La última cena de Leonardo da Vinci: análisis de la obra

La última cena de Leonardo da Vinci: análisis de la obra

Leonardo da Vinci, uno de los más grandes genios de todos los tiempos, fue también un pintor prolífero y ecléctico. Entre sus creaciones más destacadas se encuentran La Mona Lisa, el Hombre de Vitrubio y la obra que nos ocupa, La Última Cena. Esta obra de finales del siglo XV ha conseguido despertar el interés y la admiración de público y críticos de todas las épocas. Sus dimensiones, su composición, la enigmática atmósfera que Leonardo creó, así como las múltiples incógnitas que dejó ocultas en su obra son algunas de las particularidades que más debates y estudios han suscitado.

En esta lección de unPROFESOR te ofrecemos un análisis de La Última Cena de Leonardo da Vinci para que puedas disfrutar de una excelente obra de arte, conocer su historia y comprender sus cualidades estéticas y formales, su contexto histórico y sus características técnicas.

Descripción y contexto de La última cena

Esta obra de Leonardo da Vinci está considerada como una de sus obras maestras y una de las más importantes de la historia del arte. En ella se representa una de las escenas más emblemáticas del Nuevo Testamento: la última cena de Jesucristo con los doce Apóstoles, justo el momento en el que Jesús comunica a sus discípulos que uno de ellos va a traicionarles.

Un episodio que aparece recogido en los evangelios de Mateo 26: 21-5 y 26- 8, Marcos 14: 18-20 y 22-4, Lucas 22: 15-16 y 17- 20 y Juan 13: 2. Un momento lleno de dramatismo que Da Vinci nos muestra con toda la intensidad de las reacciones que despierta en cada uno de los apóstoles, además de ofrecernos la representación de la primera eucaristía, el sacramento de la consagración del pan y el vino, representando el cuerpo y la sangre de Cristo.

Esta obra se localiza en el refectorio de la Iglesia de Santa María delle Grazie, el espacio en el que comían los monjes, formando parte de la vida cotidiana del templo. Este mural le fue encargado a Leonardo da Vinci por Ludovico Sforza, Duque de Milán, en el año 1495. El mural tendría unas dimensiones de 4,6 m x 8,8 m para el convento dominico de Santa María delle Grazie en Milán, siendo parte de las obras de renovación del edificio.

El motivo de la obra le fue especificado por el propio Sforza quien deseaba que pintase la última cena de Jesús según el Evangelio de Juan. Pero Da Vinci, en lugar de una representación estática del momento pintando a todos los protagonistas sentados a la mesa, decidió representar el instante de la revelación de Jesús y poner énfasis en la reacción de cada una de las figuras.

Imagen: Google Sites

Análisis formal de La última cena (Da Vinci)

Empezamos el análisis de La Última Cena de Leonardo Da Vinci atendiendo a la forma.

Se trata de un mural realizado sobre yeso húmedo con el método secco o seco, algo poco habitual en este tipo de trabajos al ser más recomendable la técnica tradicional de pintura del buen fresco. Los especialistas consideran que Leonardo, con tendencia a embarcarse en muchas tareas a la vez, debió pensar que trabajando sobre yeso seco podría despreocuparse por los plazos de tiempo y por el secado de los materiales. Además, de esta manera también le sería posible agregar detalles y emplear sus técnicas de pintura más habituales: el claroscuro, el sfumato o sombras borrosas y la perspectiva lineal.

Sin embargo, esta decisión fue poco acertada, ya que La última cena se deterioró muchísimo. Da Vinci, quien finalizó el mural en 1498, comprobó cómo poco tiempo después de entregarlo, el mural ya había comenzado ese proceso de deterioro. Los frescos al seco son muy delicados y el óleo al temple, técnica adoptada por Leonardo, no es precisamente la técnica más adecuada al no absorber el yeso la pintura al óleo. Esta situación requirió restauraciones desde el primer momento, considerando los especialistas que, hoy en día, se conserva entre un 18% y un 20% de la pintura original.

