Origen del judaísmo: resumen

A la hora de hablar sobre el origen del judaísmo, y al igual que pasa con muchas religiones, debemos tener en cuenta que existen dos formas de conocer su origen:

• Una de ellas es creyendo las escrituras y, por lo tanto, dándole un origen mítico a las creencias
• La otra es yendo a las fuentes escritas y arqueológicas para intentar conocer el verdadero origen de la religión.

Para comenzar esta lección de unProfesor vamos a hablar sobre el origen del judaísmo según la tradición, es decir, todo aquello que podemos encontrar en la Torá, libro sagrado del judaísmo. Estas creencias nunca han sido demostradas mediante fuentes, ya que muchos de los personajes de estos textos no tienen ninguna fuente que demuestre su existencia.

Según la Torá, el judaísmo nace hace miles de años en la ciudad de Ur, sede de la poderosa Mesopotamia. En esta región vivía un pastor nómada llamado Abraham, del cual tan solo conocemos la información que se da en las fuentes judías.

En un momento determinado de su vida, Abraham recibió la visita de Dios, quien le pidió que formara una nueva nación en la zona de Canaán, situada entre el Mediterráneo y el río Jordán. Y, por ello, Abraham tuvo que superar una enorme cantidad de retos para demostrar a este dios su valía.

Abraham comenzó a seguir las enseñanzas de este dios, creando la primera religión monoteísta conocida, ya que hasta ese momento todas las creencias habían sido politeístas. Abraham fue conocido como el primer judío, pasando sus creencias a sus hijos, Jacob e Isaac y estos, a su vez, a su descendencia.

Con ello nacía la tradición judía.

A la hora de hablar sobre el origen del judaísmo según las fuentes, todo se hace más complicado. En este caso, podemos ver un proceso más largo y complejo en el que, poco a poco, el judaísmo se fue originando y creciendo.

Al comenzar a hablar sobre el origen del judaísmo debemos irnos hasta la Edad del Hierro, un momento en el que las fuentes escritas aún son menores y las primeras civilizaciones se comenzaban a formar. En esta época, sobre el siglo IX a.C., aparecen los reinos conocidos como Judá y Samaria, siendo el que, siglos más tarde, daría origen a Israel.

Ambas regiones contaban con una cosa en común: un dios conocido como Yahweh del que no tenemos mucha información. Pero todo parece indicar que fue el antecesor al Dios de las creencias judías. A las creencias relacionadas con este dios, y, por lo tanto, a la religión de ambas regiones, se le denominaba yahwismo.

En esta época todas las regiones de Canaán contaban con un dios propio y, en cada reino, el rey era una especie de extensión del dios en la tierra. Algunos ejemplos de estos dioses son:

• Moloch en los amonitas
• Quemos en el reino de Moab.

Eran realmente deidades muy semejantes entre sí y con pocas o ninguna diferencia. Además, en cada reino los dioses principales contaban con una esposa, siendo Astarot la consorte de Yahweh en Judá y Samaria, y con una serie de dioses menores que conformaban el panteón.

En el imperio asirio y el gobierno de Josías de Judá

Con el paso de los siglos, las regiones de Judá e y Israel pasaron a formar parte del Imperio Asirio, los israelitas ya habían transformado su creencia hacia el monoteísmo y la mayor importancia del dios Yahweh sobre el resto, provocando que los asirios les exterminaron por pensar así.

Los supervivientes de Israel se marcharon a Judá, llevando sus creencias sobre la importancia de un solo dios. Los terratenientes de Judá usaron estas creencias para hacerse fuertes, diciendo que el único dios era Yahweh, y que por ello debían vencer a cualquiera que pensara diferente y tomar el poder.

Para tomar el poder, los terratenientes pusieron en el trono a un niño de 8 años, Josías de Judá, el cual era fácilmente manipulable por parte de las élites. Aunque, con el paso de los años, Josías se fue volviendo poco a poco un líder mucho más peligroso y radical.

Durante el gobierno de Josías tuvo lugar una grave crisis interna dentro del Imperio Asirio y esto fue aprovechado por Judá para iniciar una campaña para su independencia, centrando el objetivo en ser un estado libre en el que Yahweh fuera el dios superior y absoluto, porque los dioses asirios no debían tener poder allí. La situación llegó a un punto en el que Josías rompió el pacto entre Judá y Asiria, diciendo que lo transformaba en un acuerdo entre Judá y Yahweh, ya que el dios era superior a cualquier imperio.

