Qué es el postestructuralismo de Michel Foucault

El postestructuralismo se desarrolla en Francia durante la segunda mitad del S.XX dentro de las Ciencias Sociales. Teniendo una especial incidencia en la sociología, la antropología, la filosofía, la historia/arqueología o la literatura de Europa y de Estados Unidos.

Este movimiento teórico y epistemológico, que es coetáneo a mayo del 68 (protestas estudiantiles en contra del capitalismo e imperialismo), nace como una corriente crítica al estructuralismo de Cluade Lévi-Strauss, pero sin salir del todo de él. De ahí, que trazar los límites entre estructuralismo y postestructuralismo sea tan complejo.

No obstante, los postestructuralistas van a cuestionar la objetividad, la neutralidad y la lógica que se había insertado en el estudio de las ciencias sociales con el estructuralismo. Es decir, las estructuras no son algo objetivo y pueden estar sesgadas por las propias interpretaciones, la historia o cultura, y por lo tanto, existe la subjetividad en su significado.

Por último, dentro de esta corriente se suele encuadrar a los filósofos de la Escuela de Frankfurt y a Roland Barthes, Michel Foucault, Jacques Derrida, Jurgen Habernas, Jean Baudrillard, Jacques Lacan, Judith Butler o Julia Kristeva. Aunque muchos de ellos se negaron a que se les etiquetara como postestructuralistas.

El postestructuralismo de Michel Foucault va a defender las siguientes ideas:

• La realidad no es una representación neutral, sino que es una construcción realizada bajo la idea de objetividad.
• El individuo tiene la suficiente capacidad para interpretar la realidad que le rodea desde diferentes perspectivas o interpretaciones.
• El individuo se compone de un conjunto de elementos o características (el conocimiento, género, trabajo, educación…) que lo definen.
• El lenguaje es el que crea la realidad porque da forma a los pensamientos de las personas, forja el yo y las formas/modos de representación.
• La interpretación de un texto se debe hacer sabiendo que es resultado de diversas interpretaciones, ideas o prejuicios de su creador.
• Todo lo que hay en nuestra sociedad es construido (el lenguaje, la identidad, la sexualidad…), por tanto, también se puede deconstruir.
• Nuestra sexualidad y nuestros cuerpos, a través de las estructuras de poder, son controlados y reprimidos. Así, la libertad sexual implica el control sobre nuestro cuerpo y deseos.

Asimismo, el pensamiento de nuestro protagonista se caracteriza porque no buscó dar respuesta a las grandes cuestiones de la filosofía, sino interpretar dichas cuestiones para comprender la respuesta y analizarla críticamente.

Debemos tener presente que el pensamiento de Foucault se divide en tres grandes etapas en las que hace hincapié en una temática concreta:

1. Década de los 60, el saber y la locura. En esta etapa destacan sus obras Locura y Civilización, Las palabras y las cosas o La arqueología del saber.
2. Década de los 70, el poder. En esta etapa destaca su obra Vigilar y castigar.
3. Década de los 80, la sexualidad. En esta etapa destacan sus obras Historia de la sexualidad o El uso del placer.

Para nuestro protagonista el saber es la única libertad del ser, ya que, el tener conocimiento sobre las cosas nos permite identificar la verdadera realidad y conocer cómo funciona el poder. De esta forma, nos dice que para encontrar el saber debemos excavar en los textos y buscar el origen de las ciencias humanas.

Así, a través de esa “metodología arqueológica”, Foucault nos dirá que en cada etapa histórica ha existido un discurso mayoritario construido que siempre ha dependido del contexto en el que se ha creado. Por tanto, el discurso cambia a lo largo de la historia y el pensamiento no puede ser universal.

Por otro lado, otra de las cuestiones más analizadas por el filosofó francés fue la locura. Realizando un pormenorizado estudio a lo largo de la historia que divide en tres etapas:

• Renacimiento: Se habla de los marginados como aquellas personas que se encontraban fuera del prototipo de individuo impuesto. Sería un grupo compuesto por: brujas, delincuentes, pobres, leprosos…
• Edad Clásico o Ilustración: La locura se define como patología y todo el grupo de marginados pasa a introducirse en el de los locos.
• Edad Contemporánea: La locura se reconoce como una enfermedad y se introduce dentro del discurso poder de la medicina, la psiquiatría. Ahora, el loco cambia su estatus: pasa de estar excluido en la sociedad a estar confinado.

Vivimos en una sociedad disciplinaria y normativa en la que se da toda una serie de estructuras autoritarias de poder que están presentes en todos los ámbitos (en la escuela, en el hospital, en la cárcel, en el lugar de trabajo…),que nos dicen cómo debemos actuar y qué debemos de hacer. Es decir, que se ha creado una maquinaria de domesticación desde una estructura central de poder que nosotros interiorizamos sin darnos cuenta y que se va introduciendo en nuestro cuerpo de forma indivisible. Es lo que define, como la anatomopolítica.

Por tanto, para Foucault el poder en nuestra sociedad atraviesa todo y no se encuentra centralizado en una única figura o institución, sino que está distribuido por todas partes como mecanismos de poder o subpoderes que crean relaciones de poder y que ejercen en la sociedad a través de dos vías: la discursiva (marcos legales y mandatos) y no discursiva (cárceles, ejércitos, cámaras de seguridad…).

No obstante, para nuestro protagonista, dentro de esta estructura de poder existen mecanismos que fallan (grietas) y que , por tanto, se pueden destruir o cambiar. Por eso, Foucault dirá que no podemos cambiar la estructura como tal pero sí sus dispositivos /mecanismos (ley, decreto, prácticas abusivas, comportamientos, humillaciones…) y lo que define como el fascismo cotidiano: el que habita dentro de nosotros y que hemos interiorizado a través del discurso de poder.

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