Matisse - obras principales

Matisse - obras principales

La pasión, la sensualidad y el equilibrio son algunas de las características básicas de la obra de Henri Matisse Uno de los grandes nombres de las vanguardias artísticos de principios de siglo XX por su dominio del color y su trazo elegante tanto en pinturas, grabados y dibujos. Así, Matisse está considerado uno de los principales representantes el fauvismo, siendo un artista completo al explorar todo tipo de técnicas artísticas, desde la pintura a la escultura, la cerámica, el collage o el arte gráfico.

En esta nueva lección deunPROFESOR te acercamos a la vida y las obras de Matisse más importantes, el artista del equilibrio, la pureza y la serenidad.

Breve biografía de Henri Matisse

Matisse (1869–1954) nació en el seno de una familia de tejedores en la ciudad de Bohain-en-Vermandois, en las llanuras del noreste de Francia. Una zona en la que las fábricas de lana y la fabricación de telas de lujo constituían la principal industria. Esta experiencia le ayudará a desarrollar un rico lenguaje visual y un sentido del color único. Los críticos destacan esta capacidad de Matisse para coordinar armonías tonales y reducir el dibujo a lo esencial, siendo capaz de unir línea y color con elegancia.

Su andadura como artista comienza tras licenciarse en Derecho en París y abandonar el bufete de abogados en el que trabajaba para comenzar a estudiar pintura en el año 1889. En 1893 continuó su formación con el pintor simbolista Gustave Moreau en la École des Beaux-Arts. En este primer momento combina las influencias de Moreau, los maestros del Louvre y los impresionistas.

Pero con el comienzo del siglo y las vanguardias artísticas, comienza a relacionarse con artistas como André Derain, Maurice Vlaminck y cae bajo la influencia de pintores postimpresionistas como Paul Signac, Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh. En esos años evoluciona hacia una expresión subjetiva de la realidad en el que el color ya no tiene una función descriptiva y sí emotiva o imagen de las emociones del autor.

En la exposición Salon d’Automne de 1905 en la que participa, el crítico Louis Vauxcelles les denominó fauves o salvajes, un nombre que pasaría a denominar a todo el movimiento. El uso de colores intensos y contrastados y la influencia de la escultura africana son claves en el fauvismo, añadiendo Matisse una mirada más sensual y ornamental.

Canal du Midi, una de las obras de Matisse más destacadas (1898)

Canal du Midi es parte de una serie de cuadros pintados por Matisse en las cercanías de Toulouse en el invierno de 1898 y 1899 tras volver del viaje de luna de miel a Londres y vivir una temporada en Córcega. Los paisajes de Toulouse le conquistaron por la luz y el color, pero sin tratar de ser naturalista y utilizando el color como algo subjetivo. Así, todas las obras de estos primeros años suelen señalarse como protofauves por la intensidad cromática.

Canal du Midi se caracteriza por ese uso no naturalista el color, con azules, naranjas, amarillos y rojos que representan la puesta de sol, contrastando con los blancos y grises de nubes, pero sin superponerlos. La pincelada fluida y vigorosa transmite la energía y pasión de la pintura de Matisse. El cuadro pertenece a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Mujer con sombrero (1905)

Este es otra de las obras de Matisse más importantes. Mujer con sombrero es un retrato de Amélie, la esposa de Matisse, y expuesta junto con otras obras en la precitada exposición Salón de Otoño en la que se refirieron por primera vez al movimiento como fauve.

Al igual que el resto de la exposición, Mujer con sombrero también fue rechazado por la crítica al considerarlo una obra inacabada, con pinceladas muy sueltas y colores arbitrarios, para nada reales. Esta obra de Matisse se convirtió así en nuevo tipo de retrato no realista y en el que predomina la visión subjetiva y llena de emociones y sentimientos del pintor.

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La alegría de vivir (1905/1906)

El rechazo de la exposición del Salón de Otoño en 1905 no arredró a Matisse y decidió reafirmar más aún su adscripción al fauvismo con este monumental óleo, La alegría de vivir.

Esta es una obra en la Matisse se desmarca de la escala y las proporciones clásicas y las figuras desnudas y en posturas sensuales y eróticas aparecen con distintos tamaños, sin guardar proporciones y ofreciendo una composición de escenas independientes.

El color es radiante e intenso y responde a la expresión emocional, reforzando esa atmósfera irreal de Arcadia o paraíso bucólico de bosques y praderas. La obra La alegría de vivir está considerada como una de las obras fauve por excelencia.

La danza (1909/1910)

La sensualidad, la vitalidad y la armonía son constantes en la obra de Matisse, siendo este cuadro de La Danza un punto álgido en la carrera del pintor. Una obra que fue encargada para el empresario y coleccionista de arte ruso Sergei Shchukin y en la que se representa a una serie de bailarines que bailan en círculo, girando y transmitiendo esa sensación de movimiento y armonía del baile.

Una obra llena de expresión y fuerza que Matisse consiguió con pocos colores, utilizando una paleta de tonos oscuros, y con la línea como principal recurso, en vez de utilizar luces y sombras, lo que constituye un auténtico logro.

Desnudos azules (1952)

En 1941 Matisse cayó enfermo por un cáncer de estómago, pero no dejó su actividad creativa, manteniéndose en la línea de exotismo y lujo que ya iniciará con su serie de Odaliscas de las décadas de 1920 y 1930. En estos años de enfermedad se dedicó a hacer collages a base de recortes de papel pintado.

Con esta nueva técnica de cut-out Matisse realizó composiciones como Desnudos azules, una serie de cuatro desnudos.

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Bibliografía

•AAVV. (2020). Matisse-Basic Art- Español. Taschen Benedikt

•Essers, Volkmar. (2012). Matisse. Taschen Benedikt

•Dabrowski, Magdalena. “Henri Matisse (1869–1954).” In Heilbrunn Timeline of Art History. New York: The Metropolitan Museum of Art, 2000–. http://www.metmuseum.org/toah/hd/mati/hd_mati.htm