Finalmente, Judá había sido convertida a una religión monoteísta, uniendo las mejores características de los principales dioses del panteón en una sola deidad, siendo esto el principio de lo que más tarde sería el judaísmo.

La segunda fase de la historia del judaísmo es el llamado periodo del Segundo Templo, siendo una época en las creencias judías se fueron formando y en la que aparecen algunos de los principales elementos que terminaron formando el judaísmo como tal.

En el 586 a.C., la ciudad de Jerusalén, una de las principales del reino de Judá, fue arrasada por el poderoso Imperio Babilónico, quienes tomaron a todas las figuras poderosas del gobierno y la religión de la región. Tras ello, Judá se mantuvo durante un tiempo más o menos en la misma situación, siendo una región donde el monoteísmo era muy importante y con cierta independencia.

Poco tiempo después, Babilonia fue vencida por los persas, provocando que las personas que habían sido presas por los babilonios pudieran volver a Judá, aunque la mayor parte de estos eran descendientes de las personas tomadas, ya que muchos de ellos habían muerto para entonces.

Estas personas aprovecharon su relación con los persas para hacerse con el poder en Judá, que cambió su nombre a Yehud y pasó a ser una provincia del gran Imperio Persa. Pero estos no fueron los únicos cambios que realizaron, ya que este grupo negaba las teorías del yahwismo tradicional y consideraban que se debían hacer cambios para que la religión se mantuviera.

Este grupo, con clara influencia persa, cambió elementos en la religión como fueron:

• Cambiar la Torá en diversas formas
• Prohibir los matrimonios entre creyentes y no creyentes
• Cambiar la forma de seguir la religión

En general, podemos decir que la nueva élite trajo un monoteísmo mucho más estricto, acercándose mucho más a lo que conocemos como judaísmo actualmente.

Este nuevo judaísmo tuvo su centro en el llamado Segundo Templo, siendo construido tras la vuelta de los exiliados. Y es que el primer templo, conocido como el Templo de Salomón, había sido destruido tras el ataque de Babilonia. Desde este templo se fijaron muchas de las nuevas normas, siendo un lugar donde los creyentes podían ir para ver los textos y formarse en la única y verdadera religión.

Pero no todo fue estricto en el Segundo Templo, sino que también existían variantes de la religión, siendo facciones que se alejaban del judaísmo más central y buscaban alternativas por diversos motivos. Algunas de estas facciones eran las siguientes:

• Fariseos: Los principales defensores del judaísmo tradicional, siendo los más semejantes a los judíos actuales. Son conocidos por sus cercanas relaciones con Jesús en la Biblia.
• Saduceos: Los rivales de los fariseos, siendo descendientes de Salomón. Se les consideraba una facción belicosa y formada por las elites, aunque desaparecieron por el creciente poder de los fariseos.
• Esenios: Una especie de secta dentro de los judíos, teniendo una serie de tradiciones que las otras facciones consideran peligrosos y poco morales.

Para terminar este resumen del origen del judaísmo, debemos hablar sobre cómo se originó el judaísmo actual, pues es clave para entender una de las religiones más importantes del mundo en la actualidad. Y es que la llegada de poderosos imperios como el romano, y de nuevas religiones como el cristianismo, obligaron al judaísmo a cambiar para sobrevivir.

Durante siglos, el judaísmo se mantuvo como una religión con varias facciones con claras diferencias entre ellos, pero manteniendo el espíritu de las enseñanzas orales dentro del segundo templo. Y dentro de las facciones, existieron dos que marcaron el camino hacia las religiones actuales:

• Una de ellas terminó cambiando al cristianismo primitivo
• Otra facción avanzó hacia el judaísmo rabínico (el modelo actual de esta religión)

En el año 73, el Segundo Templo fue destruido por los romanos en una de sus conquistas, causando que los judíos perdieran el centro de su religión y tuvieran que buscar nuevas formas de manejar sus creencias. Con la destrucción del templo y la perdida de la independencia, los judíos iniciaron un nuevo sistema con mayor número de fuentes escritas y una menor tradición oral.

Los rabinos se convirtieron en los sacerdotes del judaísmo, recayendo en sus manos el mantenimiento de la religión, ocupando por ello una importancia clave dentro de la religión. Fue así como se dio origen al judaísmo que conocemos actualmente.

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