Las Meninas de Picasso – Análisis

• Título: Las Meninas de Picasso
• Autor: Pablo Ruiz Picasso
• Cronología: 1957
• Estilo: Cubismo
• Materiales: Óleo sobre lienzo
• Ubicación: Museu Picasso, Barcelona
• Dimensiones: 194x260 centímetros

Las Meninas de Velázquez es única, en el sentido de que tan solo es una obra. Todo lo contrario, pasa con Las Meninas de Picasso pues se trata de una serie compuesta por un total de 58 cuadros que Pablo Picasso realizó entre los meses de agosto y diciembre del año 1957.

De ese total, tan solo 45 son interpretaciones de la obra de Velázquez, el resto corresponde a nueve escenas de pichones que son los que el veía desde una de las ventanas de su taller, tres escenas paisajísticas y un retrato de Jacqueline.

Durante esos cuatro meses, Pablo Picasso llevó a cabo un gran estudio exhaustivo recreando y reinterpretado uno de los cuadros más famosos que nos ha dado la historia del arte, Las Meninas de Velázquez. Por aquel entonces, se encontraba veraneando en una de sus casas que se encontraba a las afueras de Cannes (Francia) y, para ello, habilitó un nuevo estudio diferente a donde solía pintar, en la segunda planta.

Un día antes de realizar la que sería su primera obra, el 16 de agosto de 1957, hizo un dibujo preparatorio que actualmente se puede ver en el Museo Picasso de Barcelona, donado en 2009 por su hija Catherine. También encargó, para tener siempre presente la pintura, una ampliación fotográfica de las Meninas de Velázquez, en blanco y negro.

El ritmo que siguió para la realización de dichas obras fue irregular pero intenso, es decir, podía pasarse varios días sin pisar el taller pero de repente venirle a inspiración y realizar dos obras en un mismo día, eso sí, las dató minuciosamente una por una, de ahí, que sepamos que la primera obra en hacer fuese terminada el 17 de agosto de 1957 y la última el 30 de diciembre de 1957.

La técnica para cada una de ellas, es la misma: óleo sobre tela. Y las medidas son variables pues nos podemos encontrar lienzos de grandes formatos, es decir, de 194 cm por 260 cm, y otros más pequeños de 18 cm por 14 cm.

Para terminar, decir que se trata de la única serie del pintor conservada al completo en el Museo Picasso de Barcelona. Picasso la donó al museo en mayo de 1968 en honor a la memoria de Jaime Sabartés, un gran amigo suyo, y secretario de dicha institución.

En esta otra lección te ofrecemos una biografía resumida de Picasso.

Imagen: Blog Museu Picasso

Vamos ya a entrar en el análisis sobre las Meninas de Picasso más profundo y técnico.

Picasso, a lo largo de su carrera artística, siempre contó con artistas que les resultó ser fuente de su inspiración: Degas, Goya, Ramón Casas, Velázquez… fueron algunos de ellos. A la hora de realizar sus Meninas, Picasso en ningún momento quiso hacer una copia de la obra original, sino más bien una reinterpretación de la misma, estableciendo así una síntesis entre lo que en su día fue la tradición clasicista y ahora el cubismo.

Y es que, tanto la composición, como el volumen y la atmósfera se va a respetar de la obra original; en cambio, los personajes, así como los objetos plasmados son los que verán sufrir esa reinterpretación propia del estilo del que él fue el creador, el cubismo.

Como ya hemos comentado anteriormente, la serie está compuesta por un total de 58 obras de las cuales 45 estaban basadas en esa interpretación del cuadro de Velázquez, ahora bien, de esas 45, 21 están tratadas de manera conjunta, 14 solo y exclusivamente a la Infanta Margarita, 5 a Isabel de Velasco y los cinco restantes a María Agustina de Sarmiento.

En la primera obra, por ejemplo, representó a todos los personajes que aparecen en el óleo de Velázquez, siendo la pintura más grande después del Guernica, y precisamente será de este último cuadro del que haga uso de la misma técnica, la grisalla, por lo que esta primera versión de las Meninas, se reducen a tonalidades negras y grisáceas.

