Resumen de Cartas marruecas y comentario de texto

Resumen de Cartas marruecas y comentario de texto

El siglo XVIII es también llamado el Siglo de las Luces, o la Ilustración, en la literatura europea. Esto no hace referencia a una supuesta contaminación lumínica literal, sino a la luz de la razón, es decir, al conocimiento y al pensamiento crítico como centro de tanto la sociedad y la política, como de la literatura. Las artes tenían que “instruir deleitando”: transmitir un mensaje didáctico para que el público aprendiera o reflexionara sobre varias temáticas mientras se entretenía.

Esto hizo que la ficción en prosa no se cultivara mucho durante el período. La ficción o la lírica se escribía en verso, mientras que la prosa se utilizaba mayoritariamente para escribir ensayos que difundieran las ideas de la Ilustración. Sin embargo, textos como las Cartas marruecas del militar y escritor ilustrado José Cadalso, son un ejemplo de literatura en prosa que utiliza una situación ficticia para hacer una crítica ilustrada y didáctica.

En esta lección de unPROFESOR haremos un resumen de las Cartas marruecas, y redactaremos un comentario de texto de la Carta XXI para analizar tanto sus ideas como su función instructiva. ¡Empezamos!

Características de las Cartas marruecas de José Cadalso

Las Cartas marruecas son una obra epistolar – es decir, escrita mediante cartas – que consiste en 90 cartas entre tres personajes ficticios: Gazel, un joven marroquí que visita España por primera vez, observa y comenta sus costumbres y su cultura; Ben-Beley, amigo y maestro sabio de Gazel, que vive en Marruecos; y Nuño Núñez, un español cristiano de quien Gazel se hace amigo.

La obra fue publicada en 1789 póstumamente, y es un perfecto ejemplo de las características que dominaron la literatura ilustrada del siglo XVIII. Entre estas destacamos:

  • Escritura epistolar (por cartas): durante el siglo XVIII en toda Europa, la ficción en prosa tomaba a menudo la forma epistolar, puesto que el género de la novela no era muy bien considerado. Como escribe el mismo Cadalso en la introducción del libro, el método epistolar “hace su lectura más cómoda, su distribución más fácil, y su estilo más ameno”. Las cartas también permiten a Cadalso de presentar distintos puntos de vista sobre los mismos temas.
  • El escritor (Cadalso en este caso) se presenta como mero editor de la obra, y no como su autor. Esto era un recurso muy utilizado en la época para dar más verosimilitud a la obra y demostrar que las temáticas que aborda y críticas que presenta eran pertinentes a la vida real.
  • Reflejo de las ideas de la Ilustración. La literatura ilustrada tenía que servir para divulgar las ideas propias a los intelectuales ilustrados. Estas eran: dominio de la razón, pensamiento crítico, empirismo, avances e importancia de las ciencias, cuestionamiento de los dogmas (incluida la religión) y de las viejas costumbres, libertad crítica, tolerancia, difusión del conocimiento, demanda de progreso y reformas, etc.
  • Uso del recurso de un personaje extranjero o viajero comentando las costumbres de los europeos, o viceversa, para retratar así la sociedad europea de forma crítica. Este era un recurso recurrente en la literatura de la época, usado en obras como las Cartas persas de Montesquieu (máxima inspiración de Cadalso), Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift, El ingenuo de Voltaire, o Suplemento al viaje de Bougainville de Diderot, entre otros.
  • Función didáctica: Aunque las cartas no son una correspondencia real, la intención de Cadalso al escribirlas no era la de contar una historia entretenida. El recurso de las cartas ficticias es solamente una “excusa” para describir las absurdidades y los fallos de la cultura y la sociedad española desde un punto de vista externo, y hacer reflexionar sobre por qué y cómo debemos mejorarlos.
Imagen: Proeliteraria

Resumen de las Cartas marruecas

Empezamos este Resumen de las Cartas marruecas presentando al marroquí Gazel que escribe a su amigo, el anciano Ben-Beley, desde España, donde ha llegado junto al embajador de su país. Su intención es quedarse allí para “viajar con utilidad”, es decir, introducirse en la sociedad y la cultura españolas y observar desde dentro sus costumbres y curiosidades. Para ello también ha entablado una relación de amistad con el español cristiano Nuño Núñez, con quien pretende dialogar sobre sus observaciones (Carta I).

A partir de aquí, Gazel, Nuño y Ben-Beley compartirán sus opiniones sobre distintos temas, escribiéndose entre ellos (mayoritariamente Gazel a Ben-Beley). Las temáticas tratadas en las cartas son variadas y pertinentes al contexto de la España del siglo XVIII y a las preocupaciones ilustradas. La voluntad de Cadalso, como expresa en su Introducción, es la de reflejar el “carácter nacional” del país.

