Marcel Duchamp - obras más importantes

Marcel Duchamp, nacido y criado en Normandía, perteneció a una familia de artistas. Así, tanto su padre como algunos de sus hermanos se dedicaron a la pintura, recibiendo la mayor influencia de su abuelo, grabador y pintor. Marcel se volcó desde muy joven en dos grandes pasiones, el dibujo y la pintura y el ajedrez. En 1904 se unió a sus dos hermanos mayores, Raymond y Jacques, y se puso a estudiar pintura en la Académie Julian.

Sus primeros óleos presentan cierta influencia impresionista, evolucionando y familiarizándose con las nuevas vanguardias artísticas de principios el siglo XX. En París estudia el fauvismo y el cubismo, mostrando ya su gran interés por la maquinaria, el movimiento, además de en los nuevos enfoques en estructura y color.

Una carrera como pintor que había arrancado en París con sus dibujos para el Salón des Artistes Humoristes (1907), además de una serie de cuadros en los que plasmó la influencia fauvista de Mattise, las de Cézanne, además de un carácter netamente experimental e innovador. También tuvo una etapa cubista con cuadros como Sonata (1911) o Retrato de jugadores de ajedrez (1911), una obra en la que Duchamp aunó sus dos pasiones, la pintura y el ajedrez, además de intentar plasmar más un estado mental que una escena figurativa.

Una de las obras más importantes de Marcel Duchamp en sus primeros momentos es Desnudo descendiendo una escalera (1912). Este cuadro, del que pintó dos versiones, sorprendió, e incluso llegó a ser polémico, por ser puramente cubista y aunar cubismo y futurismo.

En esta obra, Duchamp hace una interpretación moderna de un tema tan clásico como un desnudo femenino, pero mostrando la idea de movimiento con imágenes y líneas superpuestas. Un ejercicio que recuerda las secuencias fotográficas Eadweard Muybridge, antecesoras de las películas de cine.

Una de las obras más rompedoras de Marcel Duchamp es La rueda de la bicicleta, su primer ready made. Un nuevo concepto artístico propuesto por Duchamp y que consiste en convertir en arte con una mínima intervención un objeto cotidiano y/o producido de forma industrial, una acción que el artista denominó anestesiar estéticamente un objeto. Esta obra está realizada siguiendo los preceptos estéticos del dadaísmo y para la creación de este ready made, Duchamp utilizó una rueda de bicicleta apoyándola en un taburete del revés. De esta manera, el artista consiguió otorgar una nueva dimensión a objetos tan cotidianos como una rueda y un taburete.

Para estos años, Duchamp ya había cambiado su enfoque artístico buscando un mayor eclecticismo en la creación artística, algo que le fue inspirado por la influencia de Picabia, Guillaume Apollinaire y Roussel, escritores precursores de no pocas tendencias de vanguardia del siglo XX. Así, Duchamp se convirtió en una de las figuras clave en el desarrollo del Dadá, el Surrealismo y el Pop Art.

Pero sin duda es La Fuente la obra más irreverente y controvertida de Marcel Duchamp. Esta obra es uno de sus ready made más polémicos al emplear un urinario de porcelana puesto del revés. Una pieza que se presentó en la Sociedad de Artistas Independientes bajo el seudónimo R. Mutt. Un nombre que se interpretó como la R como Richard (en jerga francesa significa “bolsas de dinero”) y Mutt como referencia a la empresa JL Mott Ironworks, fabricante de los urinarios. La obra fue rechazada por considerarla inmoral, mientras que otros artistas la defendieron por ser un objeto investido por el artista con un nuevo significado.

Todos los ready mades hechos por Duchamp en estos años son objetos que simbolizan temas recurrentes en el autor: el deseo y la identidad sexual, el erotismo, la infancia y que tienen como objetivo desmontar los rígidos cánones de la práctica del arte de vanguardia. Así, aunque Duchamp participó en proyectos surrealistas y dadaístas, él siempre se mantuvo lejos de los grupos, sin llegar a ser realmente parte de uno u otro movimiento.

Duchamp volvió a escandalizar al mundo del arte con esta obra en la que transformaba una postal en el que se reproducía la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci. Para ello, Duchamp pintó un bigote y una perilla en el rostro de Mona Lisa, cambiando el título por “Elle a chaud au cul” o “Tiene el culo caliente”.

Esta obra fue dar un paso más allá en los ready made de Duchamp al utilizar una obra maestra icónica para “desacralizarla” y aludir a la supuesta homosexualidad de Leonardo al transformar la obra y mostrar la naturaleza andrógina del personaje.

La preocupación de Duchamp por las inversiones de roles de género queda patente en esta obra, siendo también de esta época las fotografías del artista vestido como Rrose Selavy, nombre del alter ego femenino del artista, y con el que firmaría sus obras futuras. Sin duda, esta es otra de las obras más importantes de Duchamp.

Esta obra, instalada detrás de una puerta de madera, consiste en un diorama. En él se reproduce una escena que muestra una mujer desnuda que sostiene una lámpara de gas encendida. El escenario del fondo es un paisaje fotografiado por Duchamp en Suiza. El artista se dedicó en secreto a la realización de esta obra, llevándole más de 20 años y considerándose la segunda obra más importante de Duchamp.

Esta obra hace referencia a El origen el mundo (1866), de Coubert, una controvertida pintura erótica. Duchamp va un poco más allá y, si se mira más de cerca, su obra es un reflejo de los límites que existen entre el artista y el espectador.

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