Estructura interna de un texto

Estructura interna de un texto

En esta lección de unProfesor veremos cuál es la estructura interna de un texto y sus tipos principales. En todo texto encontramos una forma y un contenido. De esta manera lo que se ha denominado estructura interna obedece a la manera en la que transmitimos nuestras ideas dentro de la forma u organización del texto, o sea, su estructura externa. Con esta idea, es pertinente revisar en qué consiste la estructura interna y cómo afecta la manera en la que transmitimos un mensaje de manera escrita.

¿Qué es la estructura interna de un texto?

Ya sea un poema, un ensayo o una obra teatral, en todo texto encontramos una estructura externa y una estructura interna. Como mencionamos en la introducción, mientras que la estructura externa se encarga de lo relativo a la forma, la estructura interna modela el contenido. Esto quiere decir que lo externo organiza y compone el texto a través de títulos, subtítulos, secciones y párrafos. De manera complementaria, la parte interna de la un sentido y unidad a dicha organización.

Pero, puntualmente, ¿qué quiere decir que la estructura interna modele el contenido? Pues que es la manera en la que se distribuyen los sucesos, el tema, el tiempo, el espacio, hechos o datos dentro de la escritura misma. En otras palabras, es la encargada de darle coherencia y cohesión a la estructura externa, ya que es la que le da un sentido a los párrafos y su división.

Como señala Danielle McNamara, se logra la cohesión al utilizar de manera útil “elementos lingüísticos explícitos (es decir, palabras, rasgos, claves, señales, constituyentes) y sus combinaciones”. Para ello, existen diferentes modelos de estructuras internas.

¿Qué características tiene la estructura interna de un texto?

La estructura interna de un texto se encarga de distribuir las ideas de acuerdo con el mensaje que quiere transmitir el autor. Así, existen principalmente cuatro modelos o tipos de estructuras internas que se emplean en los distintos tipos de texto, ya sean narrativos, históricos, argumentativos, entre otros.

Deductiva

Esta estructura se caracteriza por plantear desde el inicio el tema que irá trabajando el texto. En la introducción encontramos un resumen de los pasos a seguir y cómo se desglosará la tesis o idea principal. En los párrafos siguientes, donde se desarrolla el texto, se plantearán ideas secundarias. Esta estructura interna se llama deductiva porque en su narración se ve claramente la deducción, es decir, que a partir de un principio o tópico general desarrolla el resto de la obra.

Inductiva

A diferencia de la deducción, en los textos que tienen una estructura interna inductiva podemos resaltar que a partir de hechos o datos particulares extrae una idea principal. En este sentido, en el principio del texto encontraremos información puntual que respalde la tesis que se desarrollará a lo largo del cuerpo del texto. Se suelen emplear estadísticas o eventos concretos para iniciar el texto y posteriormente, se retoman en el desarrollo para sustentar la idea central y las ideas secundarias.

Cronológica

También conocida como una estructura secuencial o temporal, es aquella que narra de una manera determinada para situar temporalmente al lector. Como bien indica la etimología del término, chronos significa “tiempo” y logos significa “estudio” o “ciencia”. Aunque aquí no hace referencia a un estudio del tiempo propiamente, sí sería cómo se presenta la información de manera cronológica. Este tipo de textos se suelen emplear conectores lógicos como “primeramente”, “para empezar”, “al final”, “finalmente”, “en primer lugar”, “en segundo lugar”, “en tercer lugar”, etc.

Enumerativa

Esta es, probablemente, la estructura interna que se puede reconocer con mayor facilidad. Destaca por crear una especie de listado o enumeración. Así, en el texto se divide el tema de manera ordenada con viñetas o subtítulos que van nombrando progresivamente cada punto del cual se va a hablar o argumentar. Por ejemplo, esta sección de este artículo tiene una estructura interna enumerativa, ya que hemos indicado que existe una tipología y la hemos desglosado en subtítulos que listan cada uno de los modelos de estructuras internas que se pueden incorporar a los textos.

Diferencias entre la estructura interna y externa de un texto

Para finalizar, vale retomar y dejar en claro la distinción que hay entre cada una de las estructuras de un texto. Para ello, debemos pensar el texto por niveles. Cuando nos encontramos con un escrito, lo primero que vemos son su título, las secciones y, posiblemente, la bibliografía (dependiendo el tipo de texto). Por ejemplo, si vemos un poema reconoceremos el título, las estrofas y los versos que componen dichas estrofas. Justamente esto es la estructura externa, es esa primera organización que nos permite identificar a qué tipo de texto nos estamos encontrando.

Como ya hemos visto a lo largo de este artículo, la estructura interna estaría en un segundo nivel, no es algo que podamos identificar a simple vista. Debemos leer el texto para reconocer la manera en la que el autor o la autora organizó la información dentro del cuerpo para poder identificar dicha organización interior. Con ello podríamos resumir las diferencias de la siguiente manera:

  • Estructura externa: se reconoce a primera vista, es la encargada de la forma de un texto, suele tener una estructura tripartita: inicio, nudo y conclusión. Los elementos que utiliza son los títulos, subtítulos y párrafos. Da orden y organización.
  • Estructura interna: se encarga de organizar el contenido que está dentro de la estructura externa del texto. Puede ser de diferentes tipos. Da coherencia y cohesión.

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Bibliografía

McNamara, D. (2004). Aprender del Texto: Efectos de la Estructura Textual y las Estrategias del Lector. Revista Signos.