Salvador Dalí y el surrealismo: resumen

Exagerado, narcisista, único, Salvador Dalí es uno de los pintores más influyentes, populares y excelentes del siglo XX. Un artista polifacético y prolífico y, como no, el surrealista más famoso. Aunque su producción pictórica es la más recordada, a lo largo de su trayectoria se dedicó también a la escultura, la moda, la publicidad, el grabado y la escritura y el cine, siendo muy conocidas sus colaboraciones con Luis Buñuel y García Lorca en “Un perro andaluz”; con Alfred Hitchcock y con Disney.

Salvador Dalí nació en Figueras en 1904, siendo hijo de una adinerada familia, comenzando a pintar dese muy joven, impresionando a su entorno, quiénes le aconsejaron estudiar en la Escuela de Bellas Artes en Madrid. Expulsado varias veces de esta institución por su conducta excéntrica y sus comentarios contra la autoridad, Dalí se marchó a París.

Allí conoció a Picasso, a su esposa y musa, Gala Éluard, así como al resto de sus contemporáneos como Man Ray, Max Ernst, Louis Aragon, André Masson y, especialmente, a André Breton, autor el Manifiesto Surrealista (1924). Un movimiento del que formó parte, aunque él se desligó con el tiempo.

Siempre polémico, Dalí trabajó en EEUU, en Hollywood, para retornar a España, donde falleció en el año 1980.

El Surrealismo fue un movimiento artístico y literario de las vanguardias el siglo XX, siendo fundado por André Breton en 1924, siendo su principal objeto la expresión del subconsciente a través de la pintura, la literatura, la fotografía, el cine y la escultura. Los principios del surrealismo iban en contra de la razón, el racionalismo y el positivismo.

Breton definió el surrealismo como “automatismo psíquico en estado puro” a través del que expresar el funcionamiento real del pensamiento sin el control de la razón y libre de cualquier preocupación moral o estética. Breton consideraba que la originalidad de Dalí radicaba en el hecho de que participaba tanto como actor como espectador.

Características del arte de Salvador Dalí surrealista

Para terminar de conocer la relación entre Salvador Dalí y el surrealismo, vamos a enumerar las características más destacadas de las obras de este artista:

• Dalí está considerado como uno de los pioneros del movimiento surrealista, aplicando su ideario a todo aquello que creaba. Un artista que siempre fue audaz y polémico en sus creaciones.
• Dalí se basó en la teoría freudiana para crear un lenguaje visual poderoso y capaz de plasmar sus sueños, pesadillas y alucinaciones. Unas imágenes que se convirtieron en icónicas.
• Los principales temas que trató fueron la muerte, el erotismo y la decadencia, reflejando en sus obras las teorías el psicoanálisis. Así, tomando como base su propia vida y los recuerdos de su infancia, toda su obra está plagada de simbolismos, dese símbolos religiosos a animales o fetiches. Los paisajes creados por el Dalí surrealista es real y onírico a la vez, llenos de melancolía.
• Dalí se suscribió a la teoría del automatismo surrealista de André Breton, para finalmente crear su propio sistema, el sistema crítico paranoico. Un estado que permite al artista mantener cierto control sobre las visiones del artista, contradiciendo la idea del automatismo puro de André Breton. Una actitud que supuso la exclusión de Dalí del movimiento surrealista, además de por unas declaraciones políticas que se interpretaron como fascistas y que recibieron la condena de muchos de sus contemporáneos.
• El método paranoico-crítico de Salvador Dalí es una técnica desarrollada por el psicoanalista francés Lacan. Un método que requiere una superación de la percepción diaria y hacer comprensibles esas obsesiones y fantasías cotidianas para los espectadores. Dalí analizaba, criticaba y reelaboraba sus propios pensamientos, sueños y visiones antes de plasmarlo.
• Su obra también fue adoptada y admirada por el arte pop, inspirando su trabajo a muchos trabajos comerciales en publicidad, cine, fotografía y moda, popularizando su figura y su obra. Muchas de sus obras son icónicas y son referente para muchos artistas y creativos. Una iconografía que ya forma parte del patrimonio cultural mundial.
• Dalí siempre optó por posturas transgresoras, rebeldes y libres, llegando a hacer de sí mismo una marca rentable. Ello hizo que fuese muy criticado por la mercantilización de su obra y su figura. “Ávida Dollars” fue el anagrama que creó André Breton para criticar a Dalí. Un primer paso para el “juicio surrealista” al que fue sometido Dalí y tras el que fue expulsado para siempre del círculo de intelectuales y artistas del movimiento. Un hecho que motivó esa frase de “Yo soy el surrealismo” que dijo Dalí.

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