Sorolla, pintor impresionista

Sorolla, pintor impresionista

Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) es uno de los grandes nombres de la pintura española. Un artista valenciano que forma parte de los artistas impresionistas españoles, plasmando mejor que nadie la intensidad de la luz del Mediterráneo. Sus representaciones de escenas de playa son ya icónicas y todo un referente, formando parte del imaginario colectivo la espléndida luminosidad de sus blancos.

En esta lección unPROFESOR.com nos detenemos en la figura de Sorolla pintor impresionista para que puedas conocer cuáles son las principales características de su estilo y su obra.

¿Qué tipo de pintura es la de Sorolla?

Joaquín Sorolla dominó tanto las representaciones de escenas de agua y playa como el retrato y la pintura de todo tipo de paisajes, plasmando la intensidad de la luz y el brillo azul de las costas. Su obra se desarrolló entre 1860 y 1920, una época de cambios tanto en lo económico como en lo social, en lo ideológico, en lo político o en lo artístico.

Así, en ese ambiente surge el Impresionismo como nuevo movimiento pictórico a cuyo frente se sitúan figuras como Monet, Manet, Degas o Renoir, entre otros. Unos autores que crearon un estilo de lo más rompedor y novedoso y cuyo objetivo era la captación de la luz y la pintura al aire libre.

Uno de los representantes de ese nuevo movimiento pictórico fue Sorolla, pintor que aportó una pincelada fluida y un colorido realmente vanguardista. Además, Sorolla se centró en la representación de escenas históricas, mitológicas y sociales, reflejando escenas del costumbrismo español.

1890-1900. Los años aprendizaje de Sorolla

Sorolla regresa a España en 1889 tras formarse en Roma durante cuatro años con una beca de arte. En esos años estudia temas clásicos, fundamentalmente históricos y religiosos. En ese tiempo recibe la influencia de pintores como el danés P.S. Krøyer y el sueco Anders Zorn. Unos pintores que empleaban colores vivos y una luz intensa, dos influencias que serán básicas en el estilo de Sorolla.

En Roma, Sorolla también desarrolló cierto gusto por pintar al aire libre, aunque la mayor parte de su trabajo se centró en retratos de sociedad y cuadros con temática de realismo social. En algunas de estas obras, Sorolla se inclinó por recrear ambientes claustrofóbicos y atmósferas que recuerdan a Velázquez, maestro con gran influencia en el pintor.

De esta época data una de las obras maestras de Sorolla, “¡Otra Margarita!” (1892), cuadro en el que se representa a una mujer detenida y esposada por el asesinato de su hijo. Otro cuadro igual de duro es Trata de esclavas (1895), en el que Sorolla representa a una anciana con cuatro de sus prostitutas.

1900-1910. Período de madurez

En estos años Sorolla consigue fama internacional, siendo el momento en el que realiza sus obras más importantes, las escenas de playa. Unas escenas que pintaba cada verano que acudía a Valencia. Su trabajo como fotógrafo en su juventud influyó mucho en su estilo dándole un toque fotográfico a su temática y su pincelada.

Además de inspirarse en temas al aire libre, Sorolla emplea también un punto de vista elevado, desapareciendo el horizonte o abriendo un espacio entre lo pintado y el espectador. Unas técnicas heredadas de la fotografía y que consiguen introducir al espectador como participante y observador.

Otra de las características son los colores vibrantes y los colores pastel como azules, rosas y blancos, con una gran cantidad de luz. Las obras capturan un momento concreto ofreciendo una sensación de paz, calma y despreocupación.

Este estilo de Sorolla sigue el ejemplo de los impresionistas franceses, retratando a los personajes de una manera natural y expresando un gran interés por el retrato de la forma más auténtica. Al igual que Monet, Sorolla trabaja al “plain air” para reproducir el efecto de la luz del sol sobre los objetos.

Así, Sorolla se esfuerza por plasmar el cambio de la luz a lo largo de las horas del día y de las estaciones del año. Las figuras aparecen en sus cuadros siempre bañados por los rayos del sol. En estos años, Sorolla presenta su primera exposición en París en 1906 en París, además de en Berlín, Dusselford, Colonia, Londres y Estados Unidos.

Sus obras más populares son Un paseo a orillas del mar (1909), El baño del caballo (1909) y La del baño (1909).

1910-1920. Fase final de Sorolla

En esta década final, Sorolla continúa pintando este tipo de escenas con un estilo de corte impresionista, si bien esta última década de su trayectoria pictórica Sorolla recibió un gran encargo de la Hispanic Society of America. Un encargo que consistía en la realización de Visiones de España y en la que tenía que pintar escenas típicas de las regiones españolas y con trajes regionales tradicionales.

En este encargo Sorolla pintó 14 enormes lienzos que se exponen en el Museo de Nueva York. A finales de 1911, Sorolla se puso manos a la obra para llevar a cabo esta grandiosa obra. En ella se representaron escenas populares ambientadas en la mayoría de las regiones españolas.

El encargo se terminó en 1919 y pasó de un trabajo de un único mural de 60 metros de longitud a esos 14 lienzos de gran tamaño.

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Bibliografía
  • TORRES GONZÁLEZ, Begoña (2009). Sorolla: La magia de la luz. Madrid, Editorial LIBSA.
  • SOROLLA, J; DÍEZ GARCÍA, J; BARÓN, J (2009). Museo del Prado, ed. Joaquín Sorolla,1863-1923. Madrid
  • TOMÁS FERRÉ, Facundo (2006). Joaquín Sorolla: (1863-1923). Aficiones, 7. Madrid: TF Editores