Jaime I de Aragón, conocido popularmente como el Conquistador, fue rey de Aragón, Mallorca y Valencia, conde de Barcelona y de Urgel, señor de Montpellier, así como de otros feudos en Occitania. También se encargó de fijar los límites con Castilla de la expansión reconquistadora y promovió la expansión mediterránea de su reino renunciando a sus ambiciones territoriales en el sur de Francia. A continuación, en esta lección de unPROFESOR vamos a ofrecerle un resumen sobre este personaje, Jaime I el Conquistador cuyo gobierno ocupo más de 60 años en la historia del siglo XII.
Primeros años de Jaime I de Aragón
Jaime, hijo de Pedro II el católico de Aragón y María de Montpellier nació un 2 de febrero de 1208, dos años después de que su padre solicitase la nulidad del matrimonio con su madre, pero el Papa Inocencio III nunca se la quiso conceder, María quién también se oponía a la disolución del matrimonio logro pasarse por una amante de Pedro y de ese modo consiguió quedarse embaraza.
Jaime, tuvo una infancia difícil, pues con tan solo 5 años se quedó huérfano de madre, y al poco tiempo su padre también falleció en la Batalla de Muret asesinado por los templarios bajos las órdenes de Simón de Montfort, quien mantuvo encerrado a Jaime cuando tan solo tenía tres años en el Castillo de Carcassone utilizado por su padre como señal de paz para que Montfort no invadiese sus territorios. Sería el papa Inocencio III quién mando al conde de Montfort a que liberase a Jaime y lo entregase a la nobleza catalana que lo reclamaban.
Tras la muerte de su padre y haber estado retenido durante un tiempo en el castillo de Carcassone, Jaime tuvo claro que había que mantener cierto interés con los pueblos pirenaicos, aunque su política exterior y relación fuese tensa, con el tiempo supo imponer su valía ante dichos pueblos.
Jaime I de Aragón: Conquistas
Durante los primeros años del reinado, Jaume el Conqueridor por como también es conocido, se dedicó a someter a la nobleza aragonesa sitiando lugares como Montcada y Albarracín, de las que en una ocasión llego a caer prisionero. Una vez pudo solventar los problemas interiores, aprovechó el debilitamiento musulmán tras el fracaso de las Navas de Tolosa para expandir sus dominios por el Mediterráneo. Igualmente supo afrontar los problemas derivados en el condado de Urgell; todos estos hechos fueron los que le permitió recuperar la autoridad y el prestigio de la Corona aragonesa.
En 1229 decidió emprender la conquista de Mallorca, apoderándose de la isla al poco tiempo, excepto un reducido núcleo que los musulmanes lograron mantener por la zona de Tramontana hasta el año 1232, mientras tanto lo que estableció fue una especie de protectorado en el que los pocos musulmanes que quedaron en la isla admitieron su autoridad. Por lo que respecta a Ibiza se la cedió a la nobleza catalana.
Una vez dominadas por completo las Islas Baleares tomo rumbo hacia la conquista de Valencia habitando Peñíscola y Burriana y más tarde Biar y Játiva. Murcia también la conquistó, pero se la tuvo que ceder a Alfonso X de Castilla tras la firma del tratado de Almizra.
El interés principal de Jaime I el Conqueridor residía en la expansión política y comercial por todo el Mediterráneo, y lo logró con la conquista de Mallorca gracias a la ayuda naval de los catalanes, lo que le permitió controlar y establecer las rutas comerciales por el Mediterráneo occidental, acabando con la piratería islámica. Las Baleares se convirtieron en la zona intermedia para las rutas de comercio entre el norte de África y Cataluña.
La partición de los reinos
Tanto en Valencia como en Mallorca Jaime el Conquistador lo que hizo fue crear reinos independientes e incorporarlos a la Corona de Aragón, reinos que posteriormente fueron repartidos entre sus hijos. Sin embargo, el reparto de dichos territorios, así como su reorganización, los temas de jurisdicción y derecho enfrentaron nuevamente al rey con la alta aristocracia, y no solo al rey sino también a sus hijos.
En Aragón, los nobles consideraron un ataque contra sus derechos el hecho de convertir a Valencia en un reino autónomo, pues ellos consideraban a Valencia una pequeña extensión de su reino sin más, también el hecho de no imponerle el fuero aragonés y la unión en el testamento de Cataluña.
En Cataluña también produjo un cierto malestar en el hecho de que Jaime cediese Murcia a Castilla por querer solicitar nuevas expediciones a Andalucía, lo que produjo que se dieran nuevas sublevaciones por las confiscaciones de fondos que llevó a cabo el soberano.
Jaime I de Aragón que siempre mostró ser un hombre inteligente y culto, todas las pugnas que tuvo con la aristocracia las solucionó a través del sistema jurídico romano, que corroboraba la preeminencia del rey. Organizó la regencia de carácter municipal de Barcelona e impulsó la redacción del Libro del Consulado del Mar, un manual sobre los derechos marítimos. En Aragón, promulgó en 1274 los Fueros de Aragón elaborados por el obispo de Huesca. A Valencia, le otorgo la Costum, un tipo de orden político – administrativo de carácter corporativo.
Ya en los últimos años de su vida, Jaime el Conquistador, se encargó de organizar dos cruzadas a Tierra Santa, en las que ambas fracasaron. El 27 de julio de 1276 Jaime I fallecía en Valencia, por lo que su reino quedaba dividido entre sus hijos, Jaime, que recibió Montpellier, Rosellón y las Baleares, y Pedro, al que le correspondió Aragón, Valencia y Cataluña.
Hoy sus restos descansan en el Monasterio catalán del Poblet juntos a otros reyes e infantes de la Casa de Aragón.
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