Tristan Tzara - Biografía resumida

Tristan Tzara nació en la ciudad de Moinesti un 14 de abril de 1896. Este, aunque empezó cursando estudios de filosofía en su país natal, pronto emigró a Zúrich (Suiza) huyendo de la temida Primera Guerra Mundial.

Allí, y ayudado por otros artistas e intelectuales entre los que se encontraba el pintor y escultor Jean Arp, y el escritor alemán Hugo Ball, fundó una de las corrientes vanguardistas más innovadoras, y a la vez más transgresoras de la historia del arte, el dadaísmo.

En el transcurso de aquellos años en los que el dadaísmo poco a poco empezaba a emerger, publicó una revista “literaria” Cabaret Voltaire, en la que bien expuso el concepto de la poesía como tal, hundiendo sus raíces en el anarquismo para arremeter contra los valores estéticos, morales, pero sobre todo culturales de la sociedad establecida.

De entre esas primeras obras poéticas, tenemos que destacar La primera aventura celestial del señor Antipirina (1916). Lo más sorprendente de todo esto, es que de entre sus colaboradores figuraban grandes artistas como Pablo Picasso, Vasili Kandinsky, y escritores como Guillaume Apollinaire, demostrándoles de alguna manera estar con él en el aspecto creativo.

En el año 1918 será cuando Tristan Tzara publica y saca a la luz el Manifiesto Dadá, exponiendo con cada detalle los postulados estéticos en los que se basaba el nuevo movimiento, con una actitud transgresora y rebelde frente a las manifestaciones artísticas anteriores a esta.

Se propusieron con el dadaísmo oponerse a todo lo que hasta el momento se había considerado arte, ellos tenían una visión anti-artística, de ahí que este catalogada como la tendencia del anti – arte, se reían de los que ellos mismos hacían, pensaba que el arte no valía para nada, que había muerto… todo, porque estaban influenciados por la época bélica que les había tocado vivir.

Defendían el arte popular, es decir, no era necesario coger un lienzo, sentarse frente a la orilla de un río e inspirarse para empezar a pintar, no, para ellos el arte era cualquier objeto cotidiano, vulgar, a veces, sacados de la basura, en los que simplemente al ser manipulados por ellos, como artistas que eran, lo consideraban arte, esta fue otra de las formas con la que quisieron vengarse de la sociedad.

El objetivo final no era otro que el de provocar, cuestionar, escandalizar al espectador, pues… ¿cómo un urinario masculino invertido podría ser considerado arte?

Aquí te descubrimos la relación de Tristan Tzara y el dadaísmo.

Tristan Tzara está considerado como uno de los principales líderes del movimiento Dadá, un movimiento de vanguardia surgido en Zurich en 1916, durante la Primera Guerra Mundial. Un movimiento que nacía como oposición al orden establecido y el academicismo.

Tzara era un poeta vanguardista procedente de Rumania, además de ensayista y artista de performance. Una formación que le llevó a trabajar como periodista, dramaturgo, crítico literario y de arte, además de compositor y director de cine. Un intelectual muy activo y con una postura antisistema ante el panorama político y social que le tocó vivir.

Durante su estancia en Zurich, se reunía con otros artistas e intelectuales en esta ciudad en busca de la protección que brindaba ser Suiza un país neutral. Todos coincidían en mantener un postura escéptica, nihilista y subversiva, constituyendo el dadaísmo una especie de grito de desesperación y aversión. Un movimiento que declaraba la muerte del arte y que nació en el “Cabaret Voltaire” de la calle Spiegelgasse.

Tzara recitaba poesía en el “Cabaret Voltaire”, junto a él se encontraba también Jean Arp, dedicándose ambos también a hacer collages, mientras el resto de artistas e intelectuales proclamaban la irracionalidad y dejaban que la espontaneidad se impusiese sobre los valores morales y estéticos de la sociedad burguesa.

En ese ambiente nace el dadaísmo. Tzara será una de las voces más fuertes del movimiento y es el autor de las primeras declaraciones del mismo. Así, escribe el “Manifiesto Dadá”, obra que recoge los 7 mandamientos Dadá. Además, se considera que Tzara creó una conexión desde el cubismo y el futurismo con la generación Beat, el situacionismo y diferentes corrientes de la música rock y el punk.

