Pienso luego existo de Descartes: Explicación

Pienso luego existo de Descartes: Explicación

En la clase de hoy vamos a estudiar y analizar la frase Pienso, luego existo de Descartes (Cogito ergo sum). Esta es una de las frases más conocidas de la historia de la filosofía, escrita por René Descartes (1596-1650) en su obra Discurso del método (1636) y con la que se marca el inicio del racionalismo. Una postura filosófica que defiende que la razón es independiente de la experiencia y la existencia de las ideas innatas, las cuales constituyen el origen del conocimiento.

¿Quieres saber más acerca de la frase Pienso luego existo de Descartes? En esta lección de unPROFESOR, te lo contamos todo. ¡Comienza la clase!

Contexto y pensamiento de Descartes

Para entender la frase Pienso luego existo de Descartes primero es necesario que conozcas cuál es el pensamiento y el contexto en el que René Descartes vivió.

Descartes es un autor del S.XVII, es decir, una época en la que se está consolidando la revolución científica y en la que Copérnico pone en duda el pensamiento Aristotélico, considerando que el geocentrismo ya no debe ser el elemento fundamental que describe nuestro universo, proponiendo como alternativa el heliocentrismo.

De esta forma, en este contexto Descartes se erige como uno de los autores fundamentales y más importantes. Y es que, nuestro protagonista tiene como objetivo de pensamiento filosófico el legitimar la nueva ciencia: Proponiendo un método científico adecuado, certificando cuáles son los elementos fundamentales de la nueva ciencia (crear modelos matemáticos que sean capaces de explicar lo que hemos observado y la observación empírica) y desarrollando una nueva forma de pensar basada en la razón.

Bajo estos postulados, Descartes desarrolló toda su obra matemática y filosófica. Destacando la publicación de los siguientes libros:

  • Reglas para la dirección de la mente, 1628.
  • Tratado del mundo, 1634.
  • Discurso del método, 1636.
  • Meditaciones metafísicas, 1641.
  • Las pasiones del alma, 1649.

En todas estas obras, nuestro protagonista establece un método para alcanzar una verdad que elimine la duda, es decir, que Descartes parte de la duda como método para cuestionar el conocimiento y analizar los motivos que llevan a la creación de una idea que se da como válida, siendo lo único verdadero aquello que no presenta ninguna duda sobre su evidencia/ el pensamiento.

Asimismo, defiende que la existencia de la idea es innata, que las ideas no residen en un mundo suprasensible, exterior e independiente, sino que se encuentran en nuestra propia mente y que en todo momento dependen de la subjetividad del individuo que las percibe.

Qué significa Pienso, luego existo de Descartes (Cogito ergo sum)

Esta frase de Descartes se ha convertido en una de las más conocidas y famosas de la historia de la filosofía. La cual, resume uno de los argumentos más importante y se erige como el punto de partida de un método científico para legitimar los elementos fundamentales de la ciencia que estaba surgiendo en el S.XVII.

De esta forma, llegados a este punto, debemos preguntarnos ¿qué quería decir Descartes con dicha frase? Bien, en UnPROFESOR, te ayudamos a que la entiendas al 100%. Así, para empezar, debemos señalar que esta frase no es totalmente la que escribió Descartes, ya qué, lo que escribe exactamente en el Discurso del método es: “Yo pienso, yo soy”.

Con “Yo pienso, yo soy”, Descartes intenta probar la existencia del sujeto como algo que piensa (una cosa pensante) y no como un ser compuesto de alma y cuerpo, es decir, el sujeto existe en su pensamiento: Existimos como seres pensantes. Por lo tanto, lo que nuestro protagonista nos está diciendo es que nuestra mente registra cosas (imágenes, sensaciones…) y que el individuo es una cabeza/ mente que registra cosas. Solo podemos estar seguros de que somos una mente, siendo todo lo demás falso y de lo que tenemos que dudar.

Asimismo, de esta frase también se extrae la siguiente hipótesis planteada por Descartes: Podría existir un ser superior (genio maligno) a todos nosotros que envía a nuestras mentes imágenes (que registramos en ésta) de una realidad que creemos que está sucediendo y que es real, pero que en verdad no lo es y no existe porque es un engaño del genio maligno.

“…Pero ¿Sé yo si no habrá otra cosa diferente y de la que no pueda caber duda alguna?, ¿No habrá algún dios u otra potencia que ponga estos pensamientos en mi espíritu?...”

Para que entiendas mejor esta hipótesis, te la explicamos a través del argumento de la película Matrix: En Matrix tenemos un ordenador (un ente superior) que envía imágenes a los seres humanos de una realidad alternativa que no es la verdadera, pero que el individuo cree que es la real. No obstante, personajes como Morfeo o Neo, saben que esa no es la realidad, que les envían imágenes engañosas y, por tanto, dudan y cuestionan esa realidad creada.

"…De modo que luego de haberlo pensado y haber examinado cuidadosamente todas las cosas, hay que concluir, y tener por seguro, que esta proposición: pienso, existo, es necesariamente verdadera, cada vez que la pronuncio o la concibo en mi espíritu…”

Descartes y el método científico

Para Descartes la primera verdad evidente será el cogito ergo sum a la que llega aplicando su método científico. El cual, parte de la duda metódica/cartesiana (no dejarse llevar por la intuición o los sentidos) para hallar la certeza absoluta (la verdad / la realidad):

“…No admitir como verdadera cosa alguna, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más de lo que se presenta tan clara y distintamente a mi juicio que no hubiere ocasión de ponerlo en duda…”

De esta forma, Descartes propone cuatro principios o reglas en el método científico:

  1. Evidencia: “… No admitir como verdadera cosa alguna si no sé con evidencia que lo es, es decir, evitar cuidadosamente la precipitación…”
  2. Análisis: “… Dividir cada una de las dificultades que examinaré, en cuantas partes fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución…”
  3. Síntesis: “… Conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo gradualmente hasta el conocimiento de los más compuestos…”
  4. Enumeración: “… Hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada…”

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Bibliografía

René Descartes. El Discurso del Método. JG. Ediciones