Así, la obra ha sido restaurada unas 20 veces y sobrevivió a los bombardeos aliados sobre la ciudad de Milán durante la segunda guerra mundial, el 14 de agosto de 1943.

Análisis estilístico de La última cena

En este análisis de La Última Cena vamos ahora a hablar del estilo de la misma.

Temática de la obra de arte

Su composición es novedosa al tratar un tema tradicional como la Santa Cena disponiendo a los apóstoles frente al espectador, subsanando el problema de cómo pintar las aureolas de los discípulos si están de espaldas. Así, Leonardo incluye elementos tradicionales como la bolsa de Judas o el cuchillo de Pedro, pero dispone a los apóstoles en un mismo lado de la mesa, algo poco realista, pero que ya era entonces una disposición canónica, ya que así se representaba en los cenáculos de Florencia.

La organización de los apóstoles

Leonardo también organizó a los apóstoles en grupos de tres, el número representativo de la Santísima Trinidad.

  1. Así, de izquierda a derecha, el primer grupo está formado por Bartolomé, Santiago el Menor y Andrés tienen la sorpresa en su rostro.
  2. En el segundo grupo aparecen tres personajes principales, Pedro, con el rostro airado, Juan, que mira al suelo o parece dormido- un personaje que algunos interpretan como femenino e identificable con María Magdalena-, y Judas Iscariote, que, sorprendido, aparece casi dando la espalda al espectador y tira con el codo un salero y con la bolsa de monedas que a testimonio de su traición.
  3. El tercer grupo está integrado por Tomás, Santiago el Mayor y Felipe, al lado de Jesucristo y con rostros y gestos e incredulidad. El conjunto lo cierran Mateo, Judas Tadeo y Simón Zelote, quienes hablan entre sí comentando lo que acaba de decir Jesús.

Al imprimir una expresión facial a cada apóstol, Leonardo innova y para ello realiza numerosos e intensos estudios fisionómicos para conseguir representar esas emociones y el movimiento de las cabezas y los rostros.

Composición del cuadro de Da Vinci

Por lo que respecta a la composición, Leonardo sitúa el centro en la figura de Jesucristo, resaltando su protagonismo y siguiendo la perspectiva lineal propia del Renacimiento. Todas las líneas de perspectiva confluyen en él y para lograr dar profundidad, el pintor abre tres ventanas al fondo generando tanto esa sensación de profundidad y un efecto de contraluz.

Por otra parte, al tener la figura de Jesús los brazos extendidos y una expresión de serenidad, él se convierte también en punto de equilibrio. Por último, la representación de un espacio arquitectónico de corte clásico también contribuye a crear la sensación de prolongación o inserción de la obra en el espacio del refectorio.

Las ventanas del fondo constituyen también un recurso típico del Renacimiento, siendo muy utilizado por Leonardo. Así, además de conseguir profundidad espacial, las ventanas constituían también un punto de luz que remarca aún más la figura de Jesús y evita que Leonardo tenga que pintar las aureolas de los apóstoles.

Filosofía de La última cena

En La Última Cena, Leonardo habría plasmado su concepción filosófica sobre la triada platónica, esto es, los valores de la Verdad, la Bondad y la Belleza, siguiendo la línea de la Academia Platónica Florentina, de Ficino y Mirandola. Una escuela de pensamiento que trataba de conciliar la doctrina cristiana con la filosofía de Platón. Así, se considera que el último grupo a la derecha, el integrado por Mateo, Judas Tadeo y Simón Zelote, representaría a Platón, Ficino y el propio Leonardo discutiendo sobre la verdadera naturaleza de Cristo.

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Bibliografía
  • Isaacson, Walter (2018). Leonardo Da Vinci. Debate
  • VVAA. (2010). Leonardo Da Vinci, vida y obra. Tikal