Desde la antigua Roma, el sistema económico por excelencia y donde se observaba el poder de las personas se encontraba en la tierra, del mismo modo a lo largo de los siglos (y hasta hace muy poco tiempo) la Tierra ha seguido siendo elemento de indiscutible poder, siendo la figura del terrateniente una de las más importantes dentro de la sociedad europea. En esta lección de unPROFESOR os traemos una definición fácil de latifundio, sin duda, la máxima expresión del poder territorial.
¿Qué es un latifundio?
Dentro de nuestra lección sobre la definición fácil de latifundio, hemos de decir que proviene de la palabra latina, latifundium que en época romana significaba explotación agraria de enormes dimensiones que se encontraban en términos superiores a las 100 hectáreas.
Desde el inicio del Alto Imperio Romano hasta mediados de la Edad Contemporánea, el latifundio fue teniendo diferentes características aunque el elemento indispensable que nunca dejó de tener fue la posibilidad de controlar enormes parcelas de tierras y a su vez controlar las vidas de familias enteras que dependían del señor de estas.
El latifundio en el Imperio Romano
El latifundio nace en Roma a finales de la época imperial. Esto se debió a la enorme crisis socio-económica que sufría el imperio por las constantes invasiones bárbaras que se realizaban por todo el limex romano.
Ante esta situación, los emperadores comenzaron a elevar los impuestos sobre la población romana, elemento que recayó en la clase media y baja, dado que la clase alta estaba exenta de pago de impuestos; de esa manera, y para evitar pagar al gobierno, los propietarios de tierras pequeñas y medianas fueron realizando acuerdos comerciales con los grandes señores, los cuales recibían las tierras de los primeros a cambio de darles auxilio militar ante las fuerzas imperiales.
Fue en ese momento cuando nacía el latifundio y por tanto los terratenientes que solían ser senadores romanos y aristócratas que se sirvieron de la debilidad de los más pobres para enriquecerse en gran manera. Estas tierras, además, serían trabajadas por aquellas personas que las habían vendido y además debían darles a los señores un pago en especias en calidad de arrendamiento.
El sistema del latifundio en la Edad Media
El fin del Imperio romano vino en gran parte dado a la quiebra del Estado por no poder recaudar los impuestos ya que los terratenientes habían realizado una serie de acuerdos comerciales con otros ciudadanos para defenderlos del acoso del Estado.
De esa manera, estos grandes señores pasaron a crear una serie de milicias armadas o mini ejércitos para mantener la paz dentro de sus posesiones, impidiendo el paso de los ejércitos del emperador.
Con el tiempo, y ya en la Edad Media, los terratenientes pasaron a ser los conocidos señores feudales. Durante el transcurso de dicha época, el latifundio fue cambiando pasando del control territorial a un control económico, pues los monarcas fueron haciéndose cada vez más poderosos hasta conseguir el control total de los reinos (incluyendo las tierras y el subsuelo).
De esta manera, los señores pasaban a poder disfrutar de las rentas de las tierras, aunque en cualquier momento el rey podía arrebatárselas.
La Edad Moderna y el latifundio
Durante el transcurso de esta época, encontraremos pocos cambios, siguiendo la tónica del final de la Edad Media, en la cual, los señores podían vivir de las rentas producidas por las propiedades, aunque ya no disfrutaban de un control sobre los ciudadanos que habitaban estas, pues todos los hombres y mujeres pasaron a ser súbditos del rey, pasando de nuevo a pagar los impuestos a éste.
El latifundio a mediados de la Edad Moderna, aunque seguía teniendo mucha importancia y era una gran fuente de ingresos, dejó de ser los primordial debido a que la industria y el comercio se habían hecho hueco y las personas poderosas encontraron en estos nuevos elementos posibilidades muy ventajosas.
El latifundio en la actualidad
Entrados en esta época y con las sucesivas revoluciones sociales que se dieron a lo largo de Europa, los latifundios fueron siendo divididos o vendidos en parcelas a pequeños propietarios para que, de esa manera, todo el mundo pudiera tener acceso a la tierra.
Aún hoy en día hay grandes cantidades de parcelas que las reúnen unas pocas personas, aunque estas se encuentras repartidas en calidad de arrendamiento a otras personas.
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