
La lírica tiene sus propias características y para poder realizar el análisis de un poema es necesario recurrir a la métrica. Esta, por su parte, presenta una serie de normas que deben seguirse a la hora de realizarla correctamente, pero lo cierto es que incluye una serie de licencias que hacen que los poemas puedan adaptarse a las características de cada uno de los tipos de versos. En esta lección de unPROFESOR queremos explicarte qué es la ley del acento final con ejemplos para que puedas realizar un análisis adecuado de cualquier poema.
Qué es la medida en un poema
La medida hace referencias al número o cantidad de sílabas que forman cada verso que compone las estrofas. Los versos se miden contando las sílabas que tienen y asignando a cada uno de ellos una letra que ayudará a señalizar los versos que riman entre sí.
Dependiendo de si estos versos contienen un número mayor o menor de sílabas se les asignará una letra mayúscula o minúscula. Así, los denominados versos de arte menor (los que tienen 8 o menos sílabas) se representarán con una letra minúscula y los de arte mayor (aquellos que tienen más de 8 sílabas) lo harán con una letra mayúscula. Por su parte aquellos versos que no riman se les denominará versos sueltos y su rima será representada con un guion.
Pero las sílabas de un poema cuentan con sus propias reglas a la hora de ser medidas, así, dependiendo de ciertos aspectos, el número de sílabas que obtengamos puede ser distinto al que la palabra tenga en sí misma. Esto se debe a la utilización de las siguientes licencias:
- Sinalefa: cuando las vocales pertenecientes a dos sílabas diferentes se unen en una sola.
- Sinéresis: pronunciación en una sola sílaba de dos vocales que aparecen en sílabas diferentes. Siempre dentro de la misma palabra.
- Diéresis: deshace el diptongo formando dos sílabas métricas.
- Antisinalefa o hiato: obviar una sinalefa aunque esta exista.
- La ley del acento final
Todas ellas son licencias que tienen que ver con la medida de los versos y, por tanto, tienes que conocerlas para poder medir un poema y analizarlo correctamente. Por nuestra parte, queremos centrarnos en el acento final, su definición y sus ejemplos para poder comprenderlo mejor.
Cómo se analiza un poema
El análisis de un poema tiene como objetivo su comprensión. Este solo podrá lograrse a través de sus elementos formales, así deberemos conocerlos correctamente para poder llevar a cabo el análisis del mismo. Los poemas son textos líricos que se encuentran escritos en versos, estos a su vez se encuentran agrupados en estrofas y cuentan con una rima.
Estos elementos son los que te ayudarán a definir e identificar el poema ante te encuentras de manera formal, es decir, teniendo en cuenta su estructura. Por otro lado, podríamos señalar que una estrofa son varios versos, que cuentan con una medida y que tienen una rima común.
Uno de los elementos más importantes a la hora de poder analizar un poema correctamente es la medida. Esta marcará una de las partes de la estructura del mismo y será esencial a la hora de poder comprenderlo. Por este motivo, será necesario señalar en primer lugar lo que es la medida para, posteriormente, poder centrarnos en la ley del acento final y sus ejemplos.

Qué es la ley del acento final
Los versos simples siempre cuentan con el acento en la penúltima sílaba, en el caso de los versos compuestos, este acento siempre aparecerá en la penúltima sílaba de cada hemistiquio (cada una de las partes de un verso de arte mayor, que se encuentran separadas por una pausa interna). Así, se denomina a estos acentos fijos como acentos estróficos. Además, debemos tener en cuenta la ley del acento final, mediante la cual el número de sílabas de un verso se ve modificado.
Dicho de otro modo, al contar sílabas en un verso debemos tener en cuenta la acentuación de la última palabra que compone dicho verso, ya que dependiendo de esto su número de sílabas se verá modificado.
Por este motivo, será necesario distinguir entre palabras llanas, agudas o esdrújulas cuando estas se encuentren al final del verso, ya que deberán sumar o restar sílabas siguiendo la ley del acento final. Por lo tanto, las pautas que se deberán seguir serán:
- Palabras llanas: cuando la palabra final de un verso sea llana no se deberá realizar ninguna modificación.