Entre las principales obras del dadaísmo de Tzara nos encontramos con el libro que recoge los mandamientos del movimiento Dadá. “El manifiesto Dada”, libro publicado en 1918, sentó las bases del movimiento. Una obra que establece que Dadá no es nada y que rechaza toda razón y toda lógica en beneficio de la irracionalidad y el caos más absoluto.

En el manifiesto también criticaba la sociedad y la cultura burguesa, rebelándose contra el academicismo y proponiendo una nueva manera de crear arte mediante la liberación del subconsciente y la espontaneidad.

Otra de las obras más destacadas de Tzara es “La primera aventura celeste del señor Antipirina”, 1922. Un poema que utiliza el lenguaje de manera experimental y como vehículo para desafiar al lector. Al estilo dadá, Tzara juega con las palabras para crear imágenes sugerentes y provocadoras, cargadas de surrealismo.

Pero Tzara no sólo escribió libros, también recitaba poesía y realizaba performances. Así, llevó a cabo varios eventos dadaístas en los que la expresión artística y el lenguaje se convertían en medios subversivos y revolucionarios con los que transgredir y polemizar contra el orden establecido y los límites impuestos por el tradicionalismo.

Las experimentación en la creación literaria y la ruptura con las convenciones establecidas fueron dos de las claves de la obra de Tzara y su contribución tanto al dadaísmo como a movimientos artísticos posteriores.

Aquí te descubrimos las principales obras del dadaísmo y sus autores.

Con el tiempo Tzara se instaló en París y entró en contacto con otros artistas y literatos como fueron André Breton y Louis Aragón, los cuales le invitaron a participar en otra de las recién inauguradas tendencias artísticas, el surrealismo, pero nunca se adhirió.

Durante todos estos años, siempre escribió poseía, pero tras la experiencia de la guerra, aquella poseía de carácter nihilista en la que se expresaba frente a las desigualdades de la sociedad, esta tomó una apariencia algo más íntima y reflexiva, aunque eso sí, conservando esa espontaneidad que siempre tuvo en el uso de las palabras.

De entre sus obras poéticas, tenemos que destacar, Donde beben los lobos, El hombre aproximado y el Surrealismo y la posguerra.

Falleció en París, un 25 de diciembre de 1963 y hoy día se encuentra enterrado en el Cementerio de Montparnasse.

Si nos detenemos en la obra poética de Tzara, nos encontramos con poemas de aparente sinsentido, pero que constituyen una auténtica obra de arte por sus formas libres y por ser una manera de plasmar la libertad de pensamiento, lo espontáneo y lo absurdo.

El dadaísmo fue un movimiento creativo y destructivo a la vez, absurdo, provocativo y lleno de rebeldía. Una especie de grito contra la sociedad burguesa, la Primera Guerra mundial, las convenciones establecidas, la lógica y la razón.

Este movimiento abarcó diferentes disciplinas como la pintura, el teatro, la performance y la poesía, siendo Tristan Tzara uno de los principales poetas del dadaísmo y de principios del siglo XX.

Las primeras poesías dadá de Tzara datan de 1916. En esas poesías utiliza multitud de imágenes oscuras, sílabas y palabras sin sentido, yuxtaposiciones llamativas, elipsis y máximas inexplicables para provocar la perplejidad en el lector e ilustrar cuáles son las limitaciones del lenguaje.

En los “7 mandamientos Dadá”, Tzara propone el método para hacer una poesía dadá y nos invita a recortar palabras de periódico de manera aleatoria, introducirlas en una bolsa e ir sacando de una en una para construir un poema con esas palabras colocándolas en el orden en el que han ido saliendo.

Entre las principales obras de Tristan Tzara se destacan:

• "Veinticinco poemas" (1918)
• "Lampisterías" (1917-1922)
• "Cine calendario del corazón abstracto" (1920)
• "De nuestros pájaros" (1923)
• "Siete manifiestos dadá" (1924)
• "El hombre aproximado" (1931)
• "Donde beben los lobos" (1933)
• "El surrealismo y la posguerra" (1947

Tzara escribió tanto manifiesto como ensayos críticos, combinando tanto la crítica como la poesía para crear formas literarias híbridas.

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