También va a innovar en el tema del formato y la paleta y es que Picasso, optó por diferentes formatos centrándose también en lo que iba a representar, pues si solo se iba a representar a un solo personaje, el formato de este era más pequeño, de ahí la variedad en cuanto a las medidas de los lienzos. Otra cosa fue la de optar por formatos apaisados que se contraponían con el lienzo de Velázquez, que era vertical.

En cuanto a la paleta también veremos una gran variedad pues mientras en el de Velázquez vemos un lienzo regido por unas tonalidades terrosas, Las Meninas de Picasso van desde representaciones en blanco y negro, como ya hemos hecho referencia en la versión primera, y poco a poco irán ganando en variedad cromática, eso sí, dejando claro mediante la representación de colores monocromos, planos y puros, la influencia de una de las características más importantes del cubismo.

Tal y como señalan los críticos, el conjunto de las Meninas de Picasso constituye una análisis pictórico exhaustivo que trata de reinterpretar, cambiar y añadir novedades a la pintura original. La obra, una serie de 58 cuadros, fue realizada por Picasso en 1957 y las donó al Museo Picasso de Barcelona unos diez años después. Una donación realizada por el pintor en memoria del poeta Jaime Sabartés Gual (1881-1968), secretario personal del pintor, además de crítico y analista teórico.

Sabartés Gual fue un hombre culto que parece haber tenido un papel relevante en la formulación de esta serie de pinturas al haber publicado un libro sobre el tema justo después de la producción de la serie. Una inmediatez que parece sugerir que Sabartés estaba al tanto de toda esta obra de Picasso.

Por otra parte, el interés de Picasso por crear una obra inspirada en Velázquez, especialmente en Las Meninas, arrancó ya desde la primera visita del pintor al Museo del Prado. El pintor acudía a hacer apuntes de los cuadros de Velázquez y copiarlos en directo.

Otro de los significados de esta obra de Picasso obedece a una mirada atrás del pintor hacia la considerada como pintura difunta y recupera a los clásicos de la pintura de la escuela española. En ese momento de apertura de España al turismo, la recuperación de un clásico como Las Meninas de Velázquez supone una reinvención de Picasso en un momento de cansancio temático.

Picasso representa a todos los personajes retratados por Velázquez, si bien otorga una mayor o menor importancia a cada personaje en función de su papel dentro del lienzo y la que él desea ofrecerle en esa reinterpretación.

Así, si bien mantiene a la mayoría de los personas en su dimensión original, la ubicación de los tres personajes centrales, la Infanta y las otras dos meninas, cambia y las coloca en el mismo eje que José Nieto. Los rostros de los protagonistas se relacionan con la mirada de la misma manera que Velázquez lo hizo, mirando otros al espectador.

La mirada cubista de Picasso nos ofrece una representación de los personajes desde todos los ángulos posibles y distorsionándolos intencionadamente para ofrecer una nueva mirada, si bien mantiene aspectos como la profundidad y el aspecto de la sala.

Por otro lado, Picasso introduce novedades como cambiar el mastín leonés de la obra de Velázquez por su perro de raza dachshund, Lump.

Entre las principales características de la obra de Las Meninas de Picasso se destacan:

