Enciclopedia de Diderot: ideas principales
Las ideas principales de la Enciclopedia de Diderot son la promoción de la razón y el pensamiento crítico como herramientas para el progreso humano, la difusión del conocimiento en todas las áreas del saber, la defensa de la libertad individual y la crítica a las instituciones tradicionales y al dogma religioso.
Durante más de 20 años, Denis Diderot, junto con Jean le Rond d’Alembert y más de 150 colaboradores, trabajaron en esta colosal obra compuesta por 28 volúmenes (17 de texto y 11 de ilustraciones), que con el tiempo llegó a ampliarse hasta los 35 volúmenes. En total, contenía más de 72.000 artículos y 2.500 grabados, cubriendo temas tan diversos como filosofía, física, botánica, carpintería, anatomía, cocina o relojería.
¿Quieres conocer las ideas principales de la Enciclopedia de Diderot? En esta lección de unPROFESOR te lo contamos todo.
¿Qué era la Enciclopedia y para qué servía?
La Enciclopedia de Diderot no era solo una colección de conocimientos. Diderot y sus compañeros querían reunir todo el saber de la humanidad, pero también ordenarlo de forma lógica, accesible y útil. En palabras del propio Diderot, el objetivo era:
"Reunir los conocimientos dispersos sobre la faz de la tierra, para transmitirlos a los hombres que vendrán después de nosotros.”
En otras palabras, la Enciclopedia aspiraba a ser una herramienta para educar, pensar y avanzar como sociedad. No solo quería informar, también quería formar ciudadanos más críticos, libres e independientes.
Aquí te descubrimos un resumen del pensamiento de Diderot.
Ideas principales de la Enciclopedia de Diderot
A continuación, te resumimos las ideas principales que impulsaron este gran proyecto.
1. Unir el conocimiento de forma organizada
Diderot y d’Alembert se basaron en la clasificación propuesta por el filósofo Francis Bacon, dividiendo el saber humano en tres grandes áreas: memoria (historia), razón (filosofía y ciencias) e imaginación (artes). Su intención era mostrar cómo todas las disciplinas están conectadas entre sí. Por eso, usaron referencias cruzadas en los artículos, algo muy avanzado para la época.
2. Hacer que el conocimiento fuera útil
La Enciclopedia daba mucha importancia a los oficios y a las técnicas. No se trataba solo de filosofía o matemáticas, sino también de cómo se hacía el pan, cómo funcionaban las herramientas de un herrero o cómo se fabricaban los instrumentos musicales. Fue la primera vez que se trató con tanto respeto el saber manual y práctico, valorando a los artesanos igual que a los académicos.
3. Defender la libertad de pensamiento
Muchos de los autores de la Enciclopedia eran críticos con el poder absoluto del rey y con la influencia de la Iglesia en la vida pública. Por eso, muchos artículos tenían un tono anticlerical, antimonárquico y muy racionalista. Esto causó grandes problemas: la obra fue censurada en Francia, prohibida por la Iglesia y muchos artículos tuvieron que publicarse de forma clandestina desde Suiza.
4. Fomentar el espíritu crítico
Los enciclopedistas no pretendían que sus lectores lo aceptaran todo sin pensar. Al contrario, querían enseñar a pensar por uno mismo, a dudar, a investigar. Como escribió Diderot:
“El hombre ha nacido para pensar por sí mismo.”
5. La Enciclopedia como una obra colectiva
Otro aspecto revolucionario fue que esta obra no fue escrita por un solo autor. Más de 150 personas colaboraron: científicos, artesanos, filósofos, artistas, médicos... Cada uno escribió desde su experiencia y estilo. En lugar de uniformar los textos, Diderot prefirió conservar esa variedad, mostrando la riqueza del pensamiento humano. Entre los colaboradores más conocidos estaban Voltaire, Rousseau, Montesquieu y Condorcet.
¿Cómo se hizo?
El proceso de elaboración fue titánico. Los redactores no solo se basaban en los libros. Muchos visitaron talleres, observaron procesos de fabricación, hablaron con expertos, dibujaron herramientas, aprendieron oficios... Algunos incluso llegaron a realizar trabajos manuales por sí mismos para poder describirlos correctamente.
Las ilustraciones eran también muy importantes. En una época sin internet ni fotografías, los grabados ayudaban a entender visualmente cómo funcionaban máquinas, herramientas, procesos o estructuras anatómicas. Una sola lámina podía explicar mejor que muchas páginas de texto.
Aquí tienes el contexto de la Ilustración y el Enciclopedismo en el que se encontró Diderot.
¿Quién la podía leer?
Aunque la Enciclopedia fue pensada como una obra universal, lo cierto es que su precio era muy alto. En un principio, solo las élites podían permitirse comprarla.
Sin embargo, gracias al enorme éxito y a la aparición de ediciones más pequeñas (y también piratas), la obra se fue difundiendo por toda Europa, incluso en países donde estaba oficialmente prohibida. En total, se calcula que más de 24.000 ejemplares circularon, una cifra altísima para la época.
La censura
Por supuesto, esta obra no le gustó a todo el mundo. La Iglesia y la monarquía vieron la Enciclopedia como una amenaza. En 1759, fue oficialmente prohibida en Francia y condenada por el Papa, que la incluyó en el Índice de Libros Prohibidos.
Aun así, el proyecto siguió adelante gracias al trabajo en la sombra, la impresión clandestina y el apoyo de personajes influyentes como la zarina Catalina II de Rusia, que llegó a comprar la biblioteca de Diderot para ayudarle económicamente.
¿Por qué fue tan importante?
La Enciclopedia fue una herramienta muy importante para difundir las ideas de la Ilustración. No se limitó a recoger conocimientos, también impulsó una nueva forma de ver el mundo: racional, crítica, científica, progresista. Fue un motor intelectual de lo que más tarde sería la Revolución Francesa, y cambió para siempre la forma en que se entendía el saber.
Además, planteó las bases de proyectos como Wikipedia, que, al igual que la Enciclopedia de Diderot, nace con la intención de compartir el conocimiento con todos y de forma colaborativa.
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