Mito de Narciso: resumen

Mito de Narciso: resumen

La mitología griega es una de las más complejas que existen, con una enorme cantidad de historias de todo tipo. Muchos de estos mitos son usados como metáforas, intentando que el lector aprenda una valiosa lección de ella. En el caso del mito de Narciso era una forma de que los griegos y romanos de la época dejaran de lado la vanidad, ya que eran sociedades donde había mucho culto a uno mismo. Para conocer mejor esta historia, en esta lección de unPROFESOR vamos a ofrecerte un breve resumen del mito de Narciso.

Narciso: significado en la mitología

Narciso es un personaje tanto de la mitología griega como de la romana, ya que ambas mitologías compartían una enorme cantidad de historias y personajes, aunque en muchas ocasiones cambiaban los nombres o determinada parte de las historias.

Narciso era hijo de Cefiso y de Liriope. Cefiso era un dios del río en la mitología griega, asociado al río del mismo nombre, que descendía de algunas de las deidades primigenias de Grecia. Por otra parte su madre, Liríope, era una ninfa, siendo estas unos espíritus asociados con la naturaleza, y más concretamente en el caso de Liríope asociadas a los ríos.

Liriope fue avisada por un vidente ciego de Tebas, cuyo nombre era Tiresias, de que su hijo sería muy feliz y viviría muchos años, siempre y cuando nunca mirara su imagen reflejada en ningún sitio. Esto era algo complicado de cumplir, ya que ambos progenitores de Narciso eran criaturas mitológicas asociadas a los ríos, lugares donde Narciso podía ver fácilmente su imagen reflejada.

Narciso era un joven extremadamente atractivo y bello, siendo capaz con su sola presencia de enamorar a todos los hombres y mujeres que le vieran, aunque solo fuera una vez. Esto hacía que Narciso fuera una persona demasiado vanidosa, despreciando a todo aquel que se enamorara de él, y siendo incapaz de ver la belleza de nada más, ni siquiera de la naturaleza que le rodeaba. Y fue esta gran vanidad la que nos lleva hasta su mito.

Imagen: Slideshare

Mito de Narciso y Eco: la versión romana

La versión romana de este mito es la que se considera verdadera, siendo la que solemos tener en mente cuando hablamos de Narciso, y siendo la más popular. El mito es contado por Ovidio, un poeta romano que adaptaba muchas historias griegas al contexto romano, siendo una de estas la de Narciso.

Según el mito, un día mientras Narciso se encontraba en el bosque cazando ciervos, fue visto por una ninfa llamada Eco. Eco era una oréade, una especie de ninfa unida a las montañas, que fue criada por las musas, y de la que se decía que su voz era capaz de pronunciar las voces más hermosas del mundo. Eco llamaba la atención de todos mediante su voz, y eso hizo que Hera sintiera celos, temiendo que su marido Zeus pudiera cortejarla. Por ello, Hera hizo que Eco solo pudiera decir las últimas palabras que escuchara de la persona con la que hablara.

Desde que se quedó sin voz Eco era muy tímida y por ello aunque se había enamorado de Narciso nada más verle, no se atrevía a hablar con él. Narciso estaba totalmente seguro de que alguien le estaba observando, y habló hacia la zona en la que pensaba que se encontraba la persona extraña. Ambos intercambiaron algunas palabras, siendo las de Eco siempre las mismas que las últimas dichas por Narciso. Finalmente Eco se atrevió a salir de su escondite, intentando abrazar a su amado, pero Narciso la rechazó, al igual que había rechazado a cualquier persona a lo largo de su vida, y Eco huyó desconsolada.

Este acto de crueldad tan grande llamó la atención de algunas deidades, pero la única que se atrevió a intervenir fue Némesis, la diosa de la justicia y la venganza. Esta deidad, conocedora de las palabras de Tiresias, decidió vengarse del joven Narciso. Némesis uso todas sus armas para engañar a Narciso, haciendo que se acercara a un arroyo, y viera allí su bello rostro reflejado, provocando que no pudiera dejar de mirarse a sí mismo.

Por primera vez en su vida Narciso era rechazado, ya que no podía tomar para sí un simple reflejo y finalmente se suicidó tirándose al agua. De su cuerpo nació una preciosa flor, a la que actualmente llamamos Narciso.

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La versión griega del mito de Narciso

Para concluir esta lección sobre el mito de Narciso, debemos hablar sobre la versión griega del mito, siendo menos conocida pero también muy interesante.

La versión griega del mito es mucho más antigua que la que hemos mencionado pero fue descubierta años más tarde que la romana. En esta historia quien se enamoró de Narciso fue un joven heleno llamado Ameinias, pero al igual que Eco también fue rechazado por Narciso. El rechazo de Narciso fue extremadamente cruel, ya que entregó una espada a Ameinias, como una forma de reírse de la hombría del joven. Ameinias lleno de dolor por el rechazo se suicidó con la espada y pidió a Némesis que vengara su muerte.

Tras esto existen dos versiones de la muerte de Narciso, siendo una de ellas semejante a la romana. La otra historia tiene un final distinto, en esta Narciso se enamora de su imagen reflejada en un arroyo, pero no se da cuenta de que es su reflejo hasta que no intenta besarlo, al darse cuenta de que es una ilusión, y de que no puede besar su reflejo, decide suicidarse con una espada.

En ambas muertes de su cuerpo muerto surge una flor, el Narciso.

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