Max Ernst: obras surrealistas
Max Ernst (1891-1976) fue un pintor, escultor, artista gráfico y poeta, siendo uno de los pioneros del movimiento Dadá y Surrealismo. Un artista provocador, impactante e innovador que busco siempre subvertir los convencionalismos sociales. La participación en la I Guerra Mundial le dejo profundamente traumatizado, volviéndose mucho más crítico con el mundo occidental. Una visión del mundo como algo irracional, volcando sus ideas con fuerza en obras dadaístas y surrealistas. Durante la II Guerra Mundial llegó a Estados Unidos como refugiado y allí continuó con su prolífica carrera como pintor y escultor.
En esta lección de unPROFESOR.com te ofrecemos un repaso por las obras surrealistas de Max Ernst más destacadas para que puedas apreciar las características principales de su estilo artístico.
Características de las obras de Max Ernst y su estilo
Max Ernst fue un pintor surrealista muy destacado de su época y, antes de conocer las obras más conocidas de su colección, vamos a descubrir las principales características de su estilo:
- Max Ernst rompió con las tradiciones y los convencionalismos del arte. Él poseía un amplio conocimiento de la historia del arte europeo e intentó crear un nuevo lenguaje y nuevos medios para crear obras de arte en las que expresar el mundo moderno.
- Ernst también se interesó en el arte hecho por enfermos mentales como forma de acceder a un arte hecho con emociones primarias y sin restricciones a la creatividad.
- También se interesó en las teorías de los sueños de Sigmund Freud para investigar la psique y explorar cuál era la fuente o fuentes de su creatividad e inspiración. Una forma de trabajo que también le llevó a aprovechar la imaginería onírica común.
- Ernst pintaba de forma libre desde su psique interior, tratando de alcanzar el estado preverbal del ser y desatar las emociones primarias. Una forma de mostrar todos sus traumas personales, todo lo que estaba escondido en su subconsciente. La pintura automática se fue una de las técnicas centrales en sus obras.
- Otra de las técnicas desarrolladas por Ernst fue el frottage o calcos de lápiz de objetos como forma de conseguir imágenes.
- También le fascinaban los pájaros, creando un álter ego en la pintura, Loplop, que era un pájaro, siendo una extensión de sí mismo.
Aquí todo sigue flotando (1920) de Max Ernst
Aquí todo sigue flotando es una de las obras surrealistas de Max Ernst. Esta obra es una composición realizada a partir de fotografías recortadas de peces, insectos, partes del cuerpo y bocanas de nubes y humo dispuestas con tal destreza que demuestra la pericia de Ernst en el trabajo el collage. Con este cuadro Ernst trató de expresar la locura de la I Guerra Mundial y ese nuevo mundo falto de lógica y totalmente aleatorio. También trata de cuestionar las sensibilidades burguesas.
Las imágenes procedían de imágenes de manuales científicos, revistas antropológicas y catálogos de merchandising, material con el que Ernst creó una obra delicada que consigue llamar la atención del espectador, llamado a mirar de cerca e impulsarle a preguntarse sobre la intencionalidad de las imágenes. El título, Here Everything is Still Floating, tampoco parece tener relación con lo que se representa, salvo porque los objetos están flotando en el aire. Ernst comentó que era una especie de denuncia de la acción violenta del hombre contra la naturaleza.
Celebes (1921)
Ernst se inspiró en la fotografía de un contenedor para almacenar maíz de Sudán para crear un ser mecánico parecido a un elefante. Así, la pintura también recibió el nombre de El elefante de Célebes. Una obra e la que Ernst muestra una imagen onírica en la que se yuxtaponen objetos dispares, pese a lo cual la pintura se mantiene como una composición acabada.
El trabajo de Ernst genera cierta incomodidad al no ser claras sus intenciones, además de generar cierta polémica entre los espectadores de principios del siglo XX por el desnudo de un cuerpo sin cabeza. En esta obra Ernst cuestiona cuál es el mundo de la noche y de los sueños y cuál el de vigilia.
Ubú Emperador (1923)
Esta es otra de las obras surrealistas de Max Ernst y es pequeña en comparación con las demás, aunque es una obra imponente por lo que a la temática se refiere. En el centro aparece una torre con brazos humanos extendidos y una cabeza con forma arquitectónica. La torre está en un equilibrio precario, como una peonza, mientras la parte superior permanece estable. Una forma de mostrar la estabilidad de la arquitectura y nos muestra el conflicto interno y la contradicción. La torre está en un desierto con una guadaña al fondo.
Ubú, el personaje teatral con el que el escritor anarquista Alfred Jarry ridiculizaba el poder y la corrupción de los gobiernos es esa figura que carece de estabilidad y autoridad, cayendo en el ridículo y el esperpento.
El ángel de la chimenea (1937)
En esta obra, Ernst representa una criatura fantástica con sus brazos y piernas extendidos y saltando alegremente, con colores extraños y apéndices deformados. Además, de su pierna parece salir otro ser, como si fuese un tumor. En esta obra él se inspira en los acontecimientos políticos mundiales, especialmente la derrota de los republicanos a manos del bando franquista en la Guerra Civil.
Ernst muestra todo el caos resultante y el miedo a que se extendiera por Europa el movimiento nazi que cogía fuerza en su Alemania natal. En este cuadro, Ernst trata de atraer al espectador al cuadro con un título amable para hacerles cuestionarse sus creencias al etiquetar a los monstruos como ángeles.
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