La Tierra y sus movimientos: rotación y traslación

El planeta Tierra está en constante movimiento y podemos diferenciar dos tipos de movimientos que tienen consecuencias como, por ejemplo, que haya día y noche y que haya diferentes estaciones a lo largo del año.

Movimiento de rotación

Es el movimiento de nuestro planeta que produce el día y la noche. Este es el movimiento que se da porque la Tierra gira sobre su propio eje. De esta forma, la mitad del planeta que queda frente al Sol se ilumina y allí es de día, mientras que es de noche en la parte que queda al otro lado y no recibe la luz del Sol en ese momento.

El planeta tarda 24 horas en dar la vuelta entera y por eso decimos que un día entero, con sus horas de día y sus horas de noche, tiene 24 horas.

Movimiento de traslación

Es el movimiento de la Tierra que da lugar a las estaciones del año y se da cuando el planeta da la vuelta alrededor del Sol. Este proceso dura 365 días y 6 horas y es lo que llamamos un año.

Durante este año terrestre tienen lugar las distintas estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) porque cambia la posición del planeta con respecto al Sol, es decir, están determinadas por la inclinación del eje de la Tierra respecto a la elíptica.

El movimiento de la Tierra alrededor del Sol es el que conocemos como translación. Vamos a contarte un poco más a fondo este tipo de movimiento.

La Tierra realiza un movimiento de traslación alrededor del Sol, girando en una órbita elíptica completa. Este viaje solar dura 365 días y 6 horas. Esos 365 días marcan nuestro año en el calendario, y las 6 horas extras se suman cada año hasta alcanzar 24 horas (1 día) cada 4 años, añadidas al final de febrero. Este año con un día extra, llamado año bisiesto, tiene 366 días en el calendario.

Mientras la Tierra recorre esta órbita alrededor del Sol, alcanza una velocidad de unos 30 kilómetros por segundo, a una distancia promedio de unos 150 millones de kilómetros. La trayectoria no es perfectamente circular, sino elíptica, y cubre alrededor de 940 millones de kilómetros en total.

En esta otra lección te contamos por qué los planetas giran alrededor del Sol.

Sí, la Tierra gira sobre sí misma y es lo que conocemos como movimiento de rotación, previamente mencionado. Sin embargo, este movimiento tiene algunas características y curiosidades en las que vale la pena profundizar.

Mientras la Tierra completa su órbita alrededor del Sol, también gira sobre su propio eje. Este movimiento de rotación se realiza en sentido contrario a las agujas del reloj, tomando como referencia la estrella polar, y tarda 24 horas.

Sin embargo, este giro está experimentando una desaceleración gradual en comparación con el pasado, debido a la influencia de la Luna en las mareas. Por ejemplo, en la época de los dinosaurios los días duraban unas 22 horas.

Aquí te contamos por qué la Luna gira alrededor de la Tierra.

La Tierra es el quinto en tamaño de todos los planetas de nuestro sistema solar, y destaca porque es el único donde sabemos que hay vida. Tiene una forma redonda, aunque un poco achatada en los polos, y mide unos 12.756 kilómetros de diámetro en el Ecuador, que es como su cintura.

Su peso es gigantesco, 5,9736 x 1024 kilogramos, y su densidad es la más alta de todos los planetas, 5,515 gramos por centímetro cúbico. Eso significa que tiene mucha materia en poco espacio. Además, la gravedad aquí es de 9,780327 metros por segundo al cuadrado, lo que hace que todo se mantenga pegado al suelo.

A diferencia de los gigantes gaseosos como Júpiter, la Tierra es un planeta rocoso, con una capa sólida en la superficie y un centro de metal líquido debido al calor y a la enorme presión que ejerce su propia gravedad.

Su "cuerpo" se divide en tres partes principales:

• la atmósfera, que es la capa de gases que nos rodea
• la hidrosfera, que es toda el agua que tenemos en forma de océanos, ríos y lagos
• y la geosfera, que es la parte sólida, donde estamos nosotros.

La Tierra tiene una mezcla variada de elementos químicos que componen su masa. Los más comunes son el hierro, el oxígeno, el silicio, el magnesio, el azufre, el níquel, el calcio y el aluminio, mientras que el resto de los elementos forman un pequeño porcentaje.

En sus profundidades, se cree que predominan el hierro y el níquel, lo que contribuye a la formación de su campo magnético.

El planeta está estructurado en capas que se extienden desde la superficie hasta el núcleo. Estas capas son:

• La litósfera: Es la más superficial y tiene unos 60 kilómetros de grosor. Aquí es donde se encuentran las placas tectónicas y es la única parte que podemos explorar directamente.
• El manto terrestre: Es la capa más amplia y se extiende desde los 35 kilómetros hasta los 2890 kilómetros de profundidad. Está compuesto principalmente por silicatos, magnesio y hierro, en un estado semisólido y viscoso.
• La astenósfera: Es una capa menos viscosa situada en la parte superior del manto. Aquí los materiales están en estado sólido y semifundido, y es donde las placas tectónicas se desplazan.
• El núcleo: Es el centro del planeta y está compuesto principalmente por hierro y níquel. Tiene dos partes: un núcleo externo líquido y un núcleo interno sólido. Este último, además, gira un poco más rápido que el resto del planeta, generando así el campo magnético terrestre.

Esperamos haberte ayudado a comprender un poco mejor la Tierra y sus movimientos de rotación y translación. Si quieres seguir aprendiendo más acerca de este tema, no dudes en consultar nuestro apartado de geografía.

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