Fases de la Primera Guerra Mundial

Antes de hablar sobre las fases de la Primera Guerra Mundial debemos hablar brevemente sobre la guerra en sí, para comprender su importancia y las razones por las que hubo un conflicto de tal magnitud.

La Primera Guerra Mundial tuvo lugar entre julio de 1914 y noviembre de 1918, siendo una guerra con una escala jamás vista hasta entonces, en parte por los enormes avances militares que habían sucedido poco antes de la guerra y durante ella. Esta escala trajo graves consecuencias para toda Europa y el mundo en general, ya que los nuevos armamentos provocaron muchas más muertes, batiendo todos los récords posibles en cuanto a fallecidos por la guerra.

La enorme escala de la guerra queda demostrada por la gran cantidad de países que participaron, ya que fueron hasta 32 las naciones que participaron en la guerra, mientras que otras tuvieron papeles menores ya fueran como aliados o neutros donde negociar. De entre todas estas naciones debemos mencionar a:

• Aliados: formados por Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Italia o Rusia
• Potencias Centrales: conformadas por Alemania, el Imperio Austrohúngaro y el Imperio Otomano.

La guerra tuvo importantes consecuencias para el mundo, ya que el bloque de las Potencias Centrales prácticamente desapareció tras la guerra, exceptuando una Alemania que se mantuvo en auge y que años más tarde iniciaría la Segunda Guerra Mundial. El fin del Imperio Otomano, Imperio Austrohúngaro y Rusia fue una consecuencia de la guerra, cambiando a todo el mundo para siempre.

Empezamos ya a hablar de las fases de la Primera Guerra Mundial hablando de la primera: llamada Guerra de Movimientos. Fue parte del conflicto que se basaba en el movimiento de tropas por parte de todos los miembros activos de la guerra, colocando sus soldados en posiciones estratégicas, y esperando terminar la guerra con ello. Esta primera fase de la guerra tuvo lugar en 1914, siendo el principio del conflicto.

El primer plan de acción de las Potencias Centrales fue iniciado por Alemania, realizando un plan conocido como Schlieffen. La idea de este plan era que las tropas alemanas renunciaran a Prusia Oriental, dejándola a sus enemigos, para, en cambio, centrar todas sus fuerzas en la parte francesa, siendo la idea la de tomar Francia de forma rápida y eficaz, siendo uno de los mayores objetivos de la guerra.

Los alemanes realizaron una rápida incursión hacia Bélgica y Luxemburgo, ya que desde estas zonas era más sencillo llegar hasta suelo francés. Tras vencer a los británicos y franceses en la frontera, los alemanes llegaron a estar a 40 kilómetros de París, pero en la Batalla de Marne los franceses lograron detener el avance de los alemanes.

En la parte oriental, los alemanes lograron una gran victoria contra los rusos, pero el suelo de la región seguía siendo el mayor problema de cualquier guerra, y los germanos apenas pudieron avanzar por el complicado clima ruso.

Todas las zonas, tanto en la parte occidental como oriental, fueron ocupadas por los alemanes, quienes realizaban grandes represalias contra la población local, como forma de provocar a Francia y Rusia.

Al no lograr avanzar ni los Aliados ni la Potencias Centrales, la guerra tuvo un gran cambio, ya que dejó de ser una guerra de avance, pasando a ser un conflicto que se centraba en las trincheras, y, por lo tanto, era mucho más lenta.

La segunda fase de la Primera Guerra Mundial es la más conocida. Sucedió entre 1915 y 1917 y recibió el nombre de Guerra de Trincheras, ya que en las trincheras es donde se centró el conflicto durante la mayor parte de la guerra.

Tras tomar las posiciones y estabilizarse el conflicto, los contendientes reforzaron sus posiciones con la construcción de las trincheras. La idea de ambos bandos era la de cavar trincheras profundas en el suelo para poder resguardarse en las largas jornadas en las que no pasaba nada, estando protegidos de los ataques enemigos y, al mismo tiempo, preparados por si alguno decidía atacar.

En tan solo un año de conflicto los países se habían dado cuenta de que la guerra iba para largo y que los gastos económicos de mantener el conflicto durante mucho tiempo podrían provocar el colapso de sus naciones y la pérdida de la guerra. Por eso, ambos bandos se decidieron por la guerra de trincheras, mucho más barata y que pausaba la guerra para poder abastecer al ejército con pausa y tranquilidad.

