Revolución industrial en España - resumen

Revolución industrial en España - resumen

Las revoluciones industriales fueron uno de los procesos más importantes de los estados que pasaron de la Edad Moderna a la Edad Contemporánea, siendo los cambios tecnológicos y productivos surgidos en esta época lo que aumentaron el mercado y lograron que el capitalismo fuera productivo.

Empezando en Reino Unido, las revoluciones industriales tuvieron una evolución desigual en el resto de países, siendo los más avanzados los que las tuvieron primero, y los países más débiles lo que tardaron más, siendo el caso de España. Para hablar sobre la evolución de este proceso en nuestro país, en esta lección de unProfesor te ofrecemos un resumen de la Revolución industrial en España.

Antecedentes de la Revolución industrial en España

Al comenzar a hablar sobre la revolución industrial española debemos hablar sobre los antecedentes que conllevaron que la nación hispana tuviera esta evolución.

En la segunda mitad del siglo XVIII, Inglaterra había iniciado la Revolución Industrial, que conllevó a una serie de cambios en todas las estructuras económicas de la nación británica. Esto les permitió generar una enorme riqueza, ya que las nuevas tecnologías daban capacidad para generar excedentes que eran vendidos a otras naciones.

Al ver cómo Inglaterra generaba tantos beneficios en tan poco tiempo, fueron muchas las naciones europeas que consideraban que necesitaban realizar un cambio semejante si querían mantener el mercado, ya que la influencia económica británica comenzaba a ser demasiado poderosa. Las primeras naciones en entrar en esta revolución fueron las más poderosas de Europa como Francia o Alemania, mientras otras regiones tardaron unos años más.

¿Por qué la Revolución Industrial llegó tarde a España?

Mientras que Reino Unido se encontraba en el auge de su poder, logrando enormes inventos que aumentaban la producción, España se encontraba en una dura crisis económica debido al mercantilismo absolutista de la época y a la nula influencia del capitalismo en la región.

En esta situación, España no contaba con el capital necesario para iniciar la revolución, pero tampoco contaba con la estructura ni con el apoyo de la clase política. En este punto, España era una nación excesivamente rural que, además, generaba tan solo el producto primario necesario para la subsistencia, sin generar suficiente excedente para vender, siendo incapaz por ello de realizar grandes cambios tecnológicos e industriales.

Otros factores relacionados con la tardanza en la entrada de la Revolución Industrial eran que el gobierno no ayudaba a las nuevas empresas y el analfabetismo era mucho mayor que en otras naciones, causando que fuera más difíciles avanzar en campos tecnológicos.

Para intentar solucionar estos problemas, hubo movimientos de la burguesía que buscaba enviar becarios a países como Reino Unido para que aprendieran sobre los nuevos sistemas de industrialización, pero las clases sociales altas, como la nobleza o el clero se negaron a ello, consideraron que el sistema primitivo y clásico que ellos representaban era mejor.

En este punto tan solo podemos hablar de una excepción en España, siendo esta la región de Cataluña, que contaba con un excedente agrícola que vendía al exterior debido a la especialización de sus cultivos, logrando con ello tener su propia revolución industrial. Cataluña se situaba entre las regiones europeas con mayor exportación, con niveles semejantes a las regiones inglesas, pero aún con una infraestructura algo primitiva por la falta de capital patrio.




La Primera Revolución Industrial en España

Al contrario que en el resto del mundo, en España no se suele llamar Revolución Industrial al proceso de evolución industrial de España, sino que se usa el término de tardía Revolución Industrial de España, debido a la enorme diferencia de años entre ambos procesos.

Esto es debido a que el Reino Unido tuvo su Revolución Industrial a finales del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX, otras naciones como Francia o Estados Unidos entre 1820 y 1850, pero en España no tuvo lugar algo semejante hasta años después y siendo mucho menor y con menos influencia que estas. Se suele hablar de dos o incluso tres revoluciones en las grandes potencias del mundo, mientras que España se suele considerar que tuvo una o incluso ninguna, debido a las enormes diferencias respecto a los otros países.

Los primeros intentos de industrialización tuvieron lugar durante el gobierno de Isabel II, el momento en el que los líderes españoles se dieron cuenta de que comenzaban a distanciarse demasiado del poder económico de sus vecinos, tras llevar años manteniendo un sistema caduco en que los privilegios de las clases altas cada vez demostraban ser peores para la economía.

Para este avance, fueron clave dos elementos que, hasta ese momento, no habían tenido lugar:

  • La entrada de capital extranjero que permitía invertir al no existir aportaciones nacionales en ese sentido y que provenía de grandes empresas británicas y nórdicas que consideraban un buen negocio las zonas con puerto,
  • La llegada de soluciones técnicas y tecnológicas que llegaban de naciones que al igual que España no tenían grandes genios como Reino Unido o Francia, pero que habían aprendido a copiar las nuevas tecnologías de forma más baratas y sostenibles.