- Palabras agudas: cuando la palabra final de un verso sea aguda, se deberá sumar una sílaba al verso en cuestión.
- Palabras esdrújulas: si la palabra final del verso es esdrújula será necesario restar una sílaba cuando realices el recuento.

¿Cómo sacar la ley del acento final?
Como ya te hemos explicado, la ley del acento final es una regla que se usa en poesía para ajustar la métrica de un verso según el tipo de palabra con la que termina. Para aplicarla, deberás seguir los siguientes pasos:
- Cuenta las sílabas del verso normalmente, sin pensar todavía en la ley del acento final.
- Fíjate en la última palabra del verso y clasifícala teniendo en cuenta su acentuación: Si es aguda (la sílaba tónica está en la última sílaba): suma 1 sílaba al total. Si es grave o llana (la sílaba tónica está en la penúltima sílaba): se queda igual. Si es esdrújula (la sílaba tónica está en la antepenúltima sílaba): resta 1 sílaba.
Ejemplo
Vamos a ponerte un ejemplo con el verso: "La luna brilla en el mar"
- Separa en sílabas: La - lu - na / bri - lla / en - el - mar → 8 sílabas normales.
- La última palabra es "mar", que es aguda.
- Según la ley del acento final, se suma 1 sílaba.
- Resultado: 9 sílabas métricas.
Ahora con el verso: "Las hojas caen del árbol"
- Separa en sílabas: Las - ho - jas / ca - en / del - ár - bol → 8 sílabas normales.
- La última palabra es "árbol", que es grave.
- Como es una palabra grave, se deja igual.
- Resultado: 8 sílabas métricas.
Y finalmente, te dejamos con un ejemplo del verso: "Sus lágrimas caían"
- Separa en sílabas: Sus - lá - gri - mas / ca - í - an → 9 sílabas normales.
- La última palabra es "caían", que es esdrújula.
- Como es esdrújula, se resta 1 sílaba.
- Resultado: 8 sílabas métricas.

Ejemplos de la ley del acento final
Para poder comprender mejor cómo se aplica esta ley en la medida de los versos, vamos a proporcionarte una serie de ejemplos en los que el acento de las palabras finales hará que el número de sílabas de esta se vea modificado.
Número de sílabas cuando la palabra final es aguda
Como hemos señalado anteriormente, cuando la palabra final del verso sea aguda es necesario que se añada una sílaba más a la medida de dicho verso. Veamos un ejemplo para poder entenderlo mejor. Este verso pertenece a la rima XLVIII de Gustavo Adolfo Bécquer:
- Su amor de las entrañas me arranqué.
El verso finaliza con una palabra aguda, al realizar la división de sílabas vemos que nos salen 10. Debemos tener en cuenta que además este verso cuenta con dos sinalefas, por lo que con ellas y el acento final lograremos un total de 11 sílabas:
- Su-a/ mor/ de/ las/ en/ tra/ ñas/ me-a/ ran/ qué/ (10+1)=11
Número de sílabas cuando la palabra final es esdrújula
En el caso de que la palabra final del verso que estemos analizando sea esdrújula deberemos restar una sílaba a las que hayamos obtenido una vez contadas. Así, vamos a ver un ejemplo que ilustre esta medida y la ley del acento final en otro verso perteneciente a Granados en el cielo azul de Juan Ramón Jiménez:
- Qué verdes están tus árboles.
Como vemos la palabra final de este verso es esdrújula y por lo tanto deberemos restar una sílaba al recuento. En este caso no contamos con ninguna sinalefa, por lo que quedaría de la siguiente forma:
- qué/ ver/des/ es/tán/ tus/ ár/bo/les/ 9-1=8
Ya conoces algunas de las licencias métricas como la ley del acento final con ejemplos, pero puedes seguir aprendiendo más sobre rimas y tipos de estrofas accediendo a nuestra sección de Lengua española en la que encontrarás multitud de artículos.

¿Cuándo se aplica la ley del acento final en agudas?
