Historia de los galos de Francia - resumen

Empezamos este resumen de la historia de los galos de Francia hablando de su origen. Los galos fueron un grupo de pueblos celtas que poblaron la zona de Europa central sobre el 450 a.C., desde donde fueron emigrando a otras zonas del continente. Su principal zona de influencia fue entre los ríos Sena y Garona, siendo la región de la que solemos hacer referencia al hablar sobre los galos.

Se considera que el origen de los galos viene de la llamada civilización de La Tene, siendo esta una cultura celta que había recibido la influencia de griegos, fenicios y etruscos. Los historiadores piensan que esta mezcla de culturas es lo que trajo el nacimiento del pueblo galo.

Ya a finales del siglo II y comienzos del siglo III, los protogalos se expandieron hacia el norte de la Galia, y hacia el oeste de los Alpes. Siendo esto lo que causó el nacimiento de decenas de pueblos galos por toda Europa, naciendo lo que conocemos como la Galia. Estos pueblos galos eran muy diversos, pero debemos nombrar especialmente a los treveros, los aquitanos y los carnutos.

Durante siglos, los galos se enfrentaron entre sí, teniendo poca relación con pueblos de otras zonas. Las únicas intervenciones con pueblos externos fueron los viajes comerciales de los griegos, siendo los punto de unión entre los galos y otros poderosos pueblos como los romanos o los cartagineses. Esta situación fue así hasta la llegada de los romanos a la Galia, donde los intereses de la poderosa nación italiana y de los galos chocaron.

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Seguimos conociendo la historia de los galos de Francia hablando de las primeras relaciones entre los galos y los romanos, que nacieron en el siglo II a.C., cuando ambas regiones comenzaron a tener pactos comerciales. En estos pactos la República Romana daba protección a los galos del sur, siempre y cuando les dejaran tierras para poder crear un camino que conectará Roma con Hispania. Aún así las relaciones de los romanos con los galos del norte no fueron tan bien, y durante décadas los romanos y estos galos se enfrentaron en numerosas batallas.

Fue a partir del 58 a.C., cuando las relaciones entre romanos y galos comenzaron a complicarse. Roma había iniciado una serie de expansiones que habían hecho que gran parte de Hispania estuviera en sus manos, y su siguiente idea de expansión era conquistar la región de los galos. En este punto aparece la figura del conocido Julio César, que había sido nombrado gobernador de la zona de la Galia Transalpina y Cisalpina. Julio quería gloria y riquezas, y por ello comenzó la Guerra de las Galias contra los galos.

Durante 8 años, los romanos y los galos se enfrentaron en numerosas batallas, y los galos demostraron ser grandes guerreros, logrando incluso secuestrar a Julio Cesar. En algunos momentos los galos lograron victorias que incluso hicieron pensar que los romanos iban a perder la guerra, pero a la larga el mayor número y potencia de los romanos se mostró superior a la desorganización gala.

Finalmente en el 50 a.C., los galos fueron derrotados por los romanos, aunque no se convirtieron en provincia romana hasta el 27 a.C., y mantuvieron enfrentamientos contra los romanos hasta el año 70 d.C.

Para continuar con esta lección sobre la historia de los galos de Francia, debemos hablar de la existencia de los galos como parte de Roma, ya que los galos fueron asimilados cuando Roma pasó de República a Imperio. Debemos entender que todas las regiones que entraban a formar parte del Imperio Romana perdía su identidad para adoptar las costumbres romanas, por lo que en esta fase podemos ver el final de los pueblos galos.

Tras la conquista de la Galia por parte del Imperio Romano, parte de los galos fueron asimilando la cultura de los romanos, provocando que muchos pueblos galos perdieran su identidad y costumbre para sobrevivir. Esta mezcla de culturas es la conocida como cultura galo-romana, en la que algunos elementos de la cultura gala como sus dioses pasaron a las creencias romanas, aunque la principal era la cultura romana.

Por otra parte, algunos galos pudieron sobrevivir un mayor tiempo a la conquista romana, siendo especialmente común en la Galia Transalpinos. Estos galos unieron fuerzas con los pueblos germánicos, y se volvieron a enfrentar a los romanos en la guerra cimbria junto a estos pueblos del norte.

Con el paso de las décadas, el destino de los pueblos galos fue asimilarse a la cultura romana, o unirse a las creencias germánicas, siendo ambas muy distintas a las culturas celtas de las que provenían los galos. Así que fue que el pueblo galo fue desapareciendo, hasta desaparecer como tal, perdiendo su rastro para siempre.

Es cierto que tiempo después hubo intentos de recuperar la identidad gala, tanto en la independencia del Imperio Galo durante la Crisis del siglo III, como tras la caída del Imperio y la aparición de pueblos germánicos que decían ser descendientes de los galos. Pero la realidad es que, llegados a este punto, quedaban pocas tradiciones galas, y los pueblos galos ya eran prácticamente romanos o germanos.

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