Cataluña y País Vasco en la Revolución Industrial

Aún con esto, el avance de la Revolución Industrial Española fue muy lenta y sin casi evolución, aunque como en todo podemos encontrar excepciones. Por una parte, Cataluña seguía siendo el principal punto de beneficios económicos de España, produciendo una industria textil tan adorada por los países extranjeros que los catalanes comenzaron a usar la máquina de vapor y las vías de ferrocarril para el comercio a gran escala antes que nadie.

El País Vasco formó junto a Cataluña un binomio económico industrial que se mantendría durante décadas, aunque el caso de los vascos esta industria era de siderurgia, aprovechando los recursos de la zona. Y por último, aunque con menos influencia que las dos zonas catalanas y vascas, debemos nombrar a Asturias, que formó una poderosa industria armamentística.

Tenemos que tener en cuenta que estas tres zonas son las principales, pero hubo otras con menos influencia en zonas como la cántabra o la gallega.

Imagen: UNED

La Segunda Revolución Industrial en España

A principios del siglo XX, la mayoría de países europeos ya habían terminado la Revolución Industrial, pero se encontraban en una evolución hacia sistemas industriales de mayor calidad en lo que se llamaría la Segunda Revolución Industrial.

Pero en el caso de España todo era distinto, ya que se mantenía como una nación agraria, rural y con escasa industria. Tan solo las zonas de Cataluña, País Vasco y Asturias eran las que contaba con una industrialización semejante a la europea, y siendo el 70% de la población del sector agrario, del cual la mayoría se dedicaban al simple trabajo por subsistencia sin posibilidad de excedente para ganar dinero.

Por todo esto, la Segunda Revolución Industrial para España no era una proceso de mejorar la calidad de la industria, sino realmente de hacer una verdadera industria nacional como habían hecho la mayoría de naciones hacía décadas.

La idea del gobierno español en este punto era la de lograr un cambio total en la región, transformando la sociedad rural española en una industrial. Para esto, se buscaba apostar por los dos apartados que más dinero había dado a Cataluña y País Vasco, el algodón de la industria textil catalana y la siderúrgica vasca.

El intento de cambiar por parte del gobierno español fue un fracaso absoluto, ya que los líderes españoles no habían entendido en qué consistía la Revolución Industrial, considerando que el cambio debía de ser económico y laboral, mientras la realidad es que la Revolución Industrial debía afectar a todos los aspectos de una nación para funcionar, incluso la política y social que tanto temían las clases privilegiadas de España.

Inglaterra había fijado el capitalismo como punto central de todo lo que era su nación, mientras que España mantenía los aspectos absolutistas al mismo tiempo que unía la agricultura moderna y tradicional, formando una mezcla que no funcionaba.

Uno de los factores que fueron importantes para España y que se iniciaron debido a la revolución fueron los primeros movimientos de los españoles del pueblo a la ciudad, surgiendo los primeros éxodos rurales en los que los trabajadores del campo se marchaban a las nuevas industrias de la ciudad buscando una nueva forma de vida. Este éxodo no tuvo nada que ver con el británico, y fueron muchos los españoles que en poco tiempo volvieron al pueblo, ya fuera al darse cuenta de que su vida no era mejor en la ciudad, o causada por el fracaso de las nuevas industrias que en muchos casos cerraban al poco tiempo por los nulos beneficios o por no ser sostenibles.

¿Por qué fracasó la Revolución Industrial en España?

En general, podemos decir que ambas revoluciones industriales resultaron siendo un fracaso para España, e incluso podríamos dudar de que haya existido algunas de estas revoluciones en suelo español.

Algunas de las principales razones que conllevaron el fracaso las siguientes:

  • Se tardó demasiado en modernizar la agricultura, ya que España tardó mucho en quitar las tierras al clero y a la nobleza.
  • La independencia de las colonias americanas detuvo el comercio de España durante años, perdiendo una de sus principales fuentes económicas.
  • Salvo algún caso excepcional, no hubo una gran revolución del transporte, por lo tanto las mercancías tardaban más en llegar a sus destinos al no tener ninguna red de transportes decente.
  • Los intentos de copiar las industrias de Cataluña y País Vasco fueron un fracaso, debido a que se buscaba copiar en lugar de crear nuevas industrias fuertes.
  • Nadie quería apoyar la industria, faltando capital al no apostar por la industrialización ni los ricos ni los bancos.

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Bibliografía
  • Vilar, J. B. (1990). La primera revolución industrial española: 1827-1869 (Vol. 3). Ediciones AKAL.
  • Chaves Palacios, J. (2004). Desarrollo tecnológico en la primera revolución industrial.
  • Fuertes, J. V. (1994). Jovellanos y la proyección agraria de la Revolución industrial en España. In Modernización y cambio estructural en la agricultura española (pp. 31-68). Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.