Pueblos que habitaban la Península Ibérica antes de los romanos

Pueblos que habitaban la Península Ibérica antes de los romanos
Imagen: Juanitoelchispa

La Península Ibérica ha estado habitada a lo largo de la historia antigua por un sinfín de pueblos de distintas etnias y religiones. En muchas ocasiones estos provenían de otros lugares del Mediterráneo buscando zonas más ricas para la agricultura, la metalurgia o zonas ricas con las que comerciar. En esta lección de unPROFESOR os traemos los pueblos que habitaban la Península Ibérica antes de los romanos, centrándonos en los más importantes y creando un escueto resumen con las características más importantes de cada uno.

La división de la Península según las civilizaciones

En primer lugar, dentro de nuestra lección sobre los pueblos que habitaban la península ibérica antes de los romanos, debemos dividir el mapa, teniendo como clave las diferencias encontradas en la toponimia:

  • Zona tartesia: la cual corresponde con la parte sur-occidental de la península, siendo el epicentro de esta la desembocadura del río Guadalquivir.
  • Zona íbera: comprendida en la costa levantina, la parte oriental de Andalucía y Cataluña.
  • Zona céltica: esta comprende el interior de la meseta y toda la costa atlántica y cantábrica, salvo la zona del País Vasco.

Los tartesos

A día de hoy la cultura tartesia sigue sobrecogiendo a gran parte de las personas que se acercan a estudiar más sobre estas poblaciones que habitaron la zona de la desembocadura del río Guadalquivir. Según los historiadores y arqueólogos, esta serie de pueblos, vinieron a desarrollarse en la primera mitad del primer milenio a.C.

Dentro de nuestra lección sobre los pueblos que habitaban la península ibérica antes de los romanos, continuaremos advirtiendo que no encontraremos una civilización o pueblo propiamente tartesio, sino que este era probablemente de origen íbero, el cual fue aculturándose con la llegada a las costas del Mediterráneo, de la civilización fenicia.

Esta hipótesis está fijada debido a que Gadir era una colonia comercial fundada por los fenicios, quienes comerciaban con las tribus y poblaciones del interior de la costa. Con el paso del tiempo irían clonando los modos de vida de la civilización oriental como era el uso de sus vestimentas, la creación de elementos y objetos de estilo orientales, estos aprendieron las técnicas de extracción del mineral fenicio, pueblo con el que comerciaron en gran medida.

Posiblemente, la leyenda de Argantonio (un rey tartesio) no sea más que el posible nombre de uno de los jefes tribales de estas. Pero lo que sí tenemos que tener claro es que en la Península en ningún momento encontraremos un Imperio Tartesio, como han defendido muchos autores.

Celtas e íberos

Pocas son las diferencias que encontraremos entre los dos grupos de pueblos prerromanos aquí expuestos, siendo la más clara el origen de la lengua. Eran pueblos cuya economía se basaba en la agricultura y en la ganadería. Apenas tenían relaciones comerciales, siendo bastante autárquicos a lo que ello respecta.

Además, eran poblaciones bastante belicosas y de esa manera era normal encontrar racias entre los diferentes “reinos” que había por todo el territorio peninsular. Un elemento muy característico de estos serán las actuaciones en forma de racias, sobre los pueblos del sur de la Península, es decir, sobre el denominado pueblo tartesio que era, sin duda, de los pueblos prerromanos, el más rico.

Vivían en núcleos fortificados con murallas de piedra, elemento que chocó a los romanos al llegar a la Península pues tuvieron que hacer frente a pueblos guerreros que, además, tenían grandes fortificaciones. Esto hizo que la conquista de Hispania fuera un verdadero suplicio para los extranjeros.

Sus cultos estaban relacionados con la naturaleza, siendo los más fuertes los relacionados con el sol, la luna y la fertilidad. Los íberos contaban además con las sacerdotisas siendo una clara excepción dentro de los pueblos indoeuropeos.

Poco más se conoce de la cultura de estos pueblos que habitaban la Península Ibérica antes de los romanos, debido a que carecían de escritura y la poca que se conserva procede de una serie de estelas que son ilegibles a día de hoy por los expertos.

Imagen: Taringa

Las colonizaciones de la Península Ibérica

Tenemos que detenernos en una serie de pueblos que procedían de otros lugares del Mediterráneo y que acabaron creando colonias en las costas de España. Entre ellos podemos encontrar lo siguientes:

Fenicios

Para los inicios del siglo IX a.C. encontramos evidencias en la costa mediterránea sobre la fundación de una serie de puertos de origen fenicio, como será Malaka (Málaga). Este pueblo oriental es conocido por su gran actividad comercial, por la que traían objetos exóticos de Oriente a cambio de metales preciosos y otros materiales, que en sus lugares de origen eran escasos.

También fueron los fundadores de Gadir (Cádiz), ciudad en la que encontraremos su gran bastión y donde se situaba el Templo a Melkar que era un lugar de comercio seguro. No era un pueblo guerrero, sino que su actividad versaba en contactar con las poblaciones autóctonas del lugar y mediante una serie de ofrendas (regalos) a los jefes de las tribus, llegar a una serie de acuerdos con los que ganar beneficios.

Según las investigaciones este es el pueblo que aculturó a las poblaciones del sur de la Península y que darían origen a la leyenda del reino de Tartesos.

Griegos

En el año 537 a.C. los griegos fundaban Massalia (Marsella) y Emporion (Ampurias) llegando por tanto a la Península Ibérica. Los modelos de colonización griega, como ya conocemos, responden más a un elemento de exceso poblacional, por el cual las polis, decidían enviar al excedente a crear otras ciudades en otros lugares del Mediterráneo para que estas entraran en contacto con las poblaciones autóctonas, con las que debían comerciar y así poder establecer líneas comerciales a mayor escala por todo el Mediterráneo.

Eran, no obstante, menos abiertos a las relaciones, es decir, solían crear sus ciudades sobre promontorios en lugares costeros o incluso en islas frente a la tierra, para de esa manera evitar ataques. No encontraremos la unión entre los pueblos. Fueron poblaciones que superaron las Guerras Púnicas y que acabaron siendo absorbidas por los romanos.

Cartagineses

Cártago era una colonia fenicia situada en el norte de África. Tras el año 572 a.C. sustituiría el poder fenicio en la zona, pues ese fue el año en el cual Nabucodonosor, conquistó la ciudad de Tiro. La diferencia entre un sistema y otro fue que Cártago decidió pasar de las relaciones comerciales a tener un control más intenso sobre las poblaciones íberas, de esa manera encontraremos un gran interés sobre todo por las minas, como fueron las de Cástulo.

Uno de los elementos que hicieron que los romanos tuvieran tantas dificultades para acabar con su presencia en la Península se debió a que contrató como mercenarios a la gran mayoría de pueblos íberos y celtíberos de la Península, poblaciones muy pobres pero muy guerreras y que solían venderse como mercenarios.

Su presencia estuvo en la Península Ibérica hasta el fin de la segunda guerra Púnica, en el año 201 a.C. aunque su cultura permaneció en el subconsciente de la población hasta bien entrada la romanización. En este vídeo de unRPOFESOR te descubrimos el proceso de romanización de la Península Ibérica.

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