• Las Meninas son 58 obras realizadas por Picasso para analizar, estudiar y recrear la icónica obra de Velázquez.
• Las Meninas de Picasso se exhiben en varias salas del Palacio Aguilar: en la sala 12 hay un boceto y la obra más grande de la serie. En la sala 14 se muestran análisis de la Infanta Margarita, en la 14 la mayoría de los cuadros de la serie.
• Picasso cambia en su obra el formato vertical de la obra de Velázquez por un formato horizontal que aporta un tono narrativo a la historia que se representa en el lienzo.
• El artista también muestra en la serie una evolución al ir introduciendo el color de manera progresiva, simplificando también las formas.
• También procede a modificar la luz, los personajes y el espacio al aportar más importancia y mayor tamaño a Velázquez. Así, la cabeza del pintor casi toca el techo y destaca de manera ostensible la cruz de la orden de Santiago.
• El papel de la Infanta Margarita sigue siendo notable y la diferencia aún másal dejar su rostro redondeado y hacer angulosos los rostros de las meninas, de María Agustina Sarmiento e Isabel de Velasco. Los enanos también tienen las caras redondas, mientras Marcela Ulloa y Diego Ruiz de Azcona aparecen casi como fantasmas y ubicados en una especie de féretros.
• Picasso también destaca los ganchos que cuelgan del techo para remarcar la sensación de ser una sala de torturas, mientras Velázquez simplemente los sugiere y parecen ser ganchos de los que colgar luces.
• También cambia el enfoque al abrir grandes ventanales a la derecha y modificar toda la luz.
• Esta interpretación de Picasso se considera un trabajo exhaustivo en el que el pintor siempre mantuvo el respeto al original, además de ser profundamente respetuoso con la obra.

Los expertos en Arte, incluido el propio Picasso, consideran Las Meninas un cuadro cuya composición es perfecta y digna de estudio. Algo por lo que el pintor acudió durante tiempo a observarla, sacar apuntes y estudiarla a fondo. Un estudio que le sirvió para realizar su propia versión.

El cuadro representa también un momento familiar, un ambiente íntimo y de hogar de los reyes, siendo el centro de la obra la Infanta Margarita y su pequeña corte. La obra se convirtió en un auténtico icono y algo especial al estar pintada con gran realismo y un perfecto dominio de la luz, además del uso de unas pinceladas rápidas capaces de representar la realidad de manera fiel.

Pero, tal y como hemos señalado, la composición planificada por Velázquez está muy bien pensada y todos los personas de la familia real se ordenan de manera cuidada, apareciendo tanto la Infanta como sus padres, el rey Felipe IV y la reina Mariana de Austria. Margarita, la Infanta, es la protagonista principal y aparece rodeada de sus meninas o damas de honor. Unas muchachas que siempre acompañaban a la Infanta.

A su lado se encuentran también otras personas que trabajan para la familia real, además de su perro. Pero lo más sorprendente es cómo el mismísimo Diego Velázquez se autorretrata mientras realiza el cuadro y nos muestra como lleva a cabo si trabajo y analiza la escena que tiene justo delante y que desea plasmar de la manera más realista posible. Además, al introducir a otros personajes medio ocultos en la penumbra el pintor consigue brindarnos la sensación de espacio, de aire.

Por último, en un último plano aparece un personaje al fondo de la habitación ante una puerta abierta por la que entra la luz exterior y sirve de punto de fuga del cuadro y llama nuestra atención hacia esa zona del cuadro. Otros dos personajes, los reyes, aparecen en un espejo, siendo lo que aparece un reflejo de ellos. La sensación que transmite es que Velázquez está retratando a los monarcas que se ubican donde está el espectador, frente a la habitación en la que parece que están posando ellos mientras la Infanta y parte de la corte los mira.

Por otra parte, la obra estaba pensada para colocarse en el cuarto de verano del rey, teniendo en cuenta la luz que brindaban las ventanas y que pareciera una extensión del espacio de la habitación, de ahí lo de pintar el aire.

Velázquez diseñó este cuadro específicamente para el cuarto de verano del rey, en donde aprovechó la luz que éste proporcionaba desde sus ventanas para implementarlas en el cuadro y que éste pareciera una extensión del espacio de la habitación.

Las meninas es una palabra portuguesa que se refiere a las niñas o damas de honor que asisten a las Infantas. Unas muchachas de la nobleza que, por el título que recibió la obra, parecen ser las protagonistas del cuadro.

El cuadro presenta así numerosas incógnitas y plantea una composición y una historia compleja con la que Velázquez consiguió mostrar su calidad como artista.

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