Se calcula que durante la guerra se crearon más de 2000 kilómetros de trincheras. La más destacada fue la de Hindenburg, siendo una trinchera de 700 kilómetros que separaba las tropas francesas y alemanas.

Viendo que la situación estaba totalmente bloqueada, ambos bandos comenzaron a negociar con otros países para que entraran en la guerra y, con ello, tener suficiente soldados como para desatascar la situación. Las dos naciones que más influenciaron en la guerra y que entraron en esta etapa fueron:

• Italia por parte de los Aliados
• Bulgaria por parte de las Potencias Centrales

Aunque la situación era lenta y con poco avances, a veces esto cambiaba. Por ello, en esta fase de la Gran Guerra podemos encontrar las batallas de Verdún y de Somme, en la que los franceses y británicos se enfrentaron a los alemanes, en batallas donde murieron más de un millón ochocientas mil personas.

La tercera de las fases de la Primera Guerra Mundial es la denominada Crisis de 1917. Y, como su propio nombre indica, tuvo lugar en 1917 cuando ambos bandos decidieron que debían dar un paso más para terminar un conflicto que se alargaba demasiado en el tiempo.

• Por una parte, estaba el enfrentamiento en la zona oriental entre los rusos y los alemanes. En el país ruso había comenzó la Revolución Bolchevique, provocando que Rusia no pudiera mantener un conflicto externo al mismo tiempo que tenía una Guerra Civil en su interior. En esta situación, Rusia y Alemania llegaron a un pacto de paz para que Rusia pudiera salir de la guerra, por lo que los alemanes pudieron centrar todos sus efectivos en la lucha contra Francia y Reino Unido.
• En la parte occidental, los alemanes comenzaron a usar la guerra submarina, que consideraban esencial para finalizar la guerra. Pero los submarinos destrozaron barcos estadounidenses, provocando que Estados Unidos entrara en la guerra, enviando tropas y armamento a los Aliados.

La entrada de Estados Unidos no fue eficaz en un principio y las naciones comenzaron a resentirse en su interior, teniendo, casi todos, alguna crisis interna. Reino Unido y Francia tenían continuas huelgas de trabajadores y soldados, Alemania se dividió en quienes apoyaban la guerra y quienes estaban en contra, los austrohúngaros vieron como las revueltas tomaban el país, y Rusia comenzaba un cambio que terminaría con la nación como tal.

Esta fase conocida como la Crisis de 1917 es llamada así porque todas las naciones del conflicto se encontraron en crisis este año, debido a que una guerra tan larga y dura era insostenible para todos.

Para concluir esta lección sobre fases de la Primera Guerra Mundial, debemos hablar sobre la última de estas fases, siendo la del final del conflicto armado, sucediendo en 1918 y causando el fin de las hostilidades. En esta etapa, la guerra ya tan solo eran batallas individuales separadas en el tiempo, causado porque la tensión por la guerra era cada vez mayor y la población de las naciones se encontraba en un punto cercano a la revolución.

En 1918 tuvo lugar el choque final entre los Aliados y las Potencias Centrales, en la que los primeros con la ayuda de Estados Unidos fueron capaces de vencer a los segundos. Los Aliados primero vencieron a los austrohúngaros y a los turcos, muchos más débiles que los alemanes, y que se encontraban en una crisis en todos los sentidos posibles. La situación terminaría con el Imperio Austrohúngaro dividiéndose.

Tras quedarse sola, Alemania buscó un ataque final en la Segunda Batalla de Marne, pero las tropas Aliadas eran más numerosas tras la entrada de Estados Unidos y consiguieron detener el ataque alemán. Las tropas alemanas comenzaron a provocar huelgas y revueltas, pidiendo a su propio gobierno que finalizarán el enfrentamiento, al mismo tiempo que los obreros dejaron de trabajar y a pensar en una posible huelga general. Fue entonces cuando Alemania tuvo miedo de una revolución similar a la que había sucedido en Rusia y no le quedó otra que rendirse, bajo la amenaza de perder todo.

El Kaiser Guillermo II, monarca de Alemania y Prusia, abdicó por la situación, pasando a la República de Weimar, la cual fue la encargada de firmar el 11 de noviembre de 1918 el armisticio que terminaba la guerra. Alemania tuvo que sufrir graves consecuencias y pagos por la guerra, causando un clima extremadamente decadente que llevaría a la entrada de Hitler al plano político y a la Segunda Guerra Mundial unos años después.

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