La situación del Gobierno español a principios del año 1923 era insostenible debido a los problemas que había con miembros muy importantes del ejército. Estos problemas venían sobre todo por la incapacidad por parte del Gobierno de mantener el protectorado ejercido por España en Marruecos, hecho que quedaría totalmente refrendado con la liberación de oficiales españoles a cambio de una recompensa económica hacia Marruecos. En esta lección de unPROFESOR os traemos un resumen del golpe de Estado de Primo de Rivera, una etapa dentro de la monarquía española un tanto ambigua, por el hecho de ser una dictadura permitida por el mismo monarca.
Antecedentes al golpe de estado de Primo de Rivera
Como hemos mencionado en la introducción de nuestro resumen sobre el golpe de Estado de Primo de Rivera, las tensiones entre el gobierno y los miembros más recalcitrantes y tradicionalistas del ejército español eran muy visibles.
Es en este escenario es donde encontraremos la primera actuación del hasta entonces capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, el cual, tras una reunión con todos sus generales, envió a Niceto Alcalá-Zamora, ministro de guerra, un telegrama expresando su decepción y la de todos sus militares por la permisividad del gobierno ante la prensa anti-patriótica que ponía en entre dicho las fuerzas militares del Estado.
De esa manera le instaba a hacer algo en contra de esas confabulaciones además de darle una fuerte lección a los rifeños que, tras el desastre de Annual, habían dejado en evidencia a las tropas españolas en África. Ante este telegrama sabemos que el ministro solo recordó a los militares que debían fidelidad al régimen.
El mensaje enviado por Miguel Primo de Rivera no sería el único, pues la gran mayoría de los territorios españoles donde se encontraban destacamentos fueron enviando telegramas al Gobierno pidiendo responsabilidades tanto con la prensa como por los ataques que estaban sufriendo las tropas en Marruecos.
Tras no prestar demasiada atención por parte del Gobierno, la cúpula militar ideó una conspiración para acabar con el Gobierno liberal e instaurar un gobierno militar que fuera avalado por Alfonso XIII. De esa manera comenzaron a tantear a los posibles candidatos para ser el cabeza de turco, encontrándose con muchas negaciones por el camino. Las miradas quedaron fijadas en Primo de Rivera, por encontrarse en Madrid, debido a que el Gobierno quería alejarlo de Cataluña donde estaba cogiendo demasiada fuerza.
El golpe de Estado de Primo de Rivera
Poco tiempo antes de que se produjera el golpe, se acontecieron en la península una serie de hechos muy importantes y que provocaron de nuevo la ira de los militares. En Málaga se produjo un amotinamiento de las tropas que debían de ir a Marruecos a manos del cabo Barroso, el cual, en vez de ser juzgado por desobediencia y traición por el tribunal del ejército, fue absuelto por el mismo Gobierno. Esto fue tachado de debilidad por parte de este, pues no se realizaban las penas establecidas para los traidores.
De esa manera entre el 4-9 de septiembre del año 1923 se produjeron una serie de reuniones en Madrid entre Miguel Primo de Rivera y los diferentes miembros de la cúpula golpista. Al mismo tiempo se informó a Alfonso XIII de un inminente cambio en el poder, y de esa manera el monarca decidió marchar a su residencia de San Sebastián, alejándose del foco del conflicto.
Siguiendo con nuestro resumen del golpe de Estado de Primo de Rivera debemos de hablar sobre otro de los motivos que se dieron en aquellas semanas: la recomendación del Estado Mayor del Ejército de acabar con la rebelión de Abd-el-Krim en Marruecos, a lo cual se opusieron muchos ministros, de los cuales fueron cuatro los que decidieron dimitir.
A su vez el día de la Diada en Barcelona tuvo como consecuencia el abucheo de la bandera y de todos los elementos españoles entre los que se encontraba el ejército, ante esto Primo de Rivera no dejó pasar más tiempo y avisó a sus colegas militares que había llegado la hora. De esa manera entre a las 00h del 13 de septiembre de 1923, se producía la declaración de Estado de Guerra por parte de Miguel Primo de Rivera en toda Cataluña, saliendo los militares a la calle para tomar los edificios principales. Tras esto se sabe que el capitán general, mandó telegramas a todas las capitanías de España (salvo a la de Madrid) y de estas solo la de Valencia no apoyaría el golpe.
Por su parte, Alfonso XIII se encontraba en San Sebastián mientras ocurría todo esto y, cuando se enteró de lo ocurrido, mandó telegramas a las diferentes capitanías para saber cuáles eran las aspiraciones de los militares. De esa manera, se envió un telegrama a Miguel Primo de Rivera desde la Casa Real, ordenando que mantuviera en orden Barcelona.
El 14 de septiembre
Ese día fue el elegido por el monarca para volver a Madrid y deliberar sobre qué se debía hacer en dicho momento. Tras entrevistarse con el presidente del Gobierno, Manuel García Prieto, este dimitió, debido a que el monarca no parecía tener intenciones de obligar a Primo de Rivera a dimitir.
De esa manera a la una y cuarto de la tarde, Alfonso XIII otorgaba el poder al capitán general de Cataluña, instándolo a viajar a Madrid, donde se reuniría con él.
Conclusiones al golpe de Estado
Para ir concluyendo con nuestro resumen sobre el golpe de Estado de Primo de Rivera, debemos de decir que la sociedad quedó muy dividida, pues por un lado encontraremos a un gran sector de la población que veía con malos ojos la actuación del gobierno; en este grupo encontraremos tanto a personas pertenecientes a la nobleza y la aristocracia, como a militares o gente del pueblo llano.
Por el contrario, el sector de la repulsa vino de la mano de los sectores de izquierdas y de alguna parte de la burguesía, que vieron en el golpe de Estado una vuelta a la época anterior, en la cual los militares tenían demasiado poder.
Por su parte la Casa Real parece que estuvo a favor de Primo de Rivera, pues estudios realizados sobre los discursos hechos por el monarca años antes, daba la idea que no estaba muy contento con el sistema parlamentario impuesto en España, el cual advertía que no funcionaba como debía. Tanto fue así que incluso los carlistas y su pretendiente, don Jaime, aceptaron de buen grado lo realizado por Primo de Rivera, ya que veían una vuelta a los valores tradicionales de la sociedad.
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