Partes de las Rimas de Bécquer

Partes de las Rimas de Bécquer
Imagen: Pinterest

En esta nueva lección de unPROFESOR nos adentramos en el mundo de la creación literaria del poeta romántico más famoso de España para descubrir cuáles son las partes de las Rimas de Bécquer.

Esta composición poética es una de las más curiosas de cuantas publicó Bécquer. Primero, porque fue la única que no pudo ver él en vida, ya que murió en 1870, siendo sus amigos los que se encargaron de que viera la luz en 1871 bajo el título inicial de El libro de los gorriones.

En segundo lugar, Bécquer tuvo que escribir dos veces sus Rimas. Su primer manuscrito se perdió en 1868 durante la Revolución de septiembre que daría paso al primer periodo democrático en España. Luego las reescribiría de memoria, pero ya no las pudo ver publicadas en vida.

La primera parte de las Rimas de Bécquer

Las partes de las Rimas de Bécquer son cuatro, ya que el poeta las diferenció en diversas series donde cada una de ellas está dedicada a una temática diferente. En total, son 76 composiciones.

A lo largo de las cuatro series creadas por Bécquer, realiza un paseo por la vida del hombre que arranca con la creación poética en estado puro, continúa con la evolución del proceso amoroso y acaba en el fracaso del amor y en la muerte y soledad.

La primera parte va de las Rimas I a XI, y aquí es donde el autor reflexiona sobre la inspiración y los misterios de la creación. No hay que olvidar que Bécquer consideraba la poesía como algo natural en el mundo, ya que cualquier cosa podía ser lírica, ya fuera una bonita sonrisa o un bello paisaje o una flor.

Esta parte es de las más conocidas de las cuatro series, ya que es muy natural y con un poco de sensibilidad se pueden descubrir muchos secretos de la intención del autor.

En general, en estas primeras 11 rimas el autor habla de amor siempre en comparación a la mujer y su belleza, combinando todo en un compendio poético de gran sensibilidad, lo que demuestra una enorme capacidad para expresar y crear en Bécquer.

La segunda parte

Bécquer basa gran parte de sus Rimas en su experiencia personal. Escritas en el ocaso de su vida, con una enfermedad grave que asomaba al fin de sus días, el resto de series son algo más complejas que la primera, aunque la segunda todavía guarda buena parte de su esperanza y alegría.

La segunda parte de la serie va de la Rima XII a la XXIX. Es extensa y describe sus dulces emociones cuando su amor es correspondido, algo que le hace muy feliz.

Esta parte se compone de poemas breves que se basan en sus recuerdos personales, transmitiendo con gran sentimiento sus emociones pasadas mientras busca la complicidad del lector.

La tercera y la cuarta parte de las Rimas

Sin embargo, a partir de la tercera serie comienza su amargura. Esta va desde la Rima XXX a la LI, y en la misma la temática se centra en las relaciones rotas, cuando ya no tienen arreglo ni solución.

Aquí, el poeta se considera a sí mismo como YO, y a su amada la llama TÚ. Es decir, se establece una especie de lucha en la que ambas personas de la relación van a perder, convirtiendo la situación en imposible.

Finalmente, tenemos la cuarta parte, que va de la Rima LII hasta la LXXVI, es decir, un total de 76. Esta es la más oscura, y quizás la más profunda y compleja, ya que son sus reflexiones sobre la inflexible muerte que se asoma, y ninguna protesta o postura servirá para evitar su destino en soledad. El autor explica sus miedos con profusión de detalles.

Características formales de las Rimas de Bécquer

Sea como fuere, pese a las cuatro partes diferenciadas de las Rimas de Bécquer, observamos ciertas características formales en su composición. Por ejemplo, la influencia romántica de Heine, poeta alemán, unida a la popular lírica andaluza. No hay que olvidar que el autor era sevillano.

Influido por el romanticismo, el contenido siempre es evocador e íntimo, buscando el sentimiento personal a través de un estilo formal tan sencillo como perfecto en la construcción de cada rima. Bécquer usa recursos recurrentes muy habituales en las 76 Rimas que completan la composición entera, como son los contrastes, la antítesis y la hipérbaton. Así logra paralelismos semánticos y sintácticos a los que añade anáforas.

En definitiva, una obra cumbre del autor que ha pasado a la historia como su más célebre composición junto a sus Leyendas.

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