Copérnico: aportaciones más importantes

Nicolás Copérnico nació en 1473 en Thorn (Prusia- Polonia), en el seno de una familia acomodada. Desde muy joven demostró su talento y, tras la muerte de su padre, su tío (Lucas Watzenrode, Obispo de Varmia) se hizo cargo de su educación: primero estudió matemáticas en la Universidad de Cracovia (1491) y después completó su formación a lo largo de toda su vida (derecho, filosofía, medicina, griego y astronomía) en la Universidad de Bolonia (1496-1499), en Roma (1500), en Padua (1501-1507) y en Ferrara (1503).

Igualmente, bajo el auspicio de su tío, desarrolló su carrera como canónigo en la catedral de Frombork y en la diócesis de Warmia. Asimismo, ejerció la medicina y destacó en el campo de la astronomía con su obra Sobre los giros de los orbes celestes (1531/32).

Además, debemos tener presente, que la vida de Copérnico se desarrolló en pleno Renacimiento. Un periodo que destacó por ser un momento de cambio cultural, de ruptura con los preceptos de la Edad Media y que se caracterizó por el desarrollo de la ciencia, la filosofía y la razón, por la revalorización del individuo y por la recuperación de las fuentes clásicas. Precisamente, nuestro protagonista fue una de las personalidades que participó de forma más activa en dicho cambio a través de un sinfín de aportaciones.

Cuando hablamos del desarrollo de la teoría heliocéntrica, debemos señalar que el primero en defenderla no fue Copérnico, sino que esta hunde sus raíces en la Antigua Grecia. Así, el astrónomo Aristarco de Samos (S. IV- III a.C.) fue el primero en afirmar que los planetas giraban alrededor del Sol.

No obstante, después de siglos de olvido de la propuesta de Aristarco, fue en el S.XVI cuando Nicolás Copérnico, gracias a su conocimiento del griego, recuperó y desarrolló durante veinticinco años la teoría heliocéntrica, publicada en su obra Sobre los giros de los orbes celestes (1531/32). Rompiendo así con 2000 años de teoría geocéntrica defendida por la Iglesia y que supuso la base para la posterior imposición de su modelo astronómico con figuras como Galileo, Kleper y Newton.

“Por esa razón yo me he tomado el trabajo de leer los libros de todos los filósofos que he podido obtener, para buscar si alguno de entre ellos había pensado alguna vez que los movimientos de las esferas del mundo son distintos de los que admiten los que enseñan matemáticas en las escuelas. Y encontré primero en Cicerón que Niceto pensaba que la Tierra se movía. Más tarde he encontrado también en Plutarco que algunos otros tuvieron esa misma idea”

Principales aportaciones astronómicas de Copérnico

1. El centro del universo es el Sol.
2. Los cuerpos celestes giran alrededor del Sol a través de órbitas circulares y de forma regular-perpetua.
3. Los planetas poseen tres tipos movimientos: rotación diaria o diurna, la revolución anual e inclinación anual sobre su eje.
4. El universo y la Tierra son esféricos.
5. Las estrellas se mantienen fijas.
6. Se establece un nuevo orden de los planetas que giran alrededor del Sol en función de su cercanía: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno.
7. Las dimensiones del universo son mayores y la distancia entre el Sol y la Tierra también.
8. Cambio de la teoría de la gravedad: el centro de gravedad no es la Tierra, sino que toda materia tiene gravedad: todos los cuerpos celestes son centros de atracción y los cuerpos más pequeños son atraídos por los más grandes.

“Toda materia tiene gravedad, y las materias pesadas atraerán y serán atraídas por materias similarmente pesadas, del modo en que las materias más pequeñas serán atraídas por las más grandes”

Aunque las mayores aportaciones de Copérnico se encuadran dentro de la astronomía y en la teoría heliocéntrica, también encontramos otras aportaciones que han pasado más desapercibidas, pero igual de interesantes:

Reforma del calendario

Hasta el S.XVI el calendario oficial era el calendario juliano, el cual, poseía un error: un desajuste de 11 minutos menos por año que, a su vez, llevaba a un desfase de 10 días entre el día del calendario y el día real del equinoccio de primavera= la Pascua pasaba a celebrarse en verano.

Así, para solventar este error, el papa Gregorio XIII, pidió a un grupo de científicos que arreglaran dicho desajuste. Entre esos eruditos se encontraba Copérnico, quién se basó en sus conocimientos astronómicos para colaborar en dicha reforma. Finalmente, el error se solventó estableciendo los años bisiestos cada cuatro años en los años cuyo número es múltiplo de 100.

La teoría de los precios

A instancias del rey Segismundo I de Polonia, Copérnico inició un estudio para llevar a cabo una reforma monetaria. Así, nuestro protagonista estableció que no se puede tener en circulación dos tipos de moneda (una para el mercado internacional y otra para el local) y desarrolló su teoría de los precios; se debe evitar poner en circulación mucha moneda, el precio varía dependiendo del dinero que haya en circulación (abasto de dinero en la sociedad) y cuanto más dinero haya en circulación más se reduce el precio.

Traducción de autores clásicos

Gracias a su conocimiento del griego pudo acceder a los autores que en el mundo clásico defendían el heliocentrismo y, además, tradujo las cartas del filósofo Teofilacto de Simocatta (S. VII d.C.) en 1509 y la obra del astrónomo geocentrista Claudio Ptolomeo (S.I-II d.C.).

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