Cuál es la estructura de un texto histórico

Un texto puede cumplir diferentes funciones: explicar, argumentar, describir o exponer. En el caso de los textos históricos nos referimos a un tipo de escritura que tiene similitudes con el texto expositivo. Por lo tanto, se caracterizan por entregar datos y descripciones significativas sobre alguna circunstancia o evento.

El texto histórico tiene como meta contar los hechos de manera cronológica. Con ello, nos permite conocer aspectos del pasado humano. Este tipo de producciones escritas son una canal de posibilidad para acercarnos a otras épocas. Podríamos rescatar un par de características generales de estos textos.

• Utilizan métodos de investigación, documentos oficiales, estadísticas, fuentes primarias y testimonios para reconstruir momentos de la historia.
• Pueden ser el resultado del relato de una persona que experimentó dicho periodo o un hito significativo.
• Hacen uso de la prosa y cuentan los hechos de manera lineal. Emplean un lenguaje claro y directo.

Si bien se denota el carácter verosímil y objetivo de este tipo de textos, vale la pena remarcar que al ser producidos en un contexto político, social y económico determinado suelen estar marcados por ciertas ideologías. Lo interesante de estos textos es que al ser contextuales e ideológicos nos permiten comprender el tipo de personas que los redactaban; los intereses del historiador, historiadora o la persona que desde su experiencia personal cuenta la historia.

Por ejemplo, un texto histórico escrito en la Francia de finales del siglo XVIII por alguien perteneciente a la burguesía liberal de seguro va a denotar las ideas de la libertad, las transformaciones sociales de la época y valores de corrientes de pensamiento que tenían tendencia como el naturalismo y el romanticismo. Lo interesante es que a los historiadores de hoy en día les siguen sirviendo estas pistas para reconstruir el pasado y, de seguro, la forma en la que nosotros contamos nuestra historia ahora dará pistas a las personas que estudien en el futuro el inicio del siglo XXI.

Antes de adentrarnos en cuál es la estructura de un texto histórico veremos rápidamente cuál es su origen. Dentro de la cultura occidental se suele atribuir el surgimiento de la historia como disciplina a Heródoto, el primer geógrafo y cronista europeo que vivió en Grecia entre el 484 y el 425 antes de Cristo.

Heródoto efectuó diversos viajes que le permitieron recopilar información y atestiguar batallas y sucesos, como las Guerras médicas, que posteriormente escribió. Se dice que es el padre de la historia como área del conocimiento, y por tanto precursor de los textos históricos, porque fue el primero en darle una estructura y organización desde su relato. Su obra conocida como Nueve libros de historia es uno de los principales referentes para conocer el mundo antiguo.

Al conocer el origen y el significado, veamos ahora cuál es la estructura de un texto histórico. La mayoría de escritos comparten una organización básica que se compone de tres partes esenciales: la introducción, el desarrollo y la conclusión. Estas tres etapas permiten construir un texto para su fácil comprensión.

En el caso de los textos históricos, la estructura es una parte fundamental, ya que al tener que relatar momentos específicos en un orden lineal, se debe ser consciente de cómo se debe disponer y presentar la información.

Introducción

Esta es la primera sección del texto histórico, aquí se presenta el tema y el objetivo que tiene el autor en las siguientes páginas. Para ello, se comenta qué tipo de contenido se encuentra en el escrito: el tópico, el enfoque, el periodo histórico, los sucesos y personajes principales.

Este es el espacio que tenemos para destacar y darle una idea general la lector. Adicionalmente, se presenta el tipo de material que se utilizó para realizar la investigación.

Desarrollo

En esta segunda sección se presenta la reconstrucción del hecho histórico. Se narran los sucesos, personajes y factores relevantes. Los historiadores acostumbran a incluir citas, estadísticas y referencias directas a las fuentes que han consultado.

Como indica Ivo Mattozzi en su texto Enseñar a escribir sobre historia, en el desarrollo demostramos la comprensión sobre el hecho histórico relatado: “requiere que se conozca su inicio, su final, el proceso de cambio o, si no el estado de las cosas duraderas, el contexto”.

Conclusión

Este es el último apartado de la estructura del texto histórico. Se caracteriza por cumplir dos funciones: recapitular lo tratado a lo largo del escrito y, en algunas ocasiones, dejar una reflexión al lector. Aquí se debe dar el cierre al tema y justificar por qué desde la introducción hasta el desarrollo se ha cumplido el objetivo de nuestro texto.

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