Historia de los fenicios en España - Resumen

Historia de los fenicios en España - Resumen
Imagen: Slideshare

La Península Ibérica siempre ha sido un cubo donde han acabado una serie de civilizaciones que han ido conformando poco a poco la forma de ser de los habitantes de esta, haciendo que su riqueza cultural sea enorme. En esta lección de unPROFESOR os traemos la historia de los fenicios en España, un pueblo que trajo consigo una serie de avances a los pueblos que había en dichas tierras, conformando una nueva sociedad, que ha sido denominada como tartésica.

¿Cuándo llegaron los fenicios a la Península Ibérica?

Comienza la historia de los fenicios en España en el S IX a.C momento en el que las primeras embarcaciones procedentes de la costa siro-palestina arribaron a las costas del Mediterráneo, más concretamente en las zonas de Malaka (Málaga) y Gadir (Cádiz).

Estas se convirtieron en dos ciudades los primeros asentamientos conocidos de los fenicios en la península. Dicho pueblo es conocido por sus constantes relaciones comerciales a lo largo del Mediterráneo e incluso se conocen algunas rutas por el Atlántico, como hacia el norte de Europa, las islas Canarias y parte de la costa africana.

En un primer momento, crearían una serie de puertos francos, es decir, unas zonas para poder comerciar con los pueblos de los alrededores. Para ello comenzaron por acercarse a los diversos reyes, agasajándoles con joyas procedentes de las tierras de oriente, además de hacerles otros diversos regalos. De esa manera, al tener de su parte a los caudillos, podrían realizar una serie de tratados comerciales de los cuales se beneficiaron en gran medida.

En esta otra lección de unPROFESOR te descubrimos el origen y la historia de los fenicios.

¿Qué buscaban los fenicios de la Península?

Sin duda, la historia de los fenicios en España, la podemos definir en dos partes claramente separadas, las cuales tienen en común un factor: el comercio.

Creación de factorías para la pesca del atún

Este animal, desde el principio de los tiempos, ha sido considerado como uno de los mayores manjares del mar, siendo una gran fuente de proteínas y grasas saludables. Los fenicios consiguieron crear en poco tiempo una serie de factorías tanto en el sur de la Península Ibérica, como en el norte de Marruecos, para de esa manera poder pescar estos peces tanto a la salida para el atlántico, como en la entrada hacia el Mediterráneo.

Así pues, estas fábricas se alternaban, siendo prácticamente los miembros de las colonias de Gadir los que debían de moverse de un lugar a otro para controlarlas. De estas fábricas, además de la salazón que se llevaba a cabo para poder transportar la carne del animal, se realizaba el famoso garum, una especie de salsa creada con las tripas del pescado y las espinas, que conferían un sabor bastante potente a los platos del momento.

De hecho, se conocen algunas de las recetas incluso de la época romana en las que se usaba, siendo un material muy apreciado, del cual incluso sabemos que en años de carestía era bastante caro.

Metales preciosos

Del otro lado de la balanza, sabemos que los fenicios desde el principio de los tiempos buscaban los metales preciosos para poder elaborar sus conocidas joyas, de ahí que la relación con los pueblos de la Península fuera tan importante.

Comerciaban con ellos de la siguiente forma: los pueblos íberos debían de proporcionarles el metal a los fenicios y, a cambio, estos les cambiaban por objetos ya manufacturados.

Imagen: Taringa

El nacimiento de una nueva sociedad

Hemos de hablar sobre un tema que hasta hace poco tiempo era considerado como una gran verdad, nos referimos al pueblo de los Tartesos.

Desde el principio de las excavaciones y el estudio de los textos romanos y de otros autores griegos, sabemos que existieron elementos propios de Tartesos, población que muchos autores no dudaron en calificar como civilización propia e incluso un Imperio.

Fue una sociedad producto de una intensa aculturación, es decir, con el paso del tiempo los pueblos que se encontraban en los alrededores de las colonias fenicias, comenzaron a copiar todos los elementos de esa sociedad: la forma de vestir, los objetos que utilizaban, los dioses que adoraban. Llegando un momento que de su pasado conservaban más bien poco.

Esto hizo que comenzaran a trabajar por su cuenta los metales, debido a que habían aprendido las técnicas fenicias y, de esa manera, comenzaron a realizar objetos similares e incluso mejores a los que se traían desde la costa siro palestina, a eso se le denomina arte orientalizante.

Así pues, cuando los primeros romanos comenzaron la exploración del territorio, se encontraron con una serie de pueblos del sur peninsular que eran totalmente diferentes a los del norte y centro de la meseta, los cuales eran mucho más “retrasados” técnicamente hablando y que, por ser tan semejantes, no dudaron en pensar que era todo el mismo pueblo.

Tras la caída de Tiro y Sidón en manos de Nabucodonosor, las colonias fenicias pasaron a ser autónomas y pasaron a conformar parte de los pueblos de la Península. Además, al estallido de las guerras púnicas, pasarían a ser tomadas por los cartagineses, al igual que gran parte de la Península Ibérica.

Imagen: Aula Fácil

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