Claude Monet: obras famosas

Antes de conocer las obras de Claude Monet más famosas, vamos a conocer quién fue este pintor. Monet fue uno de los principales representantes del movimiento Impresionista en la pintura. Entre sus principales aportaciones de este gran pintor destacamos:

• Monet fue pionero en la práctica del pleinairismo, es decir, pintar al aire libre para poder captar directamente los efectos de la luz natural. La invención del tubo de estaño con tapón de rosca para guardar la pintura por John Rand en 1841 es una de las grandes revoluciones dentro del mundo del arte. Monet llevó el pleinairismo al extremo al construir un estudio flotante para pintar sus series de nenúfares o la de la catedral de Ruan.
• Las pinceladas de Monte fueron sueltas y espontáneas, dejando ver la textura de la pintura sobre el lienzo. Un detalle que rompía con el realismo buscado por el academicismo de la época.
• La luz se convirtió en elemento central de sus obras al centrarse en captar los efecto cambiantes a diferentes horas del día y en distintas condiciones atmosféricas.
• Los temas a representar fueron motivos de la vida moderna y la naturaleza, alejándose de los temas históricos o mitológicos tradicionales.
• Fue el pintor que más se volcó en la captación de la luz y el color por encima de la composición.

Tras formarse como pintor, Monet montó su propio estudio con su amigo Fréderic Bazille. En esos años dos de sus obras fueron exhibidas en el Salón de París. Pero poco después, las pinturas de Monet empezaron a ser rechazadas por no seguir los cánones artísticos.

Aquí te descubrimos las mejores obras del Impresionismo y sus autores.

Desde sus primeras obras, Monet expresó su especial percepción de la naturaleza y los paisajes al aire libre mediante los cambios de la luz y el contraste de tonalidades. Una técnica que fue perfeccionando hasta convertirse en precursor del Impresionismo.

Impresión, sol naciente (1872) muestra el puerto de Le Havre al amanecer y es la obra que dio nombre al movimiento impresionista. La historia cuenta cómo fue el crítico Louis Leroy quien empleó el título para acuñar un término con el que definir a este grupo de artistas de manera sarcástica.

Para pintar esta obra, Monet recurrió al uso de pinceladas sueltas y un enfoque en la lux y el color en vez de detenerse en ofrecer detalles precisos. Monet capturó la atmósfera del puerto y un sol naciente brillante y anaranjado elevándose en el horizonte.

En esta obra, Monet representa un campo de amapolas en Argenteuil, lugar donde Monet vivió durante un tiempo. Las escena muestra a dos mujeres y un niño caminando por el campo, empleando para ello colores vivos y pinceladas sueltas como medio para capturar la luz y la atmósfera del paisaje.

Mujer con Sombrilla es otra de las mejores obras de Monet. Esta obra fue realizada en 1875 y en ella aparece la esposa de Monet, Camille, y su hijo Jean en el campo. La figura de Camille, ataviada con vestido blanco y sombrilla, se destaca recortada contra el cielo azul. Las pinceladas rápidas y fluidas transmite el movimiento del viento y la ligereza del momento.

Aquí te dejamos un análisis de Mujer con Sombrilla de Monet.

Entre los años 1892 y 1894, Monet pintó más de 30 versiones diferentes de la fachada de la catedral de Ruan, cada una de ellas bajo diferentes condiciones atmosféricas y de luz. La serie nos muestra cómo la luz puede transformar por completo la apariencia de un mismo objeto. Para ello, Monet empleó pinceladas gruesas y texturizadas que capturan los efectos de la luz sobre la piedra.

Los Nenúfares de Monet son una serie de pinturas realizadas entre los años 1897 y 1926 en las que se nos muestra el jardín de Monet en Giverny. Los nenúfares flotando en el estanque reflejan el cielo y los árboles circundantes ofreciendo una sensación de armonía y calma. Monet realizó estos cuadros en distintos momentos del día y del año para poder captar las variaciones de luz y color.

Puente Japonés es otra de las obras más famosas de Monet. Esta es otra de las representaciones que Monet realizó tomando como inspiración su jardín de Giverny. El puente japonés se convirtió en uno de los motivos recurrentes en los cuadros del pintor.

El reflejo de los arcos en el agua y la vegetación exuberantes son algunos de los elementos que aparecen en el cuadro, realizándose todo con pinceladas rápidas y colores intensos.

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