Temas de las Cartas Marruecas

Para ello, las Cartas Marruecas de Cadalso incluyen temáticas como la historia de España, sobre la cual Gazel se informa a través de su amigo Nuño (cartas II, V, XVI, LVII, LIX…), incluyendo una reflexión sobre la necesidad de objetividad e imparcialidad en el estudio de esta (carta V), en el caso de momentos históricos como la conquista de Méjico.

Otros temas incluyen la educación (carta VII, XLII…), las problemáticas de clase, y críticas a la nobleza (XII, XIII…). Cadalso critica la nobleza hereditaria a través de la confusión de Gazel, y de las mofas de Nuño:

“Nobleza hereditaria es la vanidad que yo fundo en que, ochocientos años antes de mi nacimiento, muriese uno que se llamó como yo me llamo, y fue hombre de provecho, aunque yo sea inútil para todo” (carta XIII).

El patriotismo conforma también uno de los temas principales tratados en las Cartas . La variedad de perspectivas de los personajes permite a Cadalso de describir tanto lo que llama un “patriotismo mal entendido” (carta XXI), como el buen patriotismo encarnado principalmente por la figura de Nuño (“noble entusiasmo del patriotismo” (LXII), según el punto de vista ilustrado, y lo que Cadalso como intelectual de la Ilustración consideraba virtud o vicio.

Otros temas incluyen la diversidad en las distintas regiones de España, pero también las diferencias entre españoles y europeos, la crítica tanto a la época anterior del barroco como a su época contemporánea del siglo XVIII, comentarios sobre los escritores españoles, las mujeres (LXXV, LXXVI…), la religión, y la decadencia.

El personaje de Nuño, patriótico pero muy crítico con la situación del país y la necesidad de un progreso que ve difícil, escribe un diccionario (carta VIII), lo que permite a Cadalso de incorporar también reflexiones sobre la lengua española (carta XXXVII, LI, LIV, LXIII…), su evolución y la influencia de otras lenguas sobre ella, así como comentarios sobre el trabajo de traducción de textos, de gran importancia para la difusión de ideas ilustradas de todo Europa (carta XLIX, L).

En la última carta, Gazel anuncia su partida de España, y su deseo de “iluminar [a Ben-Beley], si aún está ciego”, o de que “su corazón, si ya ha recibido esta luz, la comunique al mío, y unidas ambas, formen mayor claridad.” El Siglo de las Luces ilumina así con la luz del conocimiento y del pensamiento crítico todo quien esté dispuesto a escucharlo.

Final de Cartas Marruecas

Finalmente, Cadalso concluye sus Cartas Marruecas con una nota y una “Protesta literaria del editor de las Cartas Marruecas”. En la primera, Cadalso alude a una continuación de la correspondencia entre los tres personajes, dando así una sensación de más realismo a la obra.

En la segunda, Cadalso imagina las críticas que el lector puede hacer de su obra y pide la “consideración caritativa de mi piadoso, benévolo y amigo lector”. Estas palabras no se deben leer solo como inseguridades del autor, sino como una crítica velada de la censura literaria presente en el siglo, y de la sociedad misma que recibiría una tal correspondencia e las ideas expresadas en ella con indignación y ofensa.

Imagen: Proeliteraria

Comentario de texto: Carta XXI de Cartas Marruecas

El texto en cuestión corresponde a la “Carta XXI” de Cartas Marruecas, obra epistolar escrita por José Cadalso, uno de los principales representantes de la Ilustración española en literatura. En el contexto de la obra, esta carta es la primera que aparece escrita por el personaje de Nuño, español cristiano, cuyo punto de vista crítico sin dejar de ser patriótico complementa las observaciones de los extranjeros Gazel y Ben-Beley sobre la cultura y las costumbres de la España contemporánea de Cadalso.

La carta se construye como respuesta y partiendo de la anterior carta dirigida de Ben-Beley a Nuño. Junto a esta carta previa, Ben-Beley copia la correspondencia que ha tenido hasta ahora con el joven Gazel, y pide a Nuño de aportar su propia perspectiva sobre la visión de España relatada hasta ahora, que ha dejado al sabio marroquí confuso y cuestionando.

