
La filosofía latinoamericana es el reflejo del pensamiento crítico, ético y político que ha surgido en América Latina a lo largo de su historia. No se trata de una simple adaptación de corrientes filosóficas europeas, sino que esta disciplina ha buscado interpretar la realidad del continente desde sus propias vivencias, problemáticas y contextos culturales.
La filosofía en América Latina se ha convertido en una herramienta de resistencia, reflexión y construcción de sentido. En esta lección de unPROFESOR, vamos a explicarte cuáles son los orígenes de la filosofía latinoamericana, sus principales corrientes y los pensadores más importantes.
¿Qué es la filosofía latinoamericana?
La filosofía latinoamericana es una reflexión crítica y sistemática sobre la realidad de América Latina. No se trata simplemente de pensar desde Latinoamérica, sino sobre Latinoamérica, con sus problemas, su historia, su cultura y su gente como punto de partida. Por eso, la filosofía latinoamericana se diferencia de otras corrientes filosóficas más universales o abstractas, ya que busca responder a interrogantes que surgen directamente de las condiciones concretas de vida en la región.
Una de sus características principales es su enfoque en lo concreto, en la praxis. Es una filosofía que no se contenta con teorizar: quiere transformar la realidad. Por eso, muchas veces se entrelaza con la política, la sociología, la educación o incluso la teología.
Etapas de la filosofía latinoamericana
Podemos dividir el desarrollo de la filosofía latinoamericana en varias etapas, aunque estas no son rígidas ni universales. Aun así, esta clasificación nos ayuda a entender cómo ha evolucionado el pensamiento filosófico en la región
Etapa precolombina
La América precolombina tuvo lugar antes de la llegada de los colonizadores europeos, ya existían sistemas de pensamiento complejos entre los pueblos originarios: los mayas, los aztecas, los incas y muchos otros grupos tenían visiones del mundo, del ser humano y del cosmos que pueden considerarse filosóficas. Aunque no usaban la palabra “filosofía” ni un método racional al estilo griego, sus cosmovisiones estaban cargadas de simbolismo, ética y espiritualidad.
El gran problema es que buena parte de este pensamiento se perdió o fue deformado por la colonización. Aun así, en la actualidad se están haciendo esfuerzos por recuperar y revalorizar estas formas de pensamiento ancestral.
Etapa colonial (siglos XVI al XVIII)
Durante el periodo colonial, la filosofía en América Latina estuvo fuertemente influenciada por el pensamiento escolástico traído desde Europa, especialmente por la Iglesia católica. Los centros de pensamiento estaban en las universidades fundadas por los españoles, como la Universidad de San Marcos en Lima o la Universidad de México.
Uno de los grandes filósofos de esta etapa fue Bartolomé de las Casas, defensor de los derechos de los indígenas, quien sostuvo que los pueblos originarios eran plenamente humanos y poseían razón, en contraposición a la visión racista de muchos colonizadores. Otro pensador importante fue Francisco Suárez, aunque nació en España sus ideas influyeron profundamente en la América colonial. Aquí te descubrimos qué es el indigenismo, movimiento del que Bartolomé de las Casas era representante.
Etapa de la independencia y construcción de las repúblicas (siglos XIX y XX)
Con las luchas por la independencia, surgieron nuevas preguntas filosóficas: ¿qué es ser latinoamericano?, ¿qué tipo de república queremos construir?, ¿cómo conciliar nuestra identidad mestiza con la influencia europea?
Filósofos como Andrés Bello en Venezuela y Chile o Simón Bolívar (más político que filósofo, pero con un pensamiento profundo) reflexionaron sobre estos temas. En esta época, también surgió una fuerte influencia del positivismo, especialmente en México, Brasil y Argentina, donde se veía la ciencia como la herramienta clave para el progreso.
El positivismo fue útil para modernizar las instituciones y sistemas educativos, pero también fue criticado por su desprecio hacia las culturas indígenas y populares.
Filosofía del siglo XX: identidad, liberación y compromiso
Durante el siglo XX, la filosofía latinoamericana empieza a definirse como tal, con conciencia de sí misma. Aparecen pensadores que ya no solo repiten las ideas europeas, sino que las adaptan o critican desde la experiencia latinoamericana.
Uno de los grandes movimientos fue la filosofía de la liberación, que surge en los años 70 como respuesta a las dictaduras militares, el neocolonialismo y las enormes desigualdades sociales. Filósofos como Enrique Dussel, Leopoldo Zea o Rodolfo Kusch cuestionan el eurocentrismo y proponen una filosofía que tiene en cuenta a los excluidos, los oprimidos, los pueblos marginados.
También surgieron otras corrientes importantes, como la teología de la liberación (con Gustavo Gutiérrez o Leonardo Boff), que desde una perspectiva cristiana defiende a los pobres y denuncia las estructuras de opresión.

Temas centrales de la filosofía latinoamericana
Al ser una filosofía muy comprometida con su contexto, los temas que trata son muy distintos de los que uno encuentra en la filosofía tradicional occidental. Algunos de los ejes principales son:
- La identidad latinoamericana: ¿Quiénes somos? ¿Somos europeos, indígenas, mestizos? ¿Cómo construir una identidad propia sin copiar modelos externos?
- La justicia social y la pobreza: América Latina es una de las regiones con mayores desigualdades del mundo. La filosofía no puede ignorar esto. De ahí que muchas corrientes se centren en la ética y la responsabilidad social.
- El colonialismo y el poscolonialismo: Hay una fuerte crítica al colonialismo cultural, político y económico, incluso después de las independencias. Se plantea la necesidad de una verdadera descolonización del pensamiento.
- El papel del pueblo y de las culturas populares: Frente al elitismo de otras tradiciones filosóficas, la latinoamericana reivindica la sabiduría popular, las cosmovisiones indígenas, afrodescendientes y campesinas.
- La liberación: Es quizá el concepto más característico. La filosofía latinoamericana quiere liberar: del hambre, de la ignorancia, de la opresión. No se trata solo de pensar, sino de actuar.

¿Por qué es importante esta filosofía?
La filosofía latinoamericana no es solo para latinoamericanos. Su aporte es universal porque muestra una forma distinta de hacer filosofía: una filosofía que se preocupa por los olvidados del mundo, que cuestiona los grandes relatos dominantes y que se atreve a pensar desde lo que ha sido considerado menos importante.
Además, nos recuerda que la filosofía no debe estar encerrada en una torre. Puede y debe dialogar con la vida, con los pueblos, con la historia real. Puede ser una herramienta de transformación social y de dignificación humana.
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- Fornet-Betancourt, R. (1992). Estudios de filosofía latinoamericana (Vol. 7). Unam.
- Demenchonok, E. V. (1990). Filosofía latinoamericana: problemas y tendencias.