El fauvismo y Matisse – resumen

El fauvismo arrancó en el año 1905, año en el que Matisse y Derain presentaron en el Salon d'Automne de París las obras que ambos habían pintado en el puerto pesquero de Collioure. Un verano en el que Matisse realizó una obra tan icónica como “La mujer con sombrero”, obra que inspiró el termino fauve (salvaje o fiera salvaje) con el que el crítico Louis Vauxcelles les calificó en su reseña sobre la exposición.

Henri Matisse, como cabeza del movimiento fauve, definió una serie de características básicas y un enfoque artístico que compartió con un grupo de artistas que, pese a no tener un programa definitivo, sí coincidieron en:

• Experimentar con los diversos estilos postimpresionistas de artistas como Vincent van Gogh, Gauguin y Cézanne, y el neoimpresionismo de Seurat, Cross y Signac.
• Rechazar el espacio tridimensional tradicional.
• Buscar en su lugar un nuevo espacio pictórico definido por el movimiento de los planos de color.
• Romper con el Impresionismo.
• Pintar con pinceladas atrevidas y utilizar colores vibrantes e intensos, tal cual salen del tubo de pintura.

El grupo de artistas fauve nunca formó un bloque sólido, siendo un movimiento flexible. La mayoría de ellos consideraron que el fauvismo era una etapa de aprendizaje, de transición. Así, en 1908, y ante el interés que despertó la visión de Paul Cézanne sobre el orden y la estructura de la naturaleza, muchos de ellos rechazaron la turbulencia emocional del fauvismo en favor de la lógica del cubismo.

Braque se convirtió en cofundador con Picasso del cubismo. Derain, tras un breve acercamiento al cubismo, se convirtió en un pintor de estilo más clásico. Matisse fue el único que siguió dentro del fauvismo, consiguiendo un equilibrio entre lo emocional y lo que pintaba.

El fauvismo fue comparado con el expresionismo alemán ya que coincidían en algunos aspectos:

• Ambos empleaban colores brillantes y pinceladas espontáneas.
• Estaban en deuda con las mismas fuentes de finales del siglo XIX, especialmente con Van Gogh.

Por otra parte, la principal diferencia entre ambos movimientos radica en que los fauvistas estaban más preocupados por los aspectos formales, mientras que los expresionistas alemanes estaban más involucrados emocionalmente en sus temas.

Además de Matisse y Derain, entro el grupo de artistas fauve también se destaca Maurice de Vlaminck (1876-1958), al que se denomina como fauve natural ya que utilizaba colores muy intensos como parte de su carácter exuberante. Vlaminck adoptó el estilo fauve después de ver la segunda gran exposición retrospectiva de la obra de Van Gogh en el Salon des Indépendants en la primavera de 1905, y las pinturas fauve producidas por Matisse y Derain en Collioure.

André Derain se situó en una zona intermedia entre el intenso Vlaminck y Matisse, mucho más controlado. Trabajó con Vlaminck en Chatou, cerca de París, de forma intermitente desde 1900 en adelante formando parte de la llamada "Escuela de Chatou", y pasando también el productivo verano de 1905 con Matisse en Collioure.

Otros fauvistas importantes fueron Kees van Dongen, Charles Camoin, Henri-Charles Manguin, Othon Friesz, Jean Puy, Louis Valtat y Georges Rouault. Un grupo al que también se unieron en 1906 Georges Braque y Raoul Dufy.

Imagen: La mujer con sombrero de Matisse

Matisse supo crear un estilo propio rompiendo con los estilos artísticos y las normas anteriores, al tiempo que se volcó en innovar y seguir trabajando pese a las limitaciones que la enfermedad le impuso. Y es que Matisse descubrió su vocación como pintor durante un período de convalecencia tras una operación de apendicitis. El pintor, nacido en Le Cateau-Cambresis, localidad del norte de Francia y famosa por sus tejidos, se había licenciado como abogado, llegando a ejercer como tal.

Pero, tras recuperarse y decidirse por la pintura, Matisse comenzó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de París. Era el año 1892 y en la escuela aprendió a pintar al estilo clásico y tradicional, además de estudiar cómo trabajar la luz y el color de artistas como William-Adolphe Bouguereau y Gustave Moreau, que seguían esa tradición clásica.

Junto a esas influencias y aprendizajes, Matisse también se inspiró en otros pintores modernos e innovadores como Vincent Van Gogh, Paul Cézanne, o Paul Gauguin. Así, Matisse experimentó tanto con el naturalismo como con el expresionismo en busca de ese estilo propio que buscaba, además de poseer un especial gusto por el color adquirido en su infancia y juventud entre las coloridas telas de lujo de Bohain y los tejidos de lana de Le Cateau-Cambrésis.

No sería hasta 1905, tras su colaboración con Derain pintando ese verano en Collioure, cuando Matisse halle su estilo, el fauvismo. Un nombre que recibieron de forma despectiva, pero que él adoptó como definitoria. Una palabra que evidenciaba la intensidad el movimiento, su deseo de transmitir sentimientos y emociones mediante el color y desmarcarse el naturalismo y el impresionismo. Obras como La mujer del sombrero (1905), La habitación roja (1908), o La danza (1909) son claves para entender el fauvismo.

Los viajes a países como Marruecos, España o Tahití y su gusto por el exotismo le inspiraron tanto temáticas como el deseo de conseguir armonías tonales y unir el color y la línea. En esa búsqueda de un estilo propio, Matisse experimentó técnicas y materiales a lo largo de toda su trayectoria artística, siendo el fauvismo su gran aportación al mundo del arte.

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