En la Carta XXI, Nuño desmiente la visión que ha obtenido Ben-Beley de España a través de Gazel, y describe el “carácter español” a través del individuo, con “los mismos vicios y virtudes que sus quintos abuelos”. Nuño indica que los defectos propios del español (y por lo tanto, de su nación), no se pueden “aniquilar” para sustituirlos completamente, pero sí pone ejemplos de elementos que no son propios del país aunque a algunos les parezca que sí (el traje “a la española antigua”, la filosofía aristotélica, o la disciplina militar española). Según él, la adhesión a estos ejemplos como parte de un carácter nacional es absurda, y la califica de “patriotismo mal entendido”.

Esta primera intervención directa de Nuño Núñez le sirve a Cadalso para aportar una visión más profunda e instruida sobre el carácter español que las primeras impresiones de un extranjero como Gazel. Aunque la voz de Nuño ya había aparecido a través de las explicaciones de Gazel en las cartas previas a esta, la “Carta XXI” establece por primera vez un diálogo directo de perspectivas, y es a través de la intervención de Nuño en esta carta que el texto verdaderamente ilustrado empieza a construirse a través de una visión múltiple, diversa, crítica y basada en la búsqueda de un “justo medio”.

Esta idea del “justo medio” es presente a lo largo de toda la carta. No solo la aportación en sí de Nuño coloca un punto contrario desde el cual equilibrar la visión de Gazel hacia un “justo medio”, sino que sus argumentos sobre el carácter nacional y el patriotismo defienden también la idea propiamente ilustrada de matizar los extremos para obtener una conclusión crítica y razonada:

En el principio de la carta, Nuño afirma que “la nación es hoy la misma que era tres siglos ha”, que un país se comporta como los individuos que lo conforman, con sus vicios y virtudes que construyen su identidad para bien o para mal. No se puede pretender que una nación “se quede con solas sus propias virtudes y se despoje de sus defectos propios para adquirir en su lugar las virtudes de las extrañas”, ya que tanto los unos como los otros son parte de “su constitución” y la definen tal y como es.

Sin embargo, Nuño prosigue su discurso con un “No obstante” que matiza la idea que acaba de trasmitir. Los ejemplos que da seguidamente demuestran que pueden existir también falsas características “españolas” que no tiene sentido defender ni salvaguardar. El patriotismo puede ser positivo (el propio Nuño es descrito como amante de su patria en la Carta III), pero siempre que no sea un “patriotismo mal entendido”.

Nuño termina su carta con la perfecta expresión del “justo medio” y la moderación:

“La economía muy extremada es avaricia; la prudencia sobrada, cobardía; y el valor precipitado, temeridad.”

La visión de Nuño sobre el patriotismo no solo contribuye a la idea del “justo medio” dentro de la carta misma, sino también en el conjunto de la obra, matizando la idea expresada por Gazel en la Carta XVI de que “Ya no hay patriotismo”, por ejemplo.

Otra temática implícita en la carta es la de España poseyendo un carácter propio que la hace distinta a otras naciones, y que no se tiene necesariamente que cambiar. Una de las críticas que se hacían principalmente a los ilustrados como Cadalso era la de querer “afrancesar” a España, y aunque es cierto que muchas de las ideas de la Ilustración proveían de países europeos como Francia, y que los ilustrados promovían una europeización del país en las materias que consideraban en decadencia y necesarias de reforma, Cadalso refuta en esta carta la idea de querer “aniquilar” el carácter español (“lo que es parte de su constitución”) sin renunciar a “trabajar a disminuir éstas y aumentar aquéllas” (buenas y malas propiedades).

La “Carta XXI” de Cartas Marruecas inicia así la multiplicidad de perspectivas que define la obra de Cadalso y que sirven para construir una crítica ilustrada de su España contemporánea. El concepto de la identidad vinculada a la nación y al patriotismo es explorado tanto por su carácter único e inmutable, como por la necesidad de cambiar aquello que resulta absurdo y necesario de reforma.

La idea de que la nación es como un hombre, con sus vicios y virtudes, plantea la posibilidad de que el hombre ilustrado, con su afán de divulgar conocimiento y pensamiento crítico a través de textos como este, pueda contribuir a la mejora y al progreso de una nación que se parezca más a él.

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Bibliografía
  • Scarlett, E. (1999) Mapping out the "Cartas Marruecas": Geographical, Cultural, and Gender Coordinates, en Revista de Estudios Hispánicos, Vol. 33, 1.
  • Kitts, S-A. (2011) Cadalso's Cartas Marruecas and Questions of Identity, Modernity, and Heroism, en Hispanic Research Journal, Vol. 12, 1.
  • Cañas Murillo, J. (2016) Una inconfesa novela de la Ilustración: Cartas marruecas, del Coronel Cadalso, en Cuadernos de Ilustración y Romanticismo, nº 22.