La Gioconda de Leonardo Da Vinci - Comentario y análisis

La Gioconda es un óleo renacentista (Cinquecento) obra de Leonardo Da Vinci, uno de los grandes artistas renacentistas y genio del arte y la ciencia. La obra se localiza en el Museo del Louvre de París (Francia).

Leonardo Da Vinci pintó este cuadro entre los años 1503 y 1505, legándonos en él una nueva forma de concebir la pintura. Así, la Gioconda constituye el primer retrato italiano en el que se pinta a una modelo en un retrato de medio cuerpo, esto es, incluyendo los brazos y las manos, además de hacerlo a escala realista.

La figura aparece sentada en una silla y con un paisaje al fondo, siendo una fórmula que influenció en el arte florentino y lombardo de comienzos del siglo XVI y que entronca con las vistas en tres cuartos de figura con paisaje, entorno arquitectónico y manos unidas típicas del retrato flamenco de la segunda mitad del siglo XV. Los aspectos novedosos añadidos por Leonardo son la técnica del “sfumato” o ilusionismo atmosférico, la monumentalidad y el equilibrio que aportan a la figura un aspecto irreal y enigmático.

Temas de La Mona Lisa

La Gioconda se ha admirado desde siempre por su enigmática sonrisa, su serena belleza y su fascinante mirada, sin saberse con plena seguridad quién es la mujer representada. Una de las últimas teorías considera que Leonardo pintó en ella a su madre o una imagen idealizada de ella.

Una especie de virgen laica en la que Leonardo plasma esa mujer o madre ideal, siendo quizás el motivo por el cual nunca consideró que el cuadro estaba terminado, ni la entregó a quien se supone la encargó, a Francesco del Giocondo.

Imagen: Papelería La Vuelta

Continuamos este análisis de La Gioconda para hablar, ahora, de la iconografía de esta importante obra de Leonardo Da Vinci.

Lisa Gherardini, La Gioconda

Como ya hemos señalado, los críticos no se ponen de acuerdo sobre la identidad de la modelo. Así, se ha aventurado que podía ser un joven vestido de mujer, una de las amantes de Giuliano de Medici e incluso un retrato del propio Leonardo como mujer.

Sin embargo, la teoría más admitida, y recogida por el historiador el arte Giorgio Vasari (1550), es que se trataba de Lisa Gherardini, Mona Lisa, la mujer del rico comerciante de telas florentino Francesco del Giocondo. Leonardo se quedó con la obra y, a su muerte en el año 1519, pasó a ser propiedad del rey Francisco I de Francia.

El autor

Leonardo Da Vinci (1452- 1519) era el hijo ilegítimo de un rico notario florentino y una joven campesina. Desde niño trabajo de aprendiz en el taller de Andrea Verrocchio, escultor y pintor, y llegó a ser uno de los grandes genios de la Historia por la maestría que alcanzó en pintura, arquitectura, escultura, ingeniería, biología, música y en la literatura. Hombre universal, Leonardo alcanzó gran fama ya en su tiempo trabajando para nobles, Papas y reyes.

En el momento en el que Leonardo pinta La Gioconda, el Cinquecento, es el momento en el que surgen nuevos centros artísticos como Venecia, aparece la Contrarreforma y Leonardo, Miguel Ángel y Rafael son las grandes figuras del arte.

Uno de los elementos más llamativos de La Gioconda es su rostro, especialmente su misteriosa mirada y su enigmática sonrisa. Un rostro en el que llama la atención de pestañas y cejas, producto de una mala restauración, y un cierto tono verdoso, también producto de esta. Unos fallos que no restaron atractivo en un cuadro en el que Leonardo parece querer mostrarnos la felicidad en la sonrisa de la modelo.

Una idea de felicidad a la que también contribuyen el uso de colores cálidos y el uso del sfumato. Así, Leonardo empleó esta técnica para difuminar los labios y los ojos, además de los rizos del cabello, cabello que se funde con las rocas del paisaje y los pliegues del chal.

Con esta técnica, Leonardo logró recrear los efectos de la luz sobre la piel de la mujer y sobre paisaje, aportando un aspecto casi irreal y una dulcificación del rostro. Para ello, Leonardo eligió un soporte de madera de álamo preparada con varias capas de enlucido. Una vez preparada la tabla, el pintor dibujó primero directamente sobre ella y después fue pintando al óleo con mucha paciencia y empleando colores muy diluidos. El objetivo último era ir aplicando diferentes capas y que esas superposiciones otorgasen al rostro múltiples efectos de luces y sombras y una gran naturalidad.

El estudio realizado con una cámara de alta resolución mostró cómo Leonardo dibujó el retrato sobre papel y lo transfirió al lienzo con una técnica parecía al calco. También se aprecian marcas y alteraciones como el cambio de las posiciones de los dedos de la mano izquierda, así como el uso de colores más vivos de los que se conservan.

Otro de los grandes descubrimientos de la prueba son las marcas que se aprecian en los ojos de La Gioconda: una LV en el ojo derecho, y que podrían ser las iniciales del pintor, y las letras CE o CB, en el ojo izquierdo. Además, en el arco de uno de los ojos puede apreciarse el número 72 en números romanos (LII).

Imagen: Slideshare

Aunque la composición es aparentemente sencilla, Leonardo consigue aportar movimiento al cuadro con una serie de recursos como hacer que los dos lados el cuadro no coincidan de forma exacta ni en el paisaje ni en el rostro de la mujer. Así, la expresión de la mujer es distinta según desde dónde se mire y se ubique el espectador.

Asimismo, la mujer es también el punto en el que convergen las miradas, especialmente su rostro, siendo también sus manos otro de los puntos en los que se focaliza la atención.

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