La ley del acento final se aplica cuando un verso termina en una palabra aguda, es decir, cuando el acento está en la última sílaba (por ejemplo, cantar, sol, reloj). En estos casos, se suma una sílaba al conteo total del verso. Esto pasa porque, al recitar el poema, la pronunciación de la última sílaba se alarga de forma natural, dando la sensación de que el verso es un poco más largo.
Por ejemplo:
El sol brilla con fulgor: Si contamos, tiene 7 sílabas, pero como fulgor es aguda, sumamos 1 y queda en 8 sílabas métricas.
¿Cuáles son las leyes del acento?
Las leyes del acento en poesía son las reglas que afectan a la métrica y la musicalidad de los versos. La más conocida es la Ley del acento final, pero hay otras reglas que influyen en la distribución de los acentos dentro del verso.
1. Ley del acento final
Afecta el conteo de sílabas métricas según la última palabra del verso:
- Si termina en palabra aguda: Se suma 1 sílaba.
- Si termina en palabra llana: Se queda igual.
- Si termina en palabra esdrújula o sobresdrújula: Se resta 1 sílaba.
Por ejemplo:
- El viento sopla en el mar: 9 sílabas métricas.
- La brisa es suave y fría: 8 sílabas métricas.
2. Ley del acento estrófico
El acento estrófico es el acento principal del verso y siempre cae en la penúltima sílaba del verso. Sirve como referencia para definir otros acentos dentro del verso.
Por ejemplo:
A la orilla de un río muy callado: Acento estrófico en la sílaba 10: *ca-lla-*do.
3. Ley del acento rítmico
Se refiere a los acentos que coinciden con la misma estructura del acento estrófico. Si el acento estrófico está en una sílaba par, los acentos rítmicos deben estar en sílabas pares; si está en una impar, los acentos rítmicos también caen en sílabas impares.
Por ejemplo:
Las flores del jardín son perfumadas: (El acento estrófico está en perfumadas y hay otros acentos en las sílabas que mantienen el ritmo).
4. Ley del acento extrarítmico
Son los acentos que no coinciden con la estructura del acento estrófico ni con los rítmicos, pero que aparecen en el verso.
Por ejemplo:
La tarde es fría y el sol ya se esconde: El acento principal cae en esconde, pero hay otros acentos fuera del patrón.
El acento final en la métrica
La ley del acento final es muy importante en la poesía porque ayuda a que los versos tengan una medida equilibrada y suenen bien al recitarlos. Sin esta regla, algunos versos parecerían más cortos o más largos de lo que realmente son y esto rompería el ritmo del poema.
Gracias a esta ley, los poetas pueden jugar con la musicalidad de sus versos y crear efectos distintos según la palabra final. Si un poema tiene un ritmo constante, la lectura es más fluida y agradable.
Tipos de ritmos en poemas
El ritmo en la poesía hace que los versos suenen fluidos y tengan un sentido de la armonía. Se crea con la distribución de acentos, la métrica, las pausas y la repetición. Aquí están los principales tipos de ritmo:
- Ritmo acentual: Se basa en la posición de los acentos en el verso. Si los acentos caen en las sílabas impares, se llama trocaico; si están en las pares, se llama yámbico.
- Ritmo silábico: Ocurre cuando los versos tienen el mismo número de sílabas, como en los poemas con versos octosílabos o endecasílabos. Si los versos varían en su extensión, el ritmo se vuelve más libre.
- Ritmo por pausas: Se produce cuando hay cortes dentro del verso. La cesura divide el verso en dos partes, mientras que el encabalgamiento hace que la idea continúe en el siguiente verso sin una pausa marcada.
- Ritmo por repetición: Se consigue al repetir palabras, sonidos o estructuras dentro del poema. La anáfora repite palabras al inicio de los versos, mientras que el paralelismo mantiene estructuras similares en diferentes líneas.
Si deseas leer más artículos parecidos a Ley del acento final - con ejemplos, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Conceptos literarios.
- Gili i Gaya, S. (1924). Influencia del acento y de las consonantes en las curvas de entonación. Revista de filología española. T. 11, 1924.
- Castillo, G., & Ithaudies, M. S. (1967). Apuntes de métrica. Zig-Zag.