo frente a la prohibición, que es producto de un elemento sociocultural. Por lo tanto es en el seno de la sociedad donde se origina el conflicto neurótico. La psique humana, dice Freud, está estructurada de una forma muy especial y muchos de sus mecanismos no son conscientes.

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Qué es el conflicto para Freud: resumen

Freud afirma que todos los seres humanos tenemos un conflicto neurótico que nace del hecho de que nosotros deseamos y nos prohibimos lo mismo. Si nosotros deseáramos una cosa, y nos prohibiéramos otra, este conflicto no existiría.

Hay que tener en cuenta que el deseo nace de un elemento claramente natural, instintivo, mientras que la prohibición nace de un elemento cultural y social, por lo tanto, la raíz del problema surge de la convivencia social a partir de los instintos naturales.

El conflicto neurótico nace a partir de los conceptos de la segunda tópica: Ello, Yo, Super Yo.

El origen del conflicto neurótico según Freud

Freud habla de una estructura especial dividida en tres partes (tópicas) que regularían el comportamiento de la psique humana. En un principio, entre los años 1913 y 195, hablaría de tres partes (primera tópica): Consciente, Preconciente e Inconsciente. Pero a desde los años 20 en adelante, desarrolla su segunda tópica, y completa su teoría con los conceptos de Yo, Ello y Superyó, y a partir de estos, va a explicaría su teoría del conflicto neurótico.

Esta sería la estructura de la mente del ser humano:

  • Ello: aquello que el ser humano desea. La expresión mental de las pulsiones (amor y muerte)
  • Yo: se dirige a la defensa y a la autoconservación. Es la parte con la que el individuo se identifica
  • Superyó: se opone al Ello al prohibirse el deseo, teniendo en cuenta que está prohibición viene de dentro del sujeto, no se trata de algo externo a él. Se trata de las prohibiciones morales que el individuo se impone a sí mismo al considerar que no debe hacer, y en muchos casos esto coincide con lo que desea. Según Freud, nace del complejo de Edipo y de traumas infantiles no resueltos.

Estas tres partes se encuentran juntas en el cerebro y comparte funciones, pero la mayoría de sus mecanismos actúan a nivel inconsciente.

Imagen: Filosofía digital

Mecanismos de defensa para cubrir el conflicto neurótico

Para seguir hablando sobre el conflicto neurótico según Freud tenemos que saber que, según este filósofo contemporáneo, la mente humana desarrolla diferentes mecanismos de defensa para mitigar el conflicto neurótico, explica Freud. Pero en muchas ocasiones, estos mecanismos, que intentar dar solución a un problema, pasan a ser el problema mismo. Freud habla de distintos mecanismos de defensa principalmente.

Principales mecanismos de defensa

  • Represión: consiste en ignorar el deseo, reprimirlo, vivir como si ese deseo no existiera, lo cual no significa que el deseo no exista. La negación del deseo, favorece el desarrollo de distintas patologías psíquicas o de comportamiento.
  • Regresión: se trata de reproducir comportamientos del pasado, en especial de la infancia. Por ejemplo, la inmadurez propia del algunas personas cuando se enfrentan a un problema que no saben resolver.
  • Sublimación: el individuo convierte el objeto de deseo en lo más importante, permitiéndoselo en lugar de negárselo, y por lo tanto no tiene ningún problema en satisfacerlo.
  • Proyección: es la actitud propia del individuo que culpa a algo externo de sus problemas y no es capaz de aceptar su responsabilidad. De esta forma, el problema no se soluciona, porque no se entiende como propio, sino como ajeno.
  • Desplazamiento: se trata de culpabilizar a los demás individuos de los problemas propios. El conflicto neurótico es causado por otras personas y nunca por uno mismo
  • Reacción: consiste en comportarse de forma totalmente opuesta al deseo.

La relación entre las tópicas o partes del cerebro

El inconsciente opera sobre el Ello y ambos mantienen una íntima relación, en especial durante los primeros años de vida, donde los estímulos procedentes del exterior acabarán por determinar lo que finalmente es el Yo, que constituye la parte preconsciente.

De esta forma, parte de lo inconsciente pasa a ser preconsciente y parte, sigue permaneciendo en el inconsciente. El Yo, por tanto, está determinado por lo inconsciente, pero no le es accesible. Esta va a constituir la parte reprimida. El Ello y lo reprimido conviven hasta que se desarrolla el Yo.

Del Yo diría Freud:

“Su operación psicológica consiste en elevar los decursos del ello a un nivel dinámico más alto (p. ej., en mudar energía libremente móvil en energía ligada, como corresponde al estado preconciente); y su operación constructiva, en interpolar entre exigencia pulsional y acción satisfaciente la actividad del pensar, que trata de colegir el éxito de las empresas intentadas mediante unas acciones tentaleantes, tras orientarse en el presente y valorizar experiencias anteriores. De esta manera, el yo decide si el intento desembocará en la satisfacción o debe ser desplazado, o si la exigencia de la pulsión no tiene que ser sofocada por completo como peligrosa” (principio de realidad).

Una acción sería correcta si corresponde a la acción conjunta de los tres elementos, Yo, Ello y Superyó. La relación entre el Yo y el Superyó tiene su origen en la infancia cuando los padres influyen sobre los hijos tratando de inculcarles sus valores. Es decir, por “el influjo, por ellos propagado, de la tradición de la familia, la raza y el pueblo, así como los requerimientos del medio social respectivo”.

Además de la figura paterna, en la formación del Superyó están involucrados todos aquellos que el individuo percibe como autoridad en el ámbito de la sociedad. El Ello y el Superyó, reciben el influjo del pasado, si bien se trata de un pasado distinto. Aquí es donde el Yo se separa del Ello y del Superyó para dar respuesta previamente a lo experimentado.

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