Partes de la espalda baja

La parte baja de la espalda es como es conocida comúnmente a la columna lumbar. Esta parte de la espalda corresponde a la formada por las vértebras lumbares, denominadas L1 a L5. Esta parte de nuestra espalda es la encargada de mantener la mayoría del peso de la parte superior del cuerpo, tanto mientras estamos de pie como cuando nos encontramos sentados. Es por ello que las vértebras lumbares son las vértebras no fusionadas más grandes de la columna vertebral, lo que les permite soportar todo este peso.

Esta parte del cuerpo no está formada únicamente por las vértebras. Entre ellas se encuentran los discos intervertebrales, almohadillas redondas de cartílago esponjoso que protege a las vértebras del desgaste, especialmente mientras nos movemos. También en esa zona encontramos ligamentos. Los ligamentos son bandas de tejido grueso que se encargan de mantener las vértebras en su lugar a la vez que ayudan a la inserción de los músculos de esta zona.

Debido a su posición y a su función, la zona baja de la espalda está muy inervada, es decir, posee muchos nervios. En esta zona podemos encontrar 31 pares de nervios, que están conectados directamente en la médula espinal. Estos nervios tienen la función de controlar los movimientos del cuerpo y transmiten las señales del cuerpo (sobre todo de la parte inferior) al cerebro. Estos pares de nervios solo son los nervios motores, pero también hay gran número de nervios difusos, encargados de señales nerviosas involuntarias como el transporte de señales de dolor o reflejos involuntarios.

Para su estudio, especialmente en medicina, la columna vertebral se divide en zonas llamadas segmento intervertebral o segmento raquídeo. Estos segmentos están formados por dos vértebras lumbares adyacentes y el disco intervertebral que se encuentra entre ellas. Estos segmentos intervertebrales se denominan con el nombre de las dos vertebras separadas por un guión.

Por ejemplo, una lesión en la parte superior de la espalda baja o columna lumbar sería, en términos médicos, en el segmento intervertebral L1-L2 y podría haberse producido tanto en la primera vértebra como en la segunda vertebra lumbar, pero también en el disco interverbral que las separa o en la parte que las conecta con el resto de las vertebras. A esa parte de unión entre vértebras se denominan carillas.

Adosados a la parte baja de la espalda nos encontramos numerosos músculos, que también pueden ser un criterios a la hora de clasificar algunas lesiones de la espalda baja. Algunos de los más importantes son los siguientes:

• Serrato menor. Este músculo está formado por dos partes: posterior e inferior. Se origina en la unión de las dos últimas vértebras torácicas y de las dos primeras lumbares y se divide en tres o cuatro prolongaciones que se insertan en tres o cuatro últimas costillas. Este músculo desempeña un papel importante durante la espiración.
• Músculo oblicuo externo del abdomen. Este gran músculo se encarga de reprimir las costillas, los oblicuos flexionan el tronco y deprimen la pared abdominal. Aunque se encuentran en la región baja de la espalda no se insertan de forma directa con las vértebras de esta región.
• Músculo oblicuo interno del abdomen. A diferencia del anterior, este músculo además de encontrarse en la región abaja de la espalda, sí que se inserta en las vértebras lumbares. Se inserta, por abajo, en el arco crural, espina ilíaca superior y, mediante aponeurosis, en las apófisis espinosas de la última lumbar y primera sacra. Este músculo es importante durante la espiración pero también es un importante flexor y rotador del tórax.
• Psoas. El psoas es un músculo que se relaciona con la última vértebra dorsal y con las vértebras lumbares, con el hueso ilíaco y los miembros inferiores. Tiene una importante función en el mantenimiento de la buena postura corporal y se relaciona con otras importantes estructuras como el diafragma.
• El cuadrado lumbar. El músculo cuadrado lumbar es un músculo par, grande y plano que se extiende desde la última costilla hasta la cresta iliaca, por los laterales de las vértebras lumbares, hacia las cuales prolonga numerosas fibras. Cada uno de los cuadrados lumbares se encarga de la inflexión de la columna lumbar de su lado pero además, a nivel bilateral, el conjunto de los dos cuadrados lumbares se encargan de extender la columna lumbar en la espiración.

Imagen: La nación

Como ya hemos mencionado anteriormente, la zona baja de la espalda es la encargada de soportar gran parte del peso de la parte superior de nuestro cuerpo. Para ello, esta parte está compuesta de vértebras grandes, a las que se insertan músculos fuertes que nos permiten sostener el peso pero también flexionar y extender el área, dando movilidad al conjunto del cuerpo. Es por esto que la zona de la columna vertebral en su parte más lumbar es una gran fuente de dolor, que suele ser bastante molesto, recurrente y suele afectar a muchísima gente de diferente edad y estilos de vida.

Los dolores relacionados con la parte de la columna lumbar suelen estar, en su mayoría, causados por el peso que esta parte soporta. La parte baja de la espalda, al igual que el resto de nuestro cuerpo, va sufriendo un desgaste normal a lo largo de nuestra vida, debido al envejecimiento y el uso continuado y repetitivo del cuerpo. En concreto, en la parte lumbar de la columna se produce el deterioro generalizado de las articulaciones, los discos y las vertebras. Este deterioro genera normalmente las siguientes patología:

• Esguinces y distensiones musculares. Suelen caracterizarse por dolores agudos, con episodios temporales que son más o menos duraderos. Se producen por estiramientos excesivos de los tendones y los músculos, respectivamente.
• Degeneración del disco intervertebral. La degeneración del disco intervertebral se produce cuando los discos que se encuentran entre cada par de vértebras se vuelven más rígidos, y por tanto más incapaces de amortiguar el rozamiento que se produce cuando las vertebras se mueven unas respecto de otras.
• Roturas o hernias de disco intervertebral. Los discos intervertebrales pueden comprimirse demasiado o salir del lugar correcto que les corresponde, provocando roturas en el primer caso y hernias (hernia discal) en el segundo. En ambos casos la persona suele aquejarse de dolor intenso que no desaparece, si no crónico.
• Ciática. La ciática se produce por la compresión del nervio ciático, un nervio grande que pasa por las nalgas y se extiende por la parte de atrás de la pierna. Esta compresión causa dolor lumbar quemante o parecido al choque combinado con dolor en las nalgas y hacia abajo por la pierna, ocasionalmente llegando al pie.

Otras enfermedades pueden predisponer a la aparición de dolor lumbar. Algunos ejemplos son las enfermedades inflamatorias de las articulaciones, la osteoporosis, la endometriosis o la fibromialgia. En estos casos, las molestias lumbares deberán tratarse como un síntoma ya que, a pesar de tratarlas, estas volverán a aparecer si no se controlan las enfermedades que las causan.

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