Esqueleto interno y externo: diferencias


Las diferencias entre el esqueleto interno y el esqueleto externo radican principalmente en su ubicación y función. El esqueleto interno, típico de los vertebrados, se encuentra dentro del cuerpo, compuesto por huesos o cartílagos, y proporciona soporte estructural, protección a los órganos internos y un punto de anclaje para los músculos, permitiendo el movimiento. Por otro lado, el esqueleto externo, presente en insectos, crustáceos y otros invertebrados, cubre y protege el cuerpo desde el exterior, actuando como una armadura rígida que también limita el crecimiento, lo que obliga a los organismos a mudar su exoesqueleto periódicamente para desarrollarse.
En esta lección de unPROFESOR, vamos a explicarte cuáles son las diferencias entre el esqueleto interno y externo, además de las ventajas y desventajas de cada una de ellos.
Qué es el esqueleto interno
Antes de empezar a conocer las diferencias entre el esqueleto interno y externo es importante entender bien ambos conceptos. Por un lado, el esqueleto interno es una estructura rígida o semirrígida que se encuentra dentro del cuerpo y permite el movimiento gracias a la acción del sistema muscular.
En muchos animales, incluidos los humanos, estas estructuras están formadas por huesos mineralizados u osificados, que dan soporte y protección al cuerpo. Además de los huesos, el sistema esquelético incluye componentes como los cartílagos, que complementan la estructura. Por ejemplo, en los seres humanos, las partes como la nariz y las orejas están sostenidas por cartílago en lugar de hueso.
Algunos animales, como los tiburones, tienen un esqueleto interno compuesto completamente de cartílago en lugar de huesos calcificados. Esta flexibilidad es una adaptación que les resulta muy útil en su entorno acuático. Para que todo funcione en armonía, los huesos están conectados entre sí mediante ligamentos, y el sistema muscular se une a ellos a través de los tendones, lo que permite el movimiento.
En el caso de los humanos, este tipo de esqueleto se conoce como endoesqueleto. Está formado por un conjunto de huesos interconectados que crean un armazón resistente, pero flexible, gracias a las articulaciones, que facilitan el movimiento y adaptan la estructura a diferentes actividades y posturas.

Qué es el esqueleto externo
Los esqueletos externos o exoesqueletos son característicos de algunos invertebrados, como los artrópodos, que forman una estructura rígida externa que protege los órganos internos y da soporte al cuerpo.
Sin embargo, los exoesqueletos tienen una limitación importante: restringen el crecimiento del animal. Para solucionar este problema, las especies con exoesqueleto han desarrollado estrategias evolutivas. Por ejemplo, muchos moluscos están protegidas por conchas calcáreas que crecen en diámetro junto al animal, para que este pueda mantener su forma original.
En el caso de los artrópodos, el crecimiento se consigue mediante un proceso llamado muda, en el cual el animal abandona su viejo exoesqueleto. Una vez liberado, el nuevo exoesqueleto se endurece mediante calcificación o esclerotización para recuperar su rigidez y funcionalidad.

Cuáles son las diferencias entre el esqueleto interno y externo
El esqueleto interno y el esqueleto externo son estructuras con funciones similares, como dar soporte, protección y facilitar el movimiento, pero también tienen muchas diferencias. A continuación, vamos a descubrir las principales diferencias entre el esqueleto interno y externo.
1. Ubicación
Estas son las diferencias entre el esqueleto interno y externo en cuanto a la ubicación:
- Esqueleto interno: Se encuentra dentro del cuerpo, como en los humanos, mamíferos, aves y otros vertebrados.
- Esqueleto externo: Está en la superficie del cuerpo y forma una cubierta rígida que protege los órganos internos, como ocurre con los insectos, crustáceos y moluscos.
2. Composición
Así se componen los esqueletos:
- Esqueleto interno: Está formado por tejidos óseos o cartilaginosos. En algunos casos, como en los tiburones, el esqueleto está compuesto completamente de cartílago.
- Esqueleto externo: Suele estar compuesto por materiales como quitina (en artrópodos) o carbonato de calcio (en moluscos).
3. Crecimiento
Estas son las diferencias en cuanto al crecimiento:
- Esqueleto interno: Crece junto con el organismo mediante procesos continuos de remodelación y alargamiento.
- Esqueleto externo: Restringe el crecimiento, lo que obliga a ciertos animales, como los artrópodos, a hacer mudas periódicas para reemplazar su exoesqueleto.
4. Función de soporte
En cuanto a la función de soporte:
- Esqueleto interno: Soporta un mayor peso, lo que facilita el desarrollo de cuerpos más grandes.
- Esqueleto externo: Es más ligero, por lo que suele encontrarse en animales más pequeños.
5. Protección
La protección también es una de las diferencias:
- Esqueleto interno: Protege los órganos internos a través de estructuras específicas, como el cráneo o la caja torácica.
- Esqueleto externo: Forma una capa dura que protege todo el cuerpo de depredadores y daños externos.

Adaptaciones evolutivas de los esqueletos
Ahora que ya conoces las diferencias entre el esqueleto interno y externo, vamos a ver su evolución. A lo largo de millones de años, los esqueletos, tanto internos como externos, han evolucionado para adaptarse a las necesidades de los organismos en distintos entornos. Estas adaptaciones han permitido la supervivencia de las especies y también han dado lugar a la enorme diversidad de formas y tamaños que vemos en la naturaleza hoy en día.
Esqueleto interno
En los animales con esqueleto interno, la evolución ha favorecido el desarrollo de estructuras más complejas y especializadas. Por ejemplo:
- Articulaciones móviles: Estas permiten movimientos precisos y variados, como los que realizan los humanos al caminar, correr o manipular objetos.
- Estructuras adaptadas al medio: Las aletas de los mamíferos marinos, como las ballenas y delfines, o las alas de las aves, muestran cómo el esqueleto interno se ha transformado para facilitar la vida en el agua o en el aire.
- Protección: En los vertebrados, el cráneo y la columna vertebral han evolucionado para proteger los órganos vitales como el cerebro y la médula espinal.
Esqueleto externo
En los organismos con exoesqueleto, como los insectos y crustáceos, también ha habido un proceso de adaptación:
- Ligereza y resistencia: Muchos insectos tienen exoesqueletos compuestos de quitina, un material ligero y duro, perfecto para facilitar el vuelo y proteger de los depredadores.
- Camuflaje y comunicación: En algunas especies, el exoesqueleto ha desarrollado colores, patrones y texturas que ayudan a pasar desapercibidos o a enviar señales a otros animales.
- Muda y crecimiento: Como los exoesqueletos no crecen junto al animal, algunos organismos, como los artrópodos, han desarrollado la capacidad de mudar su vieja "armadura" y reemplazarla por una nueva, más grande y adaptada a su tamaño.
Descubre aquí las diferentes funciones del esqueleto.

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