Los primates y los seres humanos: semejanzas

Los estudios más recientes sobre chimpancés aseguran que los primates son muy similares a los humanos en muchos aspectos. Estos primates no solo se ríen como nosotros, sino que también sonríen silenciosamente, disfrutan de la buena comida, juegan, son capaces de reflexionar sobre sus propios pensamientos, distinguen lo justo de lo injusto y valoran la amistad.

Estas son las principales 8 semejanzas entre primates y seres humanos .

El juego

Al igual que los niños, los chimpancés pasan gran parte de su tiempo jugando. Este tipo de actividad es fundamental durante su infancia y juventud y los etólogos la definen como cualquier comportamiento sin un beneficio inmediato claro.

Los investigadores de la Universidad de Pisa en Italia han descubierto que el juego social les ayuda a formar relaciones entre ellos y desarrollar habilidades cooperativas. Los patrones de juego y la elección de compañeros cambian con la edad: durante la infancia juegan a juegos más cooperativos y durante la adolescencia a juegos más competitivos. ¿Te suena?

La sonrisa

Los chimpancés tienen una gran variedad de expresiones faciales, entre ellas se encuentran las sonrisas silenciosas y las risas fuertes, similares a las humanas. Estas expresiones de alegría y risa probablemente estaban presentes en nuestros ancestros comunes.

La única sonrisa que parece exclusiva de los humanos es la "sonrisa de Duchenne", que se caracteriza por la contracción de los músculos alrededor de los ojos y está vinculada a emociones muy genuinas.

El gusto por la comida

Otra de las semejanzas entre primates y seres humanos es el gusto por la comida. Los chimpancés son auténticos gourmets. Un estudio de la Universidad de Harvard demostró que prefieren la comida cocinada a la cruda y entienden los procesos de cocción. Aunque no pueden controlar el fuego, si se les da una olla o una sartén caliente, aprenden rápidamente a cocinar los alimentos.

La capacidad de reflexión

La metacognición, o la capacidad de reflexionar sobre los propios pensamientos, también es una de las características que compartimos con los chimpancés. Algunos investigadores de varias universidades estadounidenses han demostrado que estos primates son conscientes de lo que saben y no saben, y toman decisiones inteligentes basadas en esa conciencia.

El sentido de la justicia y moralidad

Los chimpancés distinguen entre comportamientos correctos e incorrectos, especialmente cuando afectan a los más jóvenes. Un estudio de la Universidad de Zurich mostró que los chimpancés reaccionan con indignación y enfado ante la violencia hacia las crías de su especie y eso demuestra un sentido de moralidad similar al humano.

Además, en los juegos de economía experimental, los chimpancés prefieren ofertas justas y equitativas, demostrando que no están de acuerdo con las injusticias.

La memoria numérica

La memoria numérica es otra de las semejanzas entre primates y seres humanos. En algunas capacidades cognitivas, los chimpancés superan a los humanos. Por ejemplo, chimpancés jóvenes tienen una memoria numérica excepcional y son capaces de superar a los adultos humanos en pruebas de memoria visual.

El comportamiento agresivo

Tanto los humanos como los chimpancés son capaces de organizar ataques contra otros individuos de su misma especie. Este comportamiento no está influenciado por la interacción humana, sino que es una estrategia adaptativa.

Los ataques aumentan con la densidad poblacional y el número de machos, y generalmente están dirigidos contra miembros de los grupos rivales.

Cultivan la amistad

La amistad es valiosa también entre los chimpancés. Según Filippo Aureli, estos primates forman lazos fuertes con los individuos con quienes pasan tiempo: se ayudan en los conflictos, comparten la comida y se consuelan mutuamente.

La elección de sus amigos se basa en la similitud de personalidades, de la misma manera a la forma en que los humanos tendemos a relacionarnos con personas afines.

Una de las principales diferencias entre chimpancés y humanos es la alimentación y la capacidad de digestión. Los chimpancés tienen más dificultades para digerir su comida, lo que los lleva a ser más tranquilos para conservar energía.

El uso del fuego ha sido un punto crucial para los humanos, ya que cocinar los alimentos nos facilita la digestión. Gracias a esto, nuestro estómago es más pequeño.

La energía que los humanos ahorramos en la digestión se ha destinado al desarrollo del cerebro, y por eso nuestra inteligencia se ha visto más impulsada a lo largo de la evolución.

Además, existen otras diferencias, como nuestras formas de reproducción y la organización familiar, que también nos distinguen de los chimpancés.

Los chimpancés (Pan troglodytes) son primates homínidos, al igual que los orangutanes, los gorilas, los bonobos y los humanos. Estas cinco especies son conocidas como los "grandes simios". Los chimpancés y los bonobos pertenecen al género Pan y son nuestros parientes evolutivos más cercanos.

Compartimos un ancestro común con ellos que vivió hace entre 4.5 y 6 millones de años. Además, los humanos y los chimpancés compartimos el 98.7% de nuestro ADN.

La investigación ha sido realizada por 30 laboratorios de siete países diferentes donde también han participado varios expertos españoles. Uno de los datos más reveladores y determinantes en este hallazgo ha sido el genoma conocido como el hombre de los bosques, hasta ahora desconocido.

Por lo que se refiere a este genoma, el estudio ha revelado que los cambios genéticos se han producido mucho más lentamente en los orangutanes que en otras especies. Según los expertos, este genoma tiene 13 millones de variaciones genéticas propias, lo que además ha podido demostrar la diversidad entre los orangutanes de Borneo y los de Sumatra.

Estos animales que habitan en distintos territorios, se separaron de su ancestro común hace unos 400.000 millones de años, lo que explica esta situación. De hecho, la diversidad de los genes es mucho mayor en los orangutanes de Sumatra, en Indonesia, que en los de la isla de Borneo en el sudeste de Asia.

Aunque pueda resultar un hecho insignificante o poco importante, los expertos consideran que este nuevo genoma será determinante para ayudar a conocer con más detalle nuestra evolución, y de esta forma obtener más datos para investigar algunas enfermedades genéticas.

Asimismo, también puede suponer una gran ayuda para esta extraordinaria especie animal que se encuentra en peligro de extinción. De nuevo, un gran descubrimiento científico que además de sorprendente puede ser muy importante para los avances de la medicina.

El comportamiento y la anatomía de varios primates y los humanos son muy parecidos como has podido ver en los apartados anteriores. Esto se debe a que todos compartimos un ancestro común que, con el tiempo, se fue adaptando a diversas condiciones ambientales.

Estas adaptaciones han dado lugar a distintas especies de primates, cada una con sus propias necesidades fisiológicas y sociales, pero con muchas características en común. Las variaciones ambientales también han jugado un papel crucial en la evolución y diversidad de los primates que observamos hoy.

Aquí te dejamos la teoría de la evolución de las especies.

Recuerda que los humanos también son animales. Pero, si estás buscando las semejanzas entre animales humanos y animales no humanos, son las que te presentamos a continuación:

• Tanto los animales como nosotros tenemos instintos de supervivencia. En tiempos de escasez, luchamos por conseguir comida.
• Nos reproducimos y dejamos descendencia.
• Nos alimentamos para obtener energía y nutrientes.
• Tenemos células, un sistema inmunológico y diversos sistemas que nos ayudan a procesar distintas reacciones.
• Poseemos cromosomas, al igual que todos los animales, aunque en cantidades diferentes según la especie.

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