Elocuencia: definición y ejemplos

Elocuencia: definición y ejemplos

El desarrollo de un lenguaje complejo es uno de los mayores avances en la historia de la humanidad. Algo que nos diferencia del resto de especies. Este nos permite comunicar nuestros pensamientos, ideas, recuerdos y sentimientos con el resto de personas. Con el paso de los años, este lenguaje ha ido evolucionando y perfeccionándose, incorporando ciertas habilidades y destrezas que moldean la forma en la que se transmite un mensaje con el fin de conseguir algún objetivo concreto.

Entre estas características contamos con la elocuencia, un procedimiento que se basa en la fluidez y convicción del propio mensaje. Sabiendo la importancia que esta recibe en nuestro día a día, en unProfesor vamos a conocer qué es la elocuencia, su definición y ejemplos.

¿Qué es la elocuencia? Significado sencillo

Como adelantábamos, la elocuencia es un recurso que utilizamos para moldear el lenguaje a nuestro gusto para conseguir ciertos objetivos concretos que suelen ser el de la fluidez del lenguaje y el de convencer a los demás interlocutores. Cuando queremos llamar la atención de los demás o conseguir que se mantengan a la escucha de lo que estamos contando hacemos uso de esa elocuencia. Es así como la elocución, como facultad del lenguaje, nos permite escribir o hablar de forma eficaz o efectiva con el fin de deleitar, seducir, conmover o convencer.

De igual forma que sucede con la retórica, la cual está bastante ligada a la que tratamos en el presente artículo, la elocuencia encontró su origen en los ámbitos políticos de la antigua Grecia. Tras el establecimiento de la democracia, los discursos debían ser cuidados al máximo con tal de convencer y captar la atención, y fue así como comenzaron a trabajar en lo que conocemos actualmente como “elocuencia”. Por supuesto, no es algo con lo que se nace de forma innata, sino que se trabaja con el paso de los años y una vez que el lenguaje está desarrollado.

Entonces entramos en el terreno de la estilística donde la elocuencia se encarga de moldear el mensaje con el fin de convencer y conmover. La fluidez y la entonación del habla es muy relevante para tales efectos. Asimismo, el vocabulario y léxico que se utiliza también juegan un papel importante.

Imagen: Slideplayer

Cómo hablar con elocuencia: características básicas

Existen una serie de fundamentos básicos que deben seguirse con el fin de desarrollar un mensaje efectivo y elocuente. Por supuesto, siempre se tiene en mente los objetivos básicos de la elocuencia que, como decíamos más arriba, son los de persuadir y conmover. Por ello, se pueden seguir los siguientes pasos con el propósito de conseguir esa elocuencia en el mensaje deseada:

  • Lenguaje sencillo: Para llegar a alcanzar esa elocuencia el mensaje debe ser sencillo y poco ornamentado, rebuscado o pomposo. Debemos elegir las palabras con precisión y tratar de evitar la ambigüedad. Y es que, cuanto más sencillo sea el mensaje, más fácil es que resulte accesible para todos los receptores. Busca algo sencillo y natural. Exprésate con claridad.
  • Modera la velocidad: Si tienes tiempo límite, elimina contenido. Si no lo tienes, conseguirás mejor efecto con un lenguaje fluido y no demasiado lento ni rápido. Es normal coger carrerilla cuando se está en una situación que nos provoca nervios, así que “echa el freno, Madaleno”.
  • Dirígete al público: Está bien hacer ver al público que el mensaje va especialmente dirigido a ellos. Es por ello por lo que, de vez en cuando, podemos hacer alusión a los receptores del discurso. Con ello captaremos mejor su atención e interés.
  • Practica: Un discurso elocuente es un discurso ensayado y premeditado. Aunque no siempre es así, nunca está de más ensayar y practicar el mensaje con tal de preparar nuestra dicción y pronunciación, así como la entonación y prosodia que jugarán con nuestras palabras.
  • Nada de ser monótono: Trata de buscar distintos tonos para expresar diferentes emociones. Si expresamos algo de forma plana acabaremos aburriendo a los receptores.
  • Prohibidas las muletillas: Las muletillas son esas onomatopeyas que solemos utilizar para rellenar huecos vacíos (o llenos de silencio) que soltamos mientras pensamos cómo vamos a seguir con nuestro discurso (como por ejemplo “eeee…”, “aaaa…”, “estooo…”, etc.). Además de eso, las muletillas también son palabras o expresiones que solemos repetir demasiado como “en plan”, “y eso”, “¿no?” y un largo etcétera que nos ayudan a empastar el mensaje pero que resultan demasiado coloquiales para una comunicación elocuente.

Ejemplos de elocuencia

Como decíamos, la elocuencia es un procedimiento que se usa para moldear al lenguaje, y es complicado mostrar un ejemplo gráfico o escrito sobre ello. Lo más fácil es buscar discursos políticos o sociales relevantes en la historia de la humanidad que calaron a muchas personas. Es ahí donde encontraremos un sinfín de ejemplos del uso del lenguaje elocuente.

  • Ante todo, debemos destacar el lenguaje político en las campañas y discursos que juegan con el uso del lenguaje de forma efectiva para convencer o conmover.
  • Asimismo, los monologuistas, por ejemplo, también usan en cierto modo la elocuencia para mantener la atención del público, usando diferentes entonaciones y siguiendo los principios que hemos expuesto anteriormente.

Muchos más ejemplos podemos exponer sobre el uso de la elocuencia hoy en día, y en muchos casos nos referimos a oficios que se basan en esta premisa. Por ello, podemos afirmar que la elocuencia es una característica del lenguaje muy útil y que nos ayuda en nuestro día a utilizar nuestro lenguaje de una forma efectiva.

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Bibliografía
  • ConceptoDefinición (s.f.). Elocuencia.
  • Yerro, E. (16 de junio del 2015). Oratoria, el arte de hablar con elocuencia.