Fundación de Tenochtitlan - resumen

Al hablar sobre la importancia de los aztecas o mexicas en anteriores lecciones hemos comentado la enorme influencia que tuvo este pueblo en las localizaciones de toda Mesoamérica, por lo que es muy interesante hablar sobre la ubicación concreta de Tenochtitlan y, así, entender dónde se encontraba el centro político y social de los aztecas.

La evolución de la ciudad que conocemos como Tenochtitlan fue constante a lo largo de los siglos, no siendo igual en su origen que cuando los europeos llegaron a la zona, ya que como todas las grandes ciudades fue expandiéndose a lo largo de sus alrededores por el aumento de la población (algo que es común en la ciudad más importante de cualquier civilización).

El comienzo de la ciudad de Tenochtitlan es en una pequeña isla situada en el Lago de Texcoco, siendo una pequeña zona con agua que era necesaria para cualquier civilización, y estando situada esta pequeña formación isleña en la zona del Valle de México. Actualmente esta zona se encuentra totalmente seca, pero las fuentes demuestran que esta zona fue el inicio de la ciudad y fue expandiéndose a lo largo de las corrientes de agua de la zona.

Situada entre el norte cerca de Tlatelolco y una serie de pantanos que actualmente no existen, la ciudad de Tenochtitlan se piensa que pudo tener unos 14 kilómetros cuadrados, siendo fácilmente la ciudad más grande de cualquier cultura mesoamericana.

La fundación de Tenochtitlan nos obliga a irnos a los códices mexicas que poseemos, siendo escritos realizados por sacerdotes españoles tras la conquista europea realizada por los occidentales. Mediante la traducción de textos aztecas y la ayuda de pobladores de la ciudad, conocemos las historias de los orígenes de la ciudad. Al igual que muchas de las historias de las culturas antiguas, la fundación de la principal ciudad de los mexicas se encuentra modificada por los mitos y leyendas aztecas, siendo un origen algo mitológico, pero que las fuentes defienden en su mayoría.

Según cuenta las fuentes religiosas que han llegado hasta nuestras manos, hace muchos siglos el dios Huitzilopochtli pidió a los antepasados del pueblo azteca que se fueran de sus tierras tradicionales (que actualmente no estamos seguros de cuáles fueron) y que en su viaje buscaran una nueva región mucho más próspera y desde donde pudieran crecer como ningún pueblo había crecido jamás. No estamos totalmente seguros de cuándo se inició este viaje ni cuando tuvo lugar su llegada, pero con las pocas fuentes que tenemos debemos suponer que el inicio de la travesía azteca tuvo lugar en los alrededores del año 1000.

Las leyendas aztecas hablan de que el dios Huitzilopochtli les había pedido a los mexicas que en su viaje debían buscar una ciudad en la que un águila se colocara sobre un nogal, pero al mismo tiempo el ave debía estar devorando una serpiente: este símbolo que el dios consideraba que era la marca para el final de camino también ha sido durante siglos utilizado por los mexicanos como símbolo de su nación e, incluso, guarda grandes semejanzas con el escudo de la bandera de México.

Los mexicas pasaron por muchas ciudades a lo largo de su camino, algunas muy importantes para otras culturas, pero en ninguna de ellas se mantuvieron mucho tiempo al no ver los mensajes que los dioses les habían dicho que debían buscar. En más de una ocasión, se mantuvieron en ellas durante un tiempo, pero la obligación de encontrar la isla prometida por su dios hizo que no se detuvieran y siguieran con su búsqueda.

Tras peregrinar durante décadas por toda la zona del Valle de México viviendo como invitados de otros pueblos o siendo contratados como mercenarios por su gran ferocidad en el combate, los aztecas finalmente llegaron a una ciudad rodeada de lagos donde se dice que los mexicas encontraron el águila comiendo la serpiente que los dioses les habían indicado y finalizaron su viaje.

Según las fuentes, fue en 1325 cuando los mexicas llegaron a la isla que sería su nuevo hogar, siendo esta la fundación de la gran ciudad de Tenochtitlan.

Imagen: ABC

Para concluir esta interesante lección de la fundación de Tenochtitlan, vamos a ir al final de esta gran ciudad azteca y ver por qué desapareció.

En 1519 Hernán Cortés llegó a la ciudad de Tenochtitlan, siendo recibido por el Tlatoani Moctezuma, líder absoluto de los aztecas. El líder recibió a Cortés a causa de una antigua leyenda que narraba que el fin de la ciudad tendría lugar con la llegada de un hombre blanco con barba y armado con armas nunca vistas.

Cortés tomó como rehén al monarca Moctezuma para tomar la ciudad, pero el pueblo de Tenochtitlan se levantó en armas y obligó a los españoles a escapar de la ciudad en la llamada Noche Trágica. Con el paso de los meses, los españoles se hicieron con la ayuda de muchos de los pueblos enemigos de los aztecas, gracias a ello Hernán Cortés consiguió conquistar la ciudad de Tenochtitlan.

Tras arrasar con la ciudad de Tenochtitlan, Cortés pidió que Tenochtitlan fuera reconstruida para ser la capital de la nueva región de España, siendo llamada Ciudad de México y dirigiendo la política de Nueva España.

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