Tipos de parásitos intestinales


Los 2 tipos de parásitos intestinales son los protozoos y los helmintos. Pero ¿sabes qué son los parásitos intestinales? Son unos bichitos que viven dentro de nuestro intestino y se alimentan de lo que comemos o de nuestro cuerpo. No son nada agradables y, aunque no siempre causan problemas graves, a veces pueden hacernos sentir mal o ponernos enfermos si no los tratamos a tiempo.
En esta lección de unPROFESOR, vamos a conocer qué son y cuáles son los tipos de parásitos intestinales que pueden vivir en el interior de nuestro intestino.
¿Qué son los parásitos intestinales?
Un parásito es un ser vivo que necesita a otro (al que llamamos “huésped”) para vivir y alimentarse. En nuestro caso, los parásitos intestinales viven dentro de nuestro aparato digestivo, especialmente en el intestino, y se aprovechan de nosotros para sobrevivir.
Aunque no siempre nos damos cuenta, estas pequeñas criaturas pueden causar molestias como dolor de barriga, diarrea, o cansancio. En casos más serios, pueden dificultar que nuestro cuerpo absorba bien los nutrientes y eso puede hacernos sentir débiles o bajar de peso sin motivo.
Aquí te descubrimos qué son los animales parásitos con ejemplos.

¿Qué tipos de parásitos intestinales existen?
Los parásitos intestinales se dividen principalmente en dos grupos: los protozoos y los helmintos. Vamos a ver cada uno de los tipos de parásitos intestinales.
1. Protozoos: los parásitos microscópicos
Los protozoos son organismos muy pequeños, tan pequeños que solo se pueden ver con un microscopio. Son unicelulares, es decir, están formados por una sola célula. Algunos de los protozoos que más afectan a las personas son:
- Giardia lamblia: Es un parásito que provoca una infección llamada giardiasis. Normalmente lo podemos coger al beber agua o comer alimentos sucios, contaminados con este bichito. Los síntomas más comunes son diarrea, gases, dolor de barriga y perder peso sin querer.
- Entamoeba histolytica: Este es responsable de la amebiasis, que puede ir desde una diarrea leve hasta una enfermedad más seria con sangre en las heces y dolor fuerte. También se contagia por agua o comida contaminada.
- Cryptosporidium: Otro parásito que suele causar diarrea, especialmente en personas con defensas bajas. Se transmite principalmente a través del agua contaminada.
2. Helmintos: los gusanos que viven en el intestino
Los helmintos son otro de los tipos de parásitos intestinales. En realidad son gusanos, algunos tan pequeños que casi no los ves, y otros que pueden medir varios centímetros o incluso metros. Dentro de este grupo hay diferentes tipos:
Nematodos o gusanos redondos: Son los más comunes. Algunos ejemplos son Ascaris lumbricoides: Este es un gusano largo, puede llegar a medir hasta 30 centímetros. Se contagia al comer alimentos o tocar tierra que tenga huevos del parásito. Puede causar dolor de barriga o incluso tapar el intestino si hay muchos. Enterobius vermicularis o oxiuros: Son pequeños gusanos blancos que causan mucho picor en la zona del ano, sobre todo por la noche. Los niños son quienes más suelen infectarse con ellos. Trichuris trichiura: Este gusano vive en el intestino grueso y puede provocar dolor de barriga, diarrea o anemia si la infección es fuerte.
- Cestodos o tenias: Son gusanos planos y segmentados que pueden crecer mucho dentro del intestino Taenia saginata (tenia de la vaca) y Taenia solium (tenia del cerdo) son las más conocidas. Se contagian al comer carne mal cocida que tenga las larvas. A veces, además de molestias digestivas, pueden causar problemas serios si las larvas migran a otros órganos.
- Trematodos o duelas: Son gusanos planos más pequeños, que normalmente necesitan un animal intermediario como un caracol para completar su ciclo. Uno famoso es Fasciola hepatica, que afecta más al hígado pero también puede causar problemas digestivos.

¿Cómo se contagian estos parásitos?
La forma más común de contagio es a través del agua o la comida contaminada. Por ejemplo, si bebemos agua sin tratar o comemos verduras que no se han lavado bien, podemos ingerir huevos o quistes (una especie de “cápsulas” protectoras) de estos parásitos.
También podemos contagiarnos por contacto directo con personas infectadas o al tocar superficies sucias. En lugares donde no hay buen acceso a agua potable o donde las condiciones sanitarias no son buenas, el riesgo de infección es mayor.
Algunos parásitos tienen ciclos de vida complicados y necesitan pasar por otros animales antes de llegar a nosotros. Por ejemplo, las tenias necesitan que la vaca o el cerdo estén infectados para poder pasarnos la larva al comer su carne mal cocida.
Aquí te dejamos ejemplos de parasitismos.

¿Qué síntomas existen cuando hay parásitos intestinales?
No siempre los parásitos hacen sentir mal a las personas que los llevan, ya que a veces están y no causan síntomas. Pero cuando causan problemas, los más comunes son:
- Dolor o cólicos en la barriga.
- Diarrea o heces blandas.
- Náuseas o ganas de vomitar.
- Pérdida de peso sin razón aparente.
- Cansancio o debilidad.
- Picor en el ano, especialmente por la noche (muy típico de los oxiuros).
- Gases o barriga hinchada.
- Anemia, cuando la infección dura mucho tiempo y el parásito roba nutrientes importantes.
Te dejamos un vídeo de nuestra profesora con tipos de protozoos:

¿Cómo se diagnostican y tratan los parásitos?
Para saber si alguien tiene parásitos intestinales, el médico normalmente pide un análisis de heces, donde se busca la presencia de huevos, quistes o incluso los parásitos. En casos especiales, puede pedir otras pruebas más específicas.
El tratamiento es con medicamentos antiparasitarios que suelen ser muy efectivos. Es importante seguir las indicaciones del médico y terminar todo el tratamiento para que los parásitos desaparezcan y evitar que vuelvan a aparecer.
¿Cómo se previenen estas infecciones?
La prevención es la mejor forma de protegerse de los parásitos intestinales. Estos son algunos consejos que pueden ayudarte:
- Lavarse las manos con agua y jabón antes de comer y después de ir al baño.
- Beber solo agua potable o que haya sido tratada.
- Lavar bien frutas y verduras antes de comerlas.
- Cocinar bien la carne, especialmente la de cerdo y vacuno.
- Evitar tocar tierra o áreas sucias sin protección.
- Mantener las uñas cortas y limpias, porque los huevos de algunos parásitos se esconden ahí.
- Enseñar a los niños a lavarse las manos y a no llevarse los dedos a la boca.
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- Fumadó, V. (2015). Parásitos intestinales. Pediatr Integral, 19(1), 58-65.
- López-Rodríguez, M. J., & Pérez López, M. D. (2011). Parasitosis intestinales. An Pediatr Contin, 9(4), 249-58.