La música es un arte que ha acompañado a la humanidad por mucho tiempo, como nuestra creatividad e inventividad crece a través de las épocas, la música también ha evolucionado en muchos aspectos, incluyendo la forma en la que la captamos y la compartimos.
Recordemos que en un principio la única forma de escuchar música era directamente cuando alguien la interpretaba, puesto que no existían los artefactos necesarios para captar el sonido y reproducirlo. Con el tiempo, algunos personajes ingeniaron máquinas con capacidades inimaginables que nos brindaron nuevas posibilidades y, gracias a ellas, la música ha cambiado junto con la cercanía y accesibilidad que tenemos a ella.
En este artículo de unPROFESOR aprenderemos acerca de los instrumentos musicales digitales, con una pequeña introducción a los conceptos, funcionamientos y posibilidades de la actualidad para la producción musical.
La música digital: una nueva era
Las primeras invenciones para captar el sonido y reproducirlo eran analógicas, es decir que el principio de cualquier de estas máquinas era poder captar el fenómeno físico del sonido (ondas sonoras) y copiarlas a través de otro medio que perdure para poder escucharlo una y otra vez a nuestro antojo. Gracias a estos principios obtuvimos objetos como los discos de vinilo (a través del uso de la grabación mecánica) y los casetes (a través de tecnología electromagnética).
Con los avances de la informática, logramos traducir todas nuestras ideas a una interpretación digital. Cuando hablamos de información digital es necesario entender que las máquinas de lenguaje digital funcionan con códigos, un idioma a base de números. Impresionantemente, todo lo que vemos y utilizamos en el los ordenadores y máquinas digitales (música, imágenes, aplicaciones, etc.) se compone de números que son indicaciones de comportamiento para el ordenador. A este sistema le llamamos “Sistema Binario”.
Se le llama sistema binario porque se compone de dos números: 1 y 0. Cuando tenemos ocho conjuntos de dígitos binarios, es a eso a lo que le llamamos “Byte”. De ahí tenemos el resto de las medidas digitales: byte (B), megabyte (MB), gigabyte (GB), terabyte (TB), etc.
Los instrumentos musicales digitales: del análogo al digital
Es importante comprender entonces que cuando hablamos de información digital, el resultado no es precisamente una reproducción de lo que queremos captar, sino una interpretación informativa. Por ejemplo en música, sabemos que los intérpretes a veces van a un estudio para grabar sus voces y sus instrumentos. Por medio de micrófonos, que son otro artefacto que nos ayuda a captar el sonido, la música de su actuación es captada. Hasta este momento todo continúa siendo analógico.
Ahora, a partir de este punto, lo común hoy en día es que las grabaciones musicales pasen a un ordenador, donde se almacenará cada toma musical que luego pasará a ser editada, mezclada y masterizada para su distribución. En este proceso se requiere ya de una conversión de analógico a digital, gracias a máquinas y al mismo ordenador que tomará esta información para convertirla al sistema binario.
En resumen: los músicos interpretan música que es captada por un medio analógico, que luego pasa a un ordenador para convertirse en información digital que reproduciremos de nuevo para escuchar como música.
Los sintetizadores: la base de los instrumentos digitales
En la actualidad tenemos a disponibilidad una cantidad impresionante de recursos muy accesibles para cualquiera que esté interesado en la producción musical. En tiempos anteriores muchos de los artefactos analógicos eran muy grandes, muy caros o muy poco comunes, así que auto producir música resultaba una tarea difícil. Hoy en día, podemos explorar nuestra creatividad con nuestro propio ordenador, consiguiendo software, aplicaciones y recursos bastante asequibles.
Sintetizadores
Hay otro fenómeno importante en la historia de la invención en la música y esta es la electricidad. Como en muchas otras áreas, la humanidad logró tomar un recurso natural para darle forma a su antojo. La máquina capaz de convertir la electricidad en sonido es el “sintetizador” (puedes encontrar más información en el artículo “Instrumentos musicales electrónicos”).
El sintetizador nos brindó la opción de producir e inventar nuevos sonidos, que no provienen de ningún instrumento musical analógico e incluso podemos manipularlos para hacer que se parezcan mucho a un instrumento real. Así fue cómo aparecieron los instrumentos musicales electrónicos que conocemos hoy en día.
Instrumentos VST
Hoy en día los sintetizadores son una parte muy importante para el complemento de la música moderna, sin embargo, al ser sonidos producidos “artificialmente” no es extraño esperar que no nos provea de la sensación musical que buscamos. Una vez más, los avances tecnológicos nos permitieron idear una forma para acercarnos a la realidad del sonido por medio de la informática y comenzamos a utilizar la tecnología “VST” o “Virtual Studio Technology (del inglés que significa Tecnología Virtual de Estudio).
Gran parte de los instrumentos VST se basan en el principio de “samplers”, que es cuando tomamos una serie de muestras de un instrumento para poderla reproducir digitalmente en otro medio, como un teclado conectado al ordenador. El proceso de crear muestreo de un instrumento es exhaustivo porque requiere de la grabación de todas (o la mayoría) las notas de un instrumento incluyendo las variaciones de intensidad con las que son tocadas. A pesar de tal esfuerzo es gracias a ello que luego, a través de la programación, podemos obtener herramientas para componer música a través del ordenador. A una compilación de muestreo de uno o varios instrumentos específicos se le llama “librería” VST. También existen complementos para efectos de sonido que recrean espacios reales (en cuanto a reverberación) o para manipular el sonido (compresores, limitadores, ecualizadores entre otros.)
Gracias a las librerías VST y a los componentes, podemos crear obras para una orquesta sinfónica completa, acercarnos a hacer una obra para cello sin saber tocarlo, o incluir instrumentos exóticos fuera de nuestro alcance en nuestras obras musicales. También son sumamente útiles para explorar como puede sonar una obra antes de grabarla con instrumentos reales.
Muchos opinan que la música real y en vivo no tiene comparación, que a pesar de lo mucho que nos podamos acercar a la creación de música con la tecnología, el recurso y la calidez humana jamás podrán ser reemplazadas. Si bien esto puede ser cierto, es gracias a los instrumentos musicales digitales que muchas personas, tanto aficionados como profesionales, pueden tener acceso a una herramienta que les servirá para expandir sus horizontes en la